Mi coqueta esclava

Vanessa era una chava coqueta y muy alegre, y desde que empezó a tomar confianza conmigo comenzó a coquetearme, siempre en público, y cuando yo , en privado, quería hacer válidos sus coqueteos, siempre me mataba la onda. Varias veces me avergonzó e hizo que me pusiera colorado frente a sus amigas, parecía disfrutar su coqueteo y quedar bien con ellas, era la clásica que prende el boiler pero no se mete a bañar.

En ese entonces yo estaba comprometido y la verdad no me atraía mucho, prefería a mi novia, sin embargo tanto estuvo dando picones que decidí que si la tenía en mis brazos iba a cobrármelas todas.

Un día la invité a salir y me contó que había durado mucho con un novio (desde la secundaria), casi 10 años, luego que anduvo con un instructor de gimnasio, pero que no había encontrado al hombre ideal. Me confesó que era virgen (sin que yo lo preguntara , la verdad estaba medio loca) y le dije abiertamente que no creía que en un noviazgo de 10 años nunca hubiera pasado nada, pero la verdad era un asunto privado de ella y una decisión personal. total que ese día tampoco pude hacer absolutamente nada.

Ella se salió de trabajar donde estábamos y no supe mas de ella en un tiempo, hasta que una amiga me comentó que se había casado, sinceramente me alegré por ella, pero no tanto por su marido porque tenía unos arranque de repente muy locos (sin ser psiquiatra a veces pienso que si era esquizofrénica o bien paranoica, a veces hablaba sola y hacia preguntas que ella sola se respondía) pero que bueno que había encontrado su media naranja.

Todo hubiera quedado ahí si no es porque hubo cambios drásticos en la empresa y la mandaron llamar nuevamente y le ofrecieron otra vez el puesto que tenía, debo decir, en honor a la verdad, que como trabajadora era muy buena. Regresó a la empresa muy seriecita y mas formal, sin embargo algo había pasado en su vida que ya no era la misma, ahí es cuando le creía que lo que me había contado aquella vez era cierto, ya que ahora la veía mas sexosa, tal vez era mi puerca imaginación, pero ese brillo en los ojos ya no era el mismo de antaño y además su coquetear ingenuo ya no estaba ahí, ahora era diferente y ahora estaba en mi terreno.

Yo no podía olvidar las sonrojadas que me provocó con sus amigas, así que ahora le cambié la jugada y ahora era yo quien le coqueteaba y hacía sonrojar y avergonzarse, sin embargo varias veces noté que le agradaba y ahora era ella quien en privado hacia comentarios sugerentes. Mi venganza estaba tomando forma, pero ahora yo era el que en privado no le seguía el juego. Ahora ella buscaba oportunidades de estar conmigo a solas y me platicaba su vida, así supe que su marido era agente viajero y que solo estaba en la ciudad 3 o 2 días a la semana y ahora entendía por que ella estaba ganosa.

Un día que estábamos solos me platicó que compañeros de su marido habían sido engañados por sus esposas y que su marido le contaba pero con tintes de advertencia, que incluso a uno de ellos le habían hecho el “sancho” el supervisor, ya que mandaba al cornudo fuera de la ciudad en los días que quería estar con la esposa de éste.

Terminó el comentario diciéndome: -y es que a veces si lo pienso, pero yo no soy así, sin embargo la imaginación vuela, yo nunca he sido infiel.- Yo le contesté:

-por que ya no eres la misma, antes no habias probado el sexo y ahora lo necesitas e incluso me atrevo a decir que quieres comparar ¿o no?.-

Su cara fue coloreándose de abajo a arriba sin poder ocultarla y rematé:

-Yo tampoco he sido infiel -mentí- y siempre me ha llamado la atención ese fruto prohibido.

Ella sonrió coquetamente y me dijo -¿lo harías?- yo respondí inmediatamente:

-contigo si, ¿y tu?

Era la primera vez que llegábamos a decirnos algo tan directo en privado, porque en público si había ido subiendo el tono, pero nunca en privado, esperé su reacción y me dijo:

-Mejor ya vámonos porque no respondo.

-Lo que quiero es que respondas Vanessita.

-No, aquí no, vámonos.

Otra vez me la había aplicado, sin embargo el avance hecho ese día creo que nos llevaría inevitablemente a la cama. Y yo tenía que ser paciente.

