Mr.Owl - Tarde de Shoping

Mr.Owl - Tarde de Shoping


publico


forzado



TARDE DE SHOPING
by Mr. Owl

Soy Laura y esta es la historia.

En la época decembrina los centros comerciales normalmente están abarrotados de gente que busca adquirir sus regalos a tiempo. A mí me gusta pasear por esos lugares con mis amigas Paula y Daniela, para ver nuestros posibles obsequios o alguno que otro chico que se nos cruce. Normalmente compramos una malteada, nos sentamos en las pequeñas mesas que están en el área de comer y conversamos por horas acerca de las experiencias con los que fueron nuestros novios.

Que personalmente ya tenía un rato sin tener novio, por motivo del trabajo.

Esta vez estaba muy lleno, más de lo habitual. Se formaban verdaderos ríos de gente que se peleaban por conseguir sus productos. Decidimos dar un recorrido a ver los productos que se ponían en oferta por la temporada.

Mientras caminábamos, mis amigas me dijeron que cuando las tiendas se llenan de esta manera había que aprovechar. Yo no sabía a lo que se referían mucho menos lo que estaban planeando.

Nos metimos a una bonita tienda de regalos, de pronto las perdí de vista entre la multitud, decidí esperarlas en la puerta hasta que terminaran sus "compras" .De pronto salieron de forma veloz, me tomaron del brazo y nos fuimos directamente al baño.

No entendía por qué tanta prisa, ellas reían bastante mirándose una a otra y yo sin una pista de los que estaba ocurriendo. Quede muy sorprendida cuando me confesaron que habían robado algo de la tienda aprovechando que la seguridad no es la mejor en esos días. El botín que habían conseguido aún estaba guardado en el lugar donde lo ocultaron: su ropa interior.

No podía creerlo pues no sabía que tenían esas costumbres y por un momento pensé en denunciarlas, pero ellas me convencieron de no hacerlo pues habían traído algo para mí.

Eran unas pequeñas pulseras que eran muy lindas, pero me la darían hasta que saliéramos de la plaza comercial. Todo el camino hasta la salida "el botín" se encontraba dentro de la ropa interior de mi amiga.

Al momento de salir me sentí muy aliviada pues creí que nos atraparían y nos meterían a la cárcel. Paula nos entrego las pulseras y con un poco de culpa la acepté.

Pasaron unos días, volvimos a la plaza para ir a ver una película y de paso visitar las tiendas, ya sabía la intención de mis amigas, pero esta vez me habían dicho que era mi turno de intentar llevarme algo, obviamente me opuse pues estaba segura que me iban a atrapar, pero ellas llegan a ser muy persuasivas.

Acabamos de ver la película, nos preparábamos para entrar a una tienda de ropa. Yo estaba muy nerviosa pues nunca había hecho algo de esta magnitud.

Mientras Daniela distraía al encargado, Paula y yo nos escurríamos hacía los estantes con ropa. Evitando que el otro sujeto nos viera, pues cada cierto tiempo salía de su oficina para vigilar un poco. Paula con una naturalidad inquietante se escondía un bikini y una camiseta en sus pantalones. Yo seguía indecisa y no pude hacerlo, así que ella me tomo por el cinturón y metió una de las tangas del aparador en mi ropa interior. Y yo ni siquiera uso tangas.

Unos minutos más nos disponíamos a salirnos sin pagar un centavo.

Daniela dejo de charlar con el empleado y se unió a la retirada. Mi mente no dejaba de recriminarme lo que había hecho pues seguramente cuando se dieran cuenta de los faltantes, le iban a cobrar al señor que estaba de encargado en el lugar.
Pero eso no iba a suceder, pues el otro encargado estaba parado en la salida esperándonos. Nos pidió que nos metiéramos a su oficina mientras llamaba a seguridad.

Estaba muy asustada y mi mente no paraba de repetir: “Sabía que esto iba a pasar”

Mis amigas parecían que ya habían hecho esto, pues a pesar de lo que ocurría estaban tranquilas. Daniela me dijo:


- No te preocupes, nosotras sabemos cómo salir de esto-



Extrañamente eso me serenó, aún sin saber lo que vendría por delante.

