Mi querida cuñada

Mi cuñada y yo trabajamos en la misma empresa. Ella es gerente de sucursal en una provincia vecina, y yo trabajo en la casa central, pero al ser Responsable de Sistemas, me toca viajar seguido por todos los locales de la firma.
Me ponía muy contento cada vez que me tocaba ir a la Sucursal donde estaba ella. La verdad, desde que la conocí, me gustó mucho y siempre tuve fantasías de tener algo, pero nunca me animé… hasta ahora!

Hace cuatro meses que ella se divorció y eso aumento mis ganas de tirarme a la pileta. Cuando viajaba a trabajar con ella, a veces me quedaba un par de días en su casa, en un departamento para huéspedes que tiene dentro de su propiedad. Almorzábamos y cenábamos juntos, veíamos alguna película, pero todo tranquilo, ya que estaban sus 2 hijos.

En el último mes me tocó instalar una actualización importante en el sistema para su sucursal y reemplazar algunos equipos. Pensé, esta es la mía, me voy a quedar unos días y ahí quizás pase algo.
Cuando llegué me recibió muy bien, siempre hubo muy buena onda, pero nada mas. Esta vez, intuía, va a ser distinto.
Cuando fuimos a su casa me entero que mis sobrinos no estaban, se habían ido de viaje con su padre por varios días. Eso me puso a mil, se estaban dando todas las condiciones, era una oportunidad única que no podía dejar pasar. Quedamos de acuerdo para cenar más tarde y fui a prepararme para mi “cita”. Cuando se hizo la hora de cenar, me acerqué a la casa. Estaba todo preparado y ella estaba terminando de cocinar.

Estaba bellísima! Paso a describirla, Un metro Setenta, muy buenas lolas, (el año pasado se había hecho un retoque y le quedaron muy bien), una cintura pequeña que resaltaba mas sus hermosas caderas (me encanta su gran culito) y estaba vestida con un vestido negro, con un generoso escote y un tajo que permitía apreciar sus largas piernas. Se había puesto un perfume que provocaron en mí ganas de saltarle encima y comerla a besos, pero prefería ir despacio.
El menú era bastante elaborado, de entrada rollos de espárragos y prosciutto, de plato principal un exquisito jamón glaseado, y un postre de candente con ron para finalizar, todo regado con un muy buen malbec que había llevado para la ocasión.

La cena transcurrió en forma muy agradable, con una charla amena, música tranquila de fondo y yo alabando sus cualidades gastronómicas, y tirando uno que otro palito por lo bella que estaba. Después de cenar pasamos al living y nos sentamos en un cómodo sofá a tomar un rico café irlandés. A todo esto ya había tomado un poco de coraje y no perdía oportunidad para acercarme decirle, cosas al oído, tocar su manos como al pasar. Ella se mostraba muy contenta y me seguía el juego. En un momento dado, mientras elegíamos y cambiábamos la música, sin querer nuestros rostros quedaron a escasos centímetros, nos miramos a los ojos, ella los cerró y dulcemente nos dimos un tímido beso. Cuando quise seguir, ella se excusó por lo inconveniente de la situación, pero insistí y no puso demasiada resistencia. Los besos comenzaron a ser mas apasionados y me sentía en el aire, estaba haciendo realidad una de las fantasías que siempre tuve, tener un romance con mi querida cuñada. Comencé a acariciar su bello cuerpo y ella me dejaba, ya totalmente entregada. Comencé por su espalda, que tenía una piel muy suave y con algunas pequita, como me gusta a mí, seguí por sus hermosos pechos, mientras ella gemía suavemente y me abrazaba. Bajé hasta su conchita y noté que estaba muy mojada, le corrí la tanga de color negro y comencé a meterle un dedo primero, luego dos y finalmente se la saqué y bajé comencé a besarla. Tenía unos grandes labios y un aroma embriagador. Se estremecía de placer y yo le daba un ritmo cada vez más fuerte, Su hermosos ano estaba a la vista y también empecé a darle lengua, se notaba que estaba intacto, volvía a su conchita y ella finalmente estalló en un gran orgasmo, mientras gritaba de placer y me acariciaba la cabeza y me presiona contra su sexo. Me dijo que nunca le había hecho eso y que nunca se iba a olvidar del placer que le había dado.

A esa altura yo ya estaba con la pija durísima y la invité a que probara. Me senté y se puso de rodillas, me agarró el tronco y lo puso en su boca. Se vé que alguna experiencia tenía en este tema por lo mamaba como una verdadera experta, Jugaba con la cabeza, se lo tragaba todo, luego me lamía los huevos,. Yo no quería acabar, pero a este ritmo iba a ser difícil no hacerlo. Paramos un poco y me concentré en sus tetas, que buen par que tenía! Sus pezones estaba duros por tanta calentura y comencé a chuparlos para nuestro deleite. Pasaba de uno a otro, jugueteaba con la lengua y en un momento me pidió por favor que la cogiera… Cogéme por favor, Cojéme bien fuerte, quiero tu pija adentro mío, me decía, la quiero ahora!. Sus deseos eran órdenes para mi, me acosté y la puse arriba mío y la penetré o bien, ella se puso la pija en su conchita mojadísima a ese momento. Comenzó a cabalgar y a moverse frenéticamente mientras yo la miraba y gozaba con el espectáculo que me estaba dando. Me siento una perra, me decía, y quiero ser tuya y de nadie más, me encanta cómo me coges mi amor! Y gemía más y más hasta que en un momento acabó con todo y yo la seguí, inundando su conchita con mis chorros de leche.

Haciendo un gran esfuerzo, seguí con el metesaca mientras que ella retomaba el ritmo, esta vez con más ganas. Me besaba, me acercaba sus tetas, que yo besaba con mucho placer, me acariciaba y me acercaba a su oído para decirle cosas calientes que la ponían más loca. Cambiamos de posición y la puse en cuatro, aquí me tenté al ver su pequeño agujerito, y empecé a darle lengua nuevamente, le metí un dedo, y luego con paciencia y saliva, un segundo, mientras con la otra mano le tocaba la concha. Cuando estuvo mas dilatado, encaré para su culito, y si bien sabía lo que se venía, ella me dijo, “Qué me estas por hacer? Me va a doler! Por ahí no! Puse la cabeza en la entrada y lenta y suavemente empujé y mientras iba y venía ella gritaba por esa mezcla de dolor y placer que le estaba dando. Al principio le metí solamente hasta la mitad, pero al estar mas lubricada empecé a darle más, hasta que se le metí entera y ella suspiró de placer al alcanzar un nuevo orgasmo, eso y su culito estrecho me llevaron a acabar nuevamente, y dejarle su culo lleno de mi leche calentita. “Me rompiste el orto, pero me encantó!”, me decía y me besaba, la tome con mis brazos y la deposité en su cama. Mientras me disponía a irme a mi habitación, ella me dijo, “vení, quedáte conmigo, quiero seguir cogiendo”, a lo que accedí, pero cuando me disponía a besarla y empezar la faena de nuevo, se quedó dormida y yo también, muy contento por cierto por haber cumplido con mi fantasía de cogerme a mi querida cuñada.

5 comentarios - Mi querida cuñada

Flor_882
Exitante La Infidelidad
complice69
Fantastico relato!!!! muy exitante y morbosa!!!!!