Faltaba poco para navidad y empezaron los clásicos intercambios en la oficina y el día que se llevaría a cabo uno de ellos, entró a mi oficina, sobra decir que está muy privada, y me pidió que le dejara envolver el regalo que iba a dar porque le tocaba darle a una compañera con la que compartía oficina y se daría cuenta, la dejé, pero era voluminoso el paquete por lo que comenzó a envolverlo en el piso y estando en cuclillas se le levantó la blusa y bajó el pantalón, mostrándome involuntariamente hasta la rayuela, ya que el pantalón era abajo de la cintura, yo , descaradamente aproveché para ver por muy buen rato lo que se me mostraba y cuando ví que estaba por acabar le susurré :

-si así está el caminito ¿cómo estará el pueblito?-

Y ella inmediatamente se puso de pie subiendose el pantalón lo mas posible y bajandose la blusa, pero me la reviró de una manera inesperada:

-y cuando vas a conocer el pueblito?

Entonces me paré y la tome de la cintura, metiendo apenas los dedos bajo su blusa, rozando su tersa piel y atrayéndola hacia mi le dije quedo:

-cuando tu me invites

-pues un día de estos que no esté el gendarme- se volteo para seguir en lo suyo pero se empinó repegándome sus nalguitas que eran pequeñas pero se veían bien con ropa ajustada, yo seguí rozándola mientras ella terminaba de poner el moño del regalo, así como estaba la tomé de la cintura y comencé a moverme como si la estuviera penetrando, la oí respirar agitadamente, le estaba gustando, disfrutaba la sensación, pero se enderezó y con dificultad controló su respiracion, se volteó y muy cerca de mi boca susurró -ya terminé, bye.

Y se fue otra vez, dejándome como cautín, pero ya no había duda, me deseaba y la haría pagar todos sus coqueteos.

Al día siguiente llegó a la oficina con una minifalda tableada en blanco y negro, medias negras, tacón alto, una blusa rosa pegada al cuerpo de cuello alto pero sin mangas, escote en su espalda, realmente nunca la había visto tan sexy, sobre todo se marcaban bellamente sus redondos pechos a su apretada prenda, llegó y me abrazó muy cachondamente y aproveché para repegarme lo mas que pude hasta sentir sus montículos frontales apachurrarse contra mi pecho, la besé en la mejilla me regresó el beso plantandomelo firmemente en la mejilla pero muy cerca de los labios dio los buenos días y se siguió a su lugar.

Era Sábado y ese día salíamos a las 2 de la tarde y regularmente era un día mas relajado en el trabajo por lo que fui hacia su oficina a ver que sacaba , desafortunadamente no estaba sola sino con otras 2 compañeras platicando y cuando llegué hizo un comentario “inocente” que hizo que mi virilidad brincara como si tuviera resorte:

-Que aburrido, fin de semana y mi marido llega hasta mañana, y aparte mi carro descompuesto, tuve que venirme en taxi.

-Pues deberíamos salir- sugirió una de ellas

-Yo no puedo -dijo la otra- tengo un compromiso y además no tengo con quien dejar a mis niños.

Vanessa, mató el plan ya que no era lo que tenía en mente, solo estaba haciendo un anuncio a su objetivo que era yo:

-Pues ni modo será mejor en otra ocasión que podamos ir todas.

Seguimos platicando de cosas intrascendentes, pero yo ya había captado el mensaje, Vanessa estará sola todo el sábado y era mi oportunidad, así que me fui a mi oficina a maquinar la forma de que por fin pudiera vengarme de una vez por todas y disfrutar ese jugoso cuerpo.

Sin saber todavía si tendría éxito en mi objetivo llamé a mi pareja para decirle que estaría trabajando hasta tarde por unos pendientes inaplazables que probablemente solo saldría a comer, que yo le marcaba; me deseo suerte, y mira que la necesitaba.

Marqué a su extensión y le pedí que si podía ir a mi oficina, cuando llegó le dije que solo quería verla porque se veía muy guapa y agregué:

-Hoy tengo ganas de conocer tu pueblito ¿me invitas?

-Claro, ya hasta lo arreglé para que estuviera presentable, vas a ver que te va a gustar.

-Te veo entonces a la salida.