El sujeto de la tienda regresó bastante alterado, diciéndonos que no le importaba que seamos mujeres, que íbamos a pagar lo que habíamos hecho. Y que no nos íbamos a liberar de esta situación.

De pronto Paula se levantó y le dijo:


- No hay por qué volverse loco por este incidente, que te parece si llegamos a un acuerdo-

- No pueden hacer que cambie de opinión, ustedes no debieron robarnos - Contestó el encargado bastante alterado.

- Tranquilo, que te parece si hacemos algo, cual de nosotras te gusta más- Dijo Paula



Yo no podía creer lo que decía, nos estaba ofreciendo para que pagáramos nuestro error. El encargado se quedó mudo y nos miró detenidamente por un rato. El silencio era muy incomodo.

Antes de decir algo, salió de la oficina dejándonos encerradas ahí. Mientras estábamos solas ahí, yo no paraba de gritarles que por su culpa yo estaba inmiscuida en esta situación, que todo era su culpa. Ellas me pedían que me calmara pues todo iba a salir bien.
Después de aproximadamente cinco minutos, se escuchó que cerraban las puestas de la tienda. De pronto los dos sujetos de la tienda entraron a la oficina, cerraron con llave y nos pidieron que tomáramos asiento. Los dos nos miraban profundamente.

De repente pidieron que hiciéramos algo, que si no queríamos que nos denunciaran teníamos que hacer lo que ellos nos pidieran. Y la primera petición fue que nos tocáramos frente a ellos, que no seamos tímidas que podíamos tocarnos entre nosotras. Paula se acercó a mí y me comenzó a acariciar el trasero, haciendo que todo esto se volviera extremadamente raro. Daniela puso sus senos en los míos, mientras acariciaba alguna parte de Paula. Nosotras preguntamos si con eso era suficiente para saldar nuestro a deuda. Solo es el principio respondieron.

Ellos disfrutaban del show, mientras tocaban sus partes para excitarse. Su segunda petición fue que nos quitáramos la ropa, solo quedando en interiores. Queríamos negarnos pero ellos tenían la ventaja, pues nosotras habíamos cometido un delito, además Paula ya les había dado un especie de “permiso” al tratar de negociar.

Con mucha vergüenza quedamos en nuestra ropa interior, ellos dos no podían borrar la sonrisa en sus rostros, estaban gozando de ese momento. El sujeto más alto pidió que Paula fuera con él, mientras el otro me tomó por la cintura y me abrazó por detrás poniendo sus manos en mis senos.

Los apretaba con fuerza, mientras le pedía a Dani que se desnudara por completo para que ellos pudieran pensar en lo que le iban a hacer. Mi cuerpo estaba siendo asaltado por este sujeto, que a simple vista parecía una buena persona, además de ser bien parecido, pero era un pervertido total. Me llevó hasta el pequeño sofá que estaba frente a la bodega donde estábamos sentadas, se sentó, sacó su miembro que era bastante grande y me pidió que se lo chupara.

Yo me opuse pero su pene empujaba fuerte en mi boca, llegando a meterse hasta el fondo. Me sentía muy sucia por hacer estas cosas y mis amigas la estaban pasando igual de mal, pues el otro tipo estaba manoseando a mis dos amigas a la vez. Paula le hacía sexo oral mientras Dani, ya desnuda le ponía el culito en la cara.

Mientras yo chupaba el pene más grande que había visto en mi vida, el intentaba quitarme el sostén. Con el impulso que hacía para llegar al broche de mi sostén, empujaba hasta la garganta su gran pene, sentía que me ahogaba y tuve que sacarlo de mi boca.
Él me pedía que siguiera pero yo ya no quería y le dije que con eso yo pagaba lo que había hecho. Respondiéndome que esto solo era una parte de lo que nos habíamos robado y que si no querían que todo esto acabara mal, debía seguir.

Sin otra opción, me hinque y continué con lo que hacía, ante la sonrisa satisfactoria de su parte.

De repente escuche un pequeño grito de Dani, pues el otro tipo estaba metiendo su pene que también era de gran tamaño, en ella. Cuando miré eso, rogaba por qué no se le ocurriera intentar tener sexo conmigo pues seguramente me partiría en dos con ese penesote. Pero por el momento no lo tenía pensado, pues parecía disfrutar de lo que le hacía.

