Sofía y Pedro en la Isla - Parte II

Sigo la historia de Sofía y Pedro en la Isla.

La verga de Pedro se ponía cada vez más colorada e hinchada. Sus venas sobresalían del pito y parecía que fueran como ríos que surcaban su piel. Cada vez que entraban en el canal de Sofía, ésta gemía, su ojete se abría y se relajaba, sabiendo que así gozaba más y más. Con sus cachetes apuntando para arriba y hacia la ventana, Sofía encorvaba su espalda, para poder morder los labios de Pedro. Sus lenguas se tocaban y jugueteaban, mientras un constante y potente bombeo enrojecía y mojaba cada vez más los dos cuerpos que se engarzaban. Los labios de la vagina de Sofía se abrían cada vez que Pedro le metía todo su pedazo en el ano, como una boca que se abría para besar. Afuera, las hermanitas se tocaban y el consolador pasaba de culo a vagina, y de una vagina a la de la otra hermana, no sin antes saborear sus jugos con los labios. Toda la escena estaba siendo filmada. Cuando Sammy le sacó el juguete a Lupe, ésta tomó su cámara de fotos, se irguió y empezó una seguidilla de fotos de esa cogida anal infernal que estaba viendo, que su hermana y Pedro estaban disfrutando como locos.
Y Lupe tuvo la fortuna de ver y registrar con su cámara el momento mismo en que, arqueándose como una loba que aúlla a la luna, Sofía echó un grito infinito de placer, cuando sintió que el vergón de Pedro se hinchaba, se calentaba y un líquido espeso y cálido se colaba en su interior. Fueron dos minutos más de movimiento, de penetración fuerte, hasta terminar suavemente, y con todo el semen adentro de su cola. Cuando la sacó, la pija de Pedro estaba semi rígida, bordó por el roce, y húmeda por el jugo que le había entregado a Sofía. Pedro se sentó en la cama, y Sofía, como agradecida, se arrodilló frente a él, tomo su pito y lo lamió y lo succionó, como si quisiera que ninguna gota quedara adentro de él.
Lupe se dio cuenta que de adentro podrían verla, entonces se agachó, justo cuando su hermana le volvía a meter el consolador entre sus labios. Le hizo a Sammy una seña como que ya habían acabado, chuponeó el juguete, se lo dio a Sammy esta lo guardó en su cartera. Se acomodaron y se dispusieron a entrar a la casa.
Apenas llegaron a la puerta de la casa, Sammy y Lupe entraron, haciendo ruido. Unos minutos después, Sammy, la mas zafada entró a la habitación de su hermana, pensando que ya se habrían cambiado, pero no, Sofi se estaba duchando, y Pedro estaba aún en bolas, tirado en la cama, con el vergón medio erecto, y haciéndose el dormido. Sammy llamo a Guadalupe, que al ver el pijón de Pedro, agarro su cámara de fotos, y dándole al zoom, lo acercó hasta que llenara toda la pantalla LED. Escuchando que la ducha aún estaba prendida y su hermana cantando de felicidad, se acercó despacito a la cama, se puso en cuclillas y acercó su mano y su boca a la pelvis de Pedro como para que Lupe le sacara una foto "divertida". Al sentir la presencia de Sammy, el vergón de Pedro se movió, por lo que la mano de Sammy lo tocó, y el pijón se irguió, metiéndose de lleno en la boca de la hermanita. Lupe saco más de veinte fotos mientras Sammy saboreaba esa pija, mientras Sofía seguía bañándose. Samantha estaba como loca. Nunca había tenido una pija en la boca con gusto a sexo. Y le encantó. Tanto que no escuchó cuando la ducha se apagó, y solo la llegada de Lupe, agarrándola de los hombros la hizo soltar. Lupe solo atinó a tocárselo. Y se fueron, cerrando la puerta ante la mirada pícara de Pedro.
Al salir del baño Sofía se agachó frente a Pedro una vez más, y terminó –sin sospecharlo- el trabajo que había empezado su hermana. Lo disfrutó como siempre, cada vez un poco más que la anterior. Y Pedro se fue a bañar. Al salir de su habitación, sus hermanas miraban en las fotos en la cámara de Lupe, pero se hicieron las tontas. Sammy se acerco a la puerta de la habitación a saludar a Sofi, esperando poder ver nuevamente el vergón de Pedro, y al acercar su cara a la de su hermana, sintió como el inconfundible aroma a sexo estaba impregnado en los labios de Sofía. Sin necesidad de decírselo, Sofía se dio cuenta que Sammy lo había notado, y relamiéndose le dijo: “no sabes que rico es, que esponjoso, suave y macho. Y qué dulce le queda después de tener sexo. Si lo probaras te morís”. Sammy se dio vuelta, miró a Lupe, le guiñó el ojo y volviéndose le dijo a Sofi, “no lo sé, pero me encantaría. Me lo prestas un rato?”
“Estas loca! Es exclusivo.” Le respondió Sofía

Se sentaron las tres a desayunar, y cuando Pedro salio del cuarto, ya cambiado, las tres se abalanzaron a saludarlo.

Después del mediodía, Sammy y Lupe se fueron con sus kayaks a la isla de unas amigas. Llevaron sus celulares y la cámara de fotos.

Y otro día sigo el cuento…

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