Estuve atento a la hora de la salida y cuando escuche que se estaba despidiendo del resto de la gente simulé que yo también iba ya de salida y me ofrecí a llevarla a su casa, para mantener las apariencias, obvio aceptó y nos fuimos a mi coche.

Al subir lo primero que me dijo fue:

-Primero pasa por favor a la farmacia ya que no lo haré sin condón, no quisiera llevarme un susto ya que con mi marido hasta el momento solo así lo hacemos, no queremos aun tener hijos.

-Está bien quedan varias de paso- e inmediatamente me enfilé a la mas cercana.

Desde que decidí vengarme yo ya traía una idea maquiavélica de lo que le haría a esta mujer, pero al entrar a la farmacia mi idea tomó proporciones épicas, ya que había 2 cosas que yo ya había probado y sabía que tenían un efecto muy positivo, uno era el gel estimulante y otro el anillo vibrador, así que además de los condones me llevé estos 2 productos que nunca había usado juntos, solo por separado y los resultados habían sido muy favorables, ahora con los 2 vería que pasaba.

Me subí al auto y no le mostré lo que llevaba lo eche al asiento de atrás , le pregunté que si estaba lista y me contestó que estaba nerviosa pero tenía mucho tiempo dándole vueltas al asunto y que yo le había sabido mover la hormona a tal grado que incluso haciendo el amor con su esposo había estado pensando en mi.

La tenía justo donde quería, iba a rogar que se la metiera.

Su casa era en una privada pequeña sin vigilante que abrían la puerta con control remoto que ella sacó de su bolsa al llegar, lo que me dió a entender que también ella había planeado que esto ocurriría, por lo que debería estar atento a que no fuera ella quien tomara el control de la situación.

La privada era nueva por lo que lucía muy solitaria, creo que nadie notó que entramos y su casa estaba en la parte mas discreta, un rincón que lindaba por un lado y por detrás con las bardas finales de la privada, por el otro lado con una casa desocupada y al frente estaba un área verde que en esos momentos nadie usaba, por lo que entrar a su casa fue en total privacidad, estacioné el auto del lado del área verde para no levantar sospechas y bajó ella primero, mientras se dirigía a abrir yo tomé la bolsa con “la herramienta”.

Tan pronto entramos a su casa se volteo y me abrazó y nos fundimos en un cachondo beso, donde pude morder sus labios, introducir mi lengua casi hasta su garganta, y recorrerla a mi antojo, todo mientras la agarraba de las nalgas apretándola contra mi erecto miembro que no tardó ni un segundo en ponerse firmes.

Así continuamos un buen rato donde aproveche para amasar esas preciosas tetas que no había notado bien hasta el día de hoy que llegó con esa sexy vestimenta, las mordí sobre la ropa escudriñé todo su cuerpo sin mover una prenda de su lugar, quería excitarla hasta que fuera ella la que pidiera que se lo metiera. y se lo hice saber al oido:

-Ahora si Vanessita te voy a hacer sufrir hasta que pidas a gritos que te la meta, vas a ver lo que se siente que te calienten y no te cumplan.

-Has de mi lo que quieras- fue su respuesta

-Pues empieza por mamarmela- le ordené

Se fue bajando por todo mi dorso hasta llegar a mi parte media y comenzó a acariciarlo sobre el pantalón, luego a marcarlo con saliba a lenguetazos, y a dar leves mordiditas que me hacian sentir choque eléctricos en la entre pierna, yo la tome de su cabellera teñida en castaño e hice una especie de coleta con su rizado cabello y la jalé como frenando su proceder.

-Mirame a los ojos- lo hizo algo espantada

-Hoy vas a ser mi esclava, pero no te preocupes, no voy a hacerte nada que no te agrade, tanto así que vas a rogar por mas, así que mas te vale obedecer lo que te pida.

-Si Amo-, fue su respuesta que acompañó con una sonrisa perversa.

-Sigue mamando.

Me abrió el sierre y urgó en mis calzones hasta encontrar esa tranca dura y babeante, la vio detenidamente y comenzó a lamerla desde su base, la rodeo absolutamente toda, no dejo un milímetro sin ensalivar y luego la comenzó a besar, hasta llegar a la morada cabeza y con la lengua removió de la punta el liquido lubricante que ya salía. luego la tomó entre sus labios y comenzó a succionar de una manera que era deliciosa pero a la vez provocaba dolor , dolor que soporté apretando los labios y gimiendo en combinación con el placer que me proporcionaba.