Pero era cuestión de tiempo para que se le antojara meter su pene en mí y eso no sería nada agradable, pues sin exagerar estaba muy grande, seguramente no iba a caber y me iba a lastimar mucho.

Mis dos amigas la estaban pasando bien, pues su gemidos las delataban, mientras yo seguía un tanto asustada por lo que podía llegar a pasar. Desde ese momento deje de prestarles atención y me concentré más en mí. Me dijo que me levantara, me tomó por las caderas y me dio la vuelta. Rápidamente me quitó mis pantys, masajeaba mi trasero desesperadamente. Sentía como sus dedos exploraban cada rincón de mi piel. Sus dedos jugaban con mi vagina y mi culito. De pronto me inclina un poco y mete su lengua. Fue una sensación muy rara, pues se sentía muy rico pero a la vez me sentía violada.

Pero esto solo lo hacía para que mi cuerpo estuviera listo para recibir su gran pene. Con mi vagina mojada y su miembro parado, se venía lo inevitable. Poco a poco me encaminaba hacía su tronco, mi vagina podía sentir el calor que su pija emanaba. Estaba nerviosa, a pesar de ya haber tenido sexo en algunas ocasiones, pero nunca con un tipo desconocido armado con ese gran miembro.

Mis labios se abrían conforme entraba su virilidad, tan solo introducir la cabeza del pene me costó mucho trabajo aguantarme sin gritar. El apoyaba toda su fuerza para que entrara todo de una vez, pero con mis pies intentaba que fuera lo más lentamente posible para que no me lastimara.

Parecía haber llegado al fondo y aún le faltaba un pequeño tramo, podía sentir como mi conchita se estiraba para recibir a tan grande intruso. Él apretaba mis pezones para tratar de aligerarme la carga y concentrar mi placer en otra zona. Pero el dolor estaba presente en cada embestida que él me daba. Paulatinamente el dolor se combinaba con el placer que sentía, no podía creer que todo esto se derivaría de un robo. Y aunque me apene admitirlo, ya necesitaba un momento así.

El malestar de mi vagina no se esfumaba pero el éxtasis de tener ese pedazo dentro de mí, lo disfrazaba.

Casi sin darme cuenta, ya tenía todo el miembro adentro, nunca pensé que fuera a caber todo, pero así fue. Los bombeos aceleraban, mi cuerpo no aguantaba más, quería explotar en un potente orgasmo. Sus testículos golpeaban mis nalgas, mientras mis entrañas sentían como su pene se abría camino en mi interior.

Cada vez se sentía más caliente y los dos estábamos a punto de estallar. Sin sacármelo, me acomodó en el suelo apoyada de mis manos y rodillas, me tomó por la cintura, sentía como retiraba su miembro de mí, seguramente para vaciarme su leche en la espalda. Pero estaba equivocada, coloco la punta dentro de mi ano, no hizo caso a mi reclamo y me nalgueaba fuertemente haciéndome sentir como una verdadera putita. Debido a los grandes orgasmos de los que me estaba haciendo gozar, no pude quejarme por lo que estaba haciendo. Parte de su pene estaba dentro de mi culito y se sentía como toda esa leche caliente se alojaba en mi trasero.

Cuando me puse de pie, podía sentir una gran cantidad de leche dentro de mí. Quería arrojarla fuera, pero tenía mucha pena de hacerlo, él me puso mi ropa interior y mientras me vestía seguía manoseándome. Estaba lista para irme, mis amigas no parecía quererse retirar estaban muy entretenidas, así que tomé mi camino. Sin decir una sola palabra salí de la tienda y me fui a casa con el culo lleno de su semen.

Nunca más me paré en ese Centro Comercial, por obvias razones.


FIN


Autor: Mr. Owl
Genero: No consentido, Forzado, Público
Porcentaje: 20%

2 comentarios - Mr.Owl - Tarde de Shoping

jl147896325 -5
estubo bueno, pero me gustaban mas los primeros que posteabas... decaiste amigo
LloydChristmas +3
Excitantemente retorcido!!! +10
me gusta leer tus relatos e imaginarme esa escena en mi cabeza