Norma, parte II

A mi, en general, me va peor que a mucha gente que conozco”. Y es verdad...o al menos eso creía al momento de mandarle “eso” en el mensaje de texto. Claro, no sea cosa que él creyera que sólo su vida se venia desbarrancando: la mía estaba igual o peor... que él no crea que por considerarme “un ángel”, yo tenía ganado el cielo. Ni cerca estaba. No pasaba ni raspando..., necesitaba que supiera que a él le iba mucho mejor que a mi, en muchos sentidos, y eso también era verdad. No iba a aceptar que me diera una respuesta banal o que dijera algo lindo sólo para zafar de mí. Pero tal era su papel de “victima” que terminé por consolarlo, no sea cosa que se deprimiera demasiado y prefiriera “salir corriendo antes que arruinarle la vida a una persona tan buena y bonita como vos...”.

Yo estaba en un mal día.

Era eso.

Que rara característica tienen algunos hombres: aunque tengan 50 años, siguen buscando una “mamá”...

A mi no me importaba jugar ese papel, pero “madre” ya tenía… y no solo eso...había “ALGO” mas. “Demasiada complicación” me repetía una y otra vez...pero no podía alejarme, o tal vez no quería…vaya una a saber... A veces los señores “comprometidos” ejercen una especie de “poder extrasensorial”, que una…no puede dejar pasar.

No! Sobre todo cuando el caballero en cuestión es realmente eso: un verdadero caballero.

Un caballero que tardó 7 años!!! en confesar que mi presencia le despertaba deseos que harían ruborizar al mismísimo Satán... “bueno”, pensé, tal vez por su “situación”, éste no quiere quilombos... pero entonces...para que carajo me lo cuenta..???. Tal vez quería que yo supiera el poder altamente satisfactorio que podría ejercer sobre su entrepierna. O tal vez, quería demostrar con los “chochamu” del laburo quien era él quien la tenia de mayores dimensiones…

Porque decisión de “ir mas allá”, no había. Al menos en ese momento, el momento de la “confesión cumbre”, fue solo eso. Y para ser absolutamente sincera en ese momento, yo tampoco sabía lo que quería.

Pero un día me di cuenta que el tiempo iba pasando y no solo mi cabeza…daba vueltas pensando en “este” que dijo que “le gusto”...pero qué hago ahora con esto?...nunca lo había mirado de otra manera…nunca había reparado en él de una forma que no fuera amistosa. Nunca su comportamiento me había llamado la atención. Bastó que me dijera “me gustas tanto que te pondría en un pedestal y me sentaría a mirarte hasta envejecer...”. Me mató!!! (Aunque no se lo demostré porque me pareció fuerte, dada su situación civil), me sentí desconcertada, y puta madreeee..!! Si hubiera alguna posibilidad de que fueras todo más fácil...

Pero, realmente no la había. No en ese momento.

En fin, el tiempo iba pasando. Y las mariposas seguían revoloteando, y no solo en mi cabeza. En la de él...absolutamente también. Las fantasías son así: caprichosas, hechas por nosotros, para nosotros, como se nos canta, o como mas nos caliente... (mirá que son calientes las fantasías, eh...!! incluso, a veces, mucho más que las realidades).

El tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos. O el pescado sin vender. Y no pasaba nada. O si… pasaba el maldito tiempo. Pero un día empezaron a sucederse los mensajes, y se iban haciendo cada vez más seguidos, la atracción era innegable. De las dos partes. Y cuando nuestros teléfonos se empezaron a derretir en nuestras manos, tuvimos necesidad de algo más...claro, todavía sin pasar el límite “negado” por los dos... ese límite que ya no nos iba a dejar nunca más instalados en el pasado...pero faltaba para pasar ese límite, todavía faltaba.

Y llegó la primera cita “formal”, quedó todo en sus manos pero con la gracia necesaria de hacerlo “para mi”, para que yo sea la agasajada… y lo fui...!!! Vaya si lo fui...

Tiempo, y tiempo, y tiempo...todo era DEMASIADO tiempo que esperar...hasta que después de 2 o 3 salidas más (casi de adolescentes, sin roces, sin que ninguno haga evidente el deseo de devorar al otro, y no solo con la mirada, de hecho, eso ya sucedía...) nos dimos ese tan ansiado y furiosamente esperado 1er beso...!!! Creo que los dos, sin decírnoslo, sabíamos que ese era el momento justo, ESE. T vez, ni antes ni después: ESE...fue tan especial, erótico, ardiente, y dulce, muy dulce…con mucho sentimiento. Que mezcla rara, no?. La calentura y el amor...

Y las semanas pasaban entre besos sudorosos, deseados, cuerpos que, a esta altura, ya empezaban a pasar factura de querer algo más... Porque no alcanzaban ya las desnudeces pasajeras ni los roces furtivos, producto del encuentro de los labios. No. Queríamos más. Sabíamos que necesitábamos más.

Hasta que, por esos putos y divinos misterios del universo, coincidimos en un viaje. Su situación civil, no había cambiado. Lo que había cambiado era su actitud y la mía: cambiamos el “NO” por el “SI”... Sabíamos que iba a suceder. Iba a ser ahí, en ese lugar. Nervios había de sobra, como también ganas. Ganas de ir a más, de ver que sucedería. Aunque yo no era virgen, en esta situación y con este caballero en particular, me sentía como si lo fuera. De algún modo, tal vez lo era. Quizá no físicamente, pero si del corazón... era virgen de él...

Ahora o nunca. Y fue un “ahora” maravilloso, tierno, dulce, y por que no: caliente, buscado y esperado (con disimulo). Con lenta desesperación, con esa confianza que sólo puede dar la persona que una quiere... que sensación tan especial la de estar con la persona que una sabe que es LA persona justa, en el momento justo de la vida. Fue todo tan natural que me estremece solamente recordarlo.

Aprendí de él a no pensar demasiado “para adelante”…muchas veces lo dijo y coincido, disfrutar el aquí y ahora (aunque tenga unas ganas irrefrenables de decirle..”quedate, quedate conmigo...”). Y al fin me di cuenta que haber esperado 2 años!!! (después de esos malditos 7! que tardó en confesarse conmigo), hizo que todo sucediera con más ansias, de las que ya teníamos, por supuesto. Ni siquiera hizo falta imponer condiciones, ni reparos, solo el cuidado mutuo y necesario para que lo que iba a suceder fuera sano y con total libertad.

Y fue mucho más eso...muchísimo más que eso... casi no lo puedo explicar con palabras. Definitivamente, el sexo no es igual con todas las personas. Este hombre tiene algo, este hombre está maravillosamente enredado en mí, por mí y para mí...este hombre indudablemente, supo ver mi “territorio virgen”...

A mi, en general, me va peor que a mucha gente que conozco”...

Y me faltó agregar, “qué felicidad que estés ahí para escucharme...cuando no tengo un buen día¨.

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