Luego la introdujo totalmente y comenzó el vaivén de meterlo y sacarlo pero tenía la cualidad de sacarlo totalmente bañado en saliva lo que proporcionaba una sensación riquísima, y prácticamente comencé a cogérmela por la boca ya que empecé a mover mis caderas empujando mi verga lo mas posible, ella en ocasiones sentí que le provocaba arcadas pero aguantó estoicamente, cuando sentí que no aguantaría mas, me salí solo para avisarle que me vendría dentro.

Protestó diciendo que ni a su marido se lo había permitido.

-Yo no soy tu marido, soy tu amo.

Dicho esto se la volví a meter y ella sumisamente siguió mamandola con mas furia esperando el chorro que inevitablemente tragaría. No tardé mucho y me vacie en cantidades que no recuerdo haber conseguido antes, lo que provocó que sacara de su boca mi pene y una parte fue a parar a su cara.

Una vez que terminé la eyaculación junté con mi mano todo lo que quedó en su rostro y lo fui empujando hacia su boca para que también lo tragara.

-¿te gustó?

-viniendo de ti acepto lo que sea- fue su respuesta.

Cada vez la veía mas en su papel de sumisa, sabía que eso es lo que necesitaba una mujer como ella, pero esto era solo el principio.

La levanté y le di la vuelta, la tome de sus tetas para jalarla hacia mi y poder limpiar mi pene en su trasero manchando su linda minifalda, luego la seguí acariciando y repegando la verga en su traserito mientras ella lo repegaba mas para sentir mas cerca la tranca en su culo.

Comencé a bajar mis manos hasta tocar su chocho y noté algo que me regresó la erección al estado del inicio. Me había equivocado, no llevaba medias, sino pantimedias y bajo estas no se percibían muestras de nada mas, pude sentir sus vellos púbicos queriéndose escapar entre la pantimedia y pude comprobar que ya tenía tan mojada la prenda como si la hubiera puesto al chorro del agua.

Acaricie su parte con mi dedo medio introduciendo un poco para tocar sus pliegues íntimos. mientras con la palma estimulaba su clítoris, ella respondió empujando mas su trasero hacia mi. Comencé a rasgar poco a poco la prenda con la intención de romperla, conseguí hacerle un pequeño orificio por donde introduje mi dedo hasta conseguir tocar su vulva directamente, sentí que la excitación se acrecentó en ella y le comencé a morder una oreja y a amasar mas fuerte su teta izquierda que hacía rato yo la estaba acariciando y ya podía sentir su pezón muy erecto. Ella arqueaba su cuerpo mostrando su avanzado grado de calentura y viendo su tersa espalda comence a besarla y lamerla por toda la abertura del escote trasero, con los dientes comencé a deshacer un nudo que estaba en la parte de atrás de su cuello y sostenía la prenda en su parte superior, al terminar de desabrocharlo con mi mano izquierda bajé la prenda para liberar sus excitadas ubres.

Ahora noté una bella prenda en color rosa que hacía juego con la blusa y que aprisionaba su anatomía y limitaba el placer, por lo que dejé mis jugueteos de la parte baja para poder acariciar sus mamas con ambas manos, no sin antes limpiar mi dedo humedecido por sus jugos en la parte superior de una de ellas, la giré para morderle las tetas aun sobre su bra y también con la boca desnudarlas, una a una bajando con mi boca los tirantes y luego las copas, mientras por la cercanía mi verga friccionaba con su falda muy cerca de su zona púbica, cosa que ella aprovechó para tomarla en sus manos y llevarla mas cerca del objetivo. Su pantimedia raspaba pero me prendía mas, por lo que dejé que lo hiciera. Logré liberar esos deliciosos botones que ya no cabían en su prisión y me prendí de ellos como hambriento crío dando pequeños mordiscos y lamidas, luego comencé a golpearlos levemente para enrojecerlos, noté que tenían una forma redonda y muy bien paraditos y eran de un antojable color claro, el resto de sus níveas tetas terminaron rebotando cuando logré safar el broche delantero que las unía increíblemente parecía que las seguía sosteniendo ya que eran muy firmes y de una forma ovalada vertical como el dibujo de una enorme gota, pero no colgados me encantaron debo decirlo, a pesar de no ser muy grandes.

Me prendí de ellas por un buen rato mientras Vane, seguia repegando con su mano mi verga en su panocha.

Tomé la bolsa donde llevaba los condones y demás cosas y la jalé hacia el comedor y la levanté para sentarla en la mesa, como pudimos quitamos todo estorbo de la misma y la senté sobre ella y abrí sus piernas, su minifalda en automático se levantó y me permitió ver aprisionada en una húmeda celda su bella zona púbica que, como había dicho en la oficina, tenía bellamente arreglada, recortado perfectamente el vello y rasurado en los laterales, lo que dejó solo un rectángulo de vello indicando el camino a su vagina.

Levanté su blusa que ya la tenía en la cintura y quité todas sus prendas de la parte superior aventándolas lejos de nuestro alcance. En la mesa solo quedó Vane y la bolsa de la farmacia. Con mis dos manos tomé su pantimedia y la rompí a lo largo para poder disfrutar a gusto el espectáculo que se me ofrecía y me dirigí a darle el cunnilingus de su vida.

Comencé lentamente, besando el rededor de su tesoro, por los labios, rodeándola poco a poco hasta llegar a la parte alta y darle un suave beso, luego humedecí con mi lengua toda la zona lamiendo como gato cada uno de sus labios, pasé por su entrada y metí un poco la lengua su respiración ya era muy agitada, succioné un poco su clítoris y luego lo acaricié con mi naríz, aprovechando para embriagarme del olor que emanaba su sexo.

Mordí cuidadosamente sus labios y los apreté con los mios en un beso sexual delicioso, mientras mis manos acariciaban sus pechos ella subió sus piernas a mis hombros seguí con esta práctica y con mis manos jugaba entre sus pechos y bajaba a sus muslos y nalgas, aunque ella aun tenía las pantis puestas no impidió que pudiera darle la mamada de su vida, luego baje mi mano derecha e introduje uno de mis dedos en su vagina mientras seguia lamiendo su ya descubierto clítoris.

Cuando sentí que estaba a punto del orgasmo me detuve, ella se extrañó y se irguió para ver que pasaba, le dije que quería desnudarme, pero era parte de mi juego para hacerla sufrir, mientras me quitaba la camisa pude ver como ella juntaba sus piernas y las restregaba como para seguir estimulándose en una masturbación disfrazada, después de quitarme la camisa, jale sus pantimedias para quitarselas en su totalidad, y las guardé en la bolsa de mi pantalón, serían mi trofeo. Ella no protestó, luego me quité zapatos calcetines, pantalón y boxer para quedar totalmente desnudo, mi pene erguido exigía nuevamente atención, pero él también tendría que esperar. Yo veía su cara mientras hacía todo esto y notaba en sus gestos la creciente excitación, pensaba que sería penetrada, pero yo tenía aun otros planes.

Tomé la bolsa de los condones y la paré de la mesa pidiendo que me diera la espalda, destapé sin que se diera cuenta la caja del gel estimulante y saqué el tubito y lo dejé a la mano mientras sacaba el anillo vibrador que venía con un condón, saqué ambos y le pedí que se volteara y me lo pusiera ella yo ocultaba en mi mano el anillo para ponérmelo después.

Ella sacó el condón y comenzó a ponérmelo, tan pronto terminó me abrazó y nos besamos deliciosamente, inmediatamente se repegó con todo su cuerpo a mi como pidiéndome que la penetrara, pero aun no era el momento. Volví a voltearla y la pude ver de espalda únicamente con su minifalda aun puesta y pude ver el excelente par de piernas que tenía, muy bien torneadas y sin una imperfección, le levanté la mini y le dí una buena nalgada, ella por instinto se empinó, seguía, pidiendo verga con su expresión corporal.

Yo la seguí acariciando levanté su falda y comencé a darle mordidas y besos en las nalgas, le dejé un buen chupetón en una de ellas, pero con la excitación ni pensó que le podría causar problemas.

Aproveché la posición y metí mi cara en su trasero para lamer desde esta nueva vista su pucha, a ella le encantó, tome sus nalgas y las separé hasta ver su arrugado culo y sus ya hinchados labios menores y seguí con mi tarea, ya tenía a la mano el gel y el anillo, así que mientras estaba en eso fui poniéndome el anillo sin prenderlo, luego destapé el tubo del gel y puse una gota en mi dedo medio, me paré y pase mi mano por delante de ella para untar la gota de gel bajo su clítoris, ella no supo ni que hice pero poco a poco el calor la fue envolviendo y se volteo a besarme de una manera descontrolada, repegandome su sexo mientras con una de sus piernas me atraía hacia el mismo, le quité su minifalda y me enfoqué en solo acariciarlo por fuera con mi pene ya listo para cuando lo pidiera, mame sus bellas tetas y ella comenzó a susurrarme:

-Métemelo, métemelo.

-¿Qué quieres?

-Que me lo metas

-¿Cómo lo quieres?

-Adentro, lo quiero adentro, cabrón

-¿Lo quieres suavecito o duro?

-Duro, muy duro

-¿Quien soy?

-Mi amo, eres mi amo

-Entonces pídelo por favor

-Métemelo por favor

-¿Qué es lo que quieres que te meta?

-Tu pito

-Pito es de niños pendeja, ¿qué es lo que quieres?

-Quiero tu pene

-¿Pene?

-Quiero tu verga, pero ya por favor

-¿Para que la quieres?

-Para gozarla

-¿Y cuando la tengas adentro qué vas a hacer con ella?

-La voy a exprimir.

-¿Por donde la quieres?

-En mi vagina, la quiero en mi vagina

-¿Me darías tu culito?

-No, por ahi no, por favor, nunca lo he hecho por ahi

-Entonces ruega que te la meta, subete a la mesa, y ponte en 4

Se subió y me puso el culo en mi cara, yo volvi a darle unas cuantas nalgadas mientras seguía acariciando toda su picha con mi mano. Ella respiraba muy agitada ya no podía mas

-Por favor ya métemela

-Si después me das tu culito

-Si lo que quieras pero métemela ya no aguanto.

La cargué y bajé de la mesa, volví a acercarle mi tronco acariciando su pubis.

-Grita que la quieres adentro.

-Quiero tu verga dentro de mi- lo dijo en un grito que muy seguramente se oyó fuera de su casa.

La tome de sus nalgas y con mis manos tome sus jugos vaginales y los comencé a extender hasta su culo, metí un dedo y ella gimió muy fuerte, comencé a juguetear metiéndole el dedo a veces en la vagina, a veces en el ano, metí un segundo dedo comencé a expandirlo poco a poco.

-Metela, metela, metela ya por favor estoy ardiendo, necesito verga.

-¿Necesitas verga? o ¿necesitas MI verga?

-Necesito TU verga mi amor, ya la quiero probar, la quiero tener dentro de mi ya no me hagas sufrir mas te lo ruego.

Le encajé 2 dedos en el culo y vi que entraron ya sin problema ella pujó de dolor pero no se amilanó, con esos dos dedos dentro la cargué y puse sobre la mesa, me quedaba exactamente a la altura para penetrarla, saque mis dedos, y encendí el anillo, ella lo había sentido, lo escucho vibrar pero no dijo nada solo abrió las piernas, se la dejé ir en una estocada digna del mejor matador, ella se quedó sin aire, se la dejé adentro hasta que recuperó el aliento, mientras tanto el anillo hacía su parte y ella comenzó rápidamente a moverse y disfrutar, yo seguí embistiéndola de una manera salvaje, sin compasión en venganza por todas las veces que ella me había calentado y dejado con ganas, cada embestida que le daba, al llegar a tope el anillo le provocaba una descarga directa a su clítoris lo que le provocaba mas placer, así que luego en lugar de embestir como taladrando piedra, se la metía rápido pero me quedaba dentro un rato para segundos después sacarla totalmente, repetí así la operación varias veces, cuando empezaron sus temblores le dije a su oído:

-no te reprimas saca todo lo que tengas, disfrutalo.

Obedeció y sus piernas se doblaron aprisionandome contra su cuerpo para culminar con un baño increible de líquidos vaginales, eyaculó sobre mí en un grito ensordecedor combinado con llanto, poco a poco la abracé y dejé que se recuperara un poco y cuando la vi en mejor estado me salí de su vagina para seguirla besando y abrazando.

-Perdón, perdón, nunca me había pasado esto

-Shhhh, no te preocupes, me encantó

Aun no estaba del todo recuperada cuando me dijo:

-Házmelo por el culo también, te lo mereces, nunca me había pasado esto y nunca creí que fueran posibles estas sensaciones, soy toda tuya.

No perdí tiempo, me quité el anillo y cambié el condon, ella me ayudó a ponermelo pero ahora con la boca, se volteo y me ofreció su lindo ojete al que puse una buena cantidad de saliva escupiendo sobre él y metiendo primero los dedos hasta que logró dilatarse lo suficiente para recibirme.

Lo puse cuidadosamente, fui penetrando de a poquito, ella pujaba, le dolía, se acariciaba el clítoris, y empujaba poquito su trasero ayudandose con la mesa donde estaba recargada boca abajo poco a poco fui avanzando, segui salivando el condón hasta que por fin logré meterlo en su totalidad, lo dejé el tiempo suficiente para que se acoplara en su funda y luego comencé a sacarlo y meterlo en suaves movimientos, noté que dejó de sufrir y comenzó a gozar, mientras estaba en estas vi nuevamente el tubo del gel y me pregunté si serviría para lubricar mejor, lo tomé sin dejar lo que estaba haciendo, Vanessa estaba con los ojos cerrados disfrutando la culeada que le estaba dando así que ni cuenta se dió, puse una pequeña gota en mi dedo y otra en el condón y las embarré alrededor del pene, no puse mucho porque no sabía si le ardería, metí nuevamente mi verga y ahora fui yo quien la tome de su pubis con 2 intenciones, embarrarle el gel sobrante en su vagina y atraerla mas hacia mi con esta nueva embestida, conseguí las dos metas y ella gimió y dijo:

-Ahhhh se siente caliente, otra vez me vuelve el calor, dame mas duro

Y la embestí fuertemente dándole además unas nalgadas que por lo visto le agradaban, seguí así hasta que el condón perdió lubricación y se atoro en su ano y provocó que se me saliera, yo no quería parar a ponerme otro en ese momento, así que me escupí ambas manos y lubriqué lo mejor que pude el pene pero lo metí ahora por la vagina para probarla “a pelo” ella repujó y no dijo nada, le encantó sentirla así, por la posición en que estaba levantó las piernas hasta ponerlas totalmente en posición horizontal deteniendo su cuerpo en la mesa, y yo agarrandola de los muslos seguí penetrandola por la puchita por un buen rato, hasta que sentí que no podría mas, me salí para controlar ese orgasmo por llegar y le metí los dedos de una mano al culo y otros a la vagina, para seguir estimulandola, luego bajó los pies y la vi ya doblando las rodillas signo de que también estaba por venirse otra vez me meti una vez mas a bombearla, y ella grito:

-Métela al culo, quiero sentirlo en el culo sin condón

No me lo dijo dos veces y se la dejé ir de un jalón en ese instante supe que estaba llegando al segundo orgasmo por el grito y la humedad que corrió por su piernas, el temblor y que ya no soportó que le acariciara el clítoris, bombee unas pocas veces mas su rica cueva trasera y salió mi caliente leche que quedó depositada en su parte mas obscura, lo saqué chorreando y satisfecho, y ella aun seguía en ese lapso post orgásmico donde no están en este mundo.

Se enderezó algo atolondrada y la cogí para evitar que callera, nos dirigimos a la sala a sentarnos en el sillón donde nos abrazamos cansados pero felices.

Me confesó que con su marido no había alcanzado un orgasmo porque siempre lo hacian con condón porque él no quería hijos aun y no la dejaba tomar pastillas, y el condón se secaba y lastimaba después pero que conmigo eso no había sido problema que había lubricado tanto que no le parecía real y que solo una vez lo habían hecho sin condón, pero que aun así no había sentido lo que acababa de vivir conmigo.

Le confesé mis trucos del gel y del anillo, se rió y quiso verlos, luego de eso nos fuimos a la recamara a seguir disfrutándolos por otras 2 sesiones mas.

Guardo en mi oficina sus pantis rasgadas y con su delicioso aroma impregnado, cada que puedo la hago que vaya a mi oficina las tome y las pase entre sus piernas.

Se convirtió en mi perrita desde ese entonces, lo que le pido hace, no hay nada como someterlas con placer.

espero le haya gustado no olviden comentar y dejar 10 se le quiere

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