Mi señora, nuestra amiga y yo

Siempre fantaseamos con mi esposa, Nancy, de incluir una tercera persona en nuestras relaciones cosa que nunca pasó por embrollos del destino. Tenemos una amiga en común, llamada Brenda, la cuál tiene tres años más que nosotros. Nunca dijimos expresamente con mi señora que podíamos llegar a incluir a Brenda en nuestros juegos sexuales, pero parece que ambos lo veníamos imaginando. La noche en cuestión, invitamos a cenar a nuestra amiga como tantas otras veces. Mi esposa estaba con un vestido blanco que se desabotona por el frente. Me encantan este tipo de vestidos porque en el juego previo se pueden abrir exponiendo lentamente su cuerpo hasta tenerlo todo a mi disposición. Además, traía el pelo suelto y unos zapatos bajos; eso la hacía ver mucho más casual y más excitante. Nuestra amiga, vestía unos vaqueros ajustadísimos, una remera que marcaba sus grandes tetas y sus pezones, estaba hermosa y muy provocativa. Cenamos y charlamos de muchas cosas y de muchos temas. Bebimos varios vasos de vino y eso nos relajó bastante. Pasamos a otra sala y puse un disco de Michael Franti que es ideal para la ocasión, y saqué a bailar a mi mujer, mientras mi amiga se sentó en un sofá y nos miraba. Hasta allí fue una noche normal, como tantas otras, pero pareciera como si lo hubiéramos planeado. Mi esposa y yo nos empezamos a calentar y el baile comenzó a subir de tono; nos besábamos en los labios y yo le acariciaba el cuerpo, las nalgas y las piernas. Ella pasó varias veces la mano por mi bulto que ya era bastante notorio. El clima iba levantando temperatura y no nos animábamos a mirar a Brenda. Le levanté el vestido y metí mi mano debajo de sus medias. No traía ropa íntima. Le palpé la entrepierna y para mi sorpresa estaba completamente rasurada. La masturbé un momento pero ella se hizo para atrás y me dijo que bailara con Brenda. Fui hacia ella, la tomé de la mano, se levantó sin más y la acerqué a mí mientras mi esposa se sentaba a mirarnos y se acariciaba sobre el vestido. Me pegué al cuerpo de ella y para ver como reaccionaba empecé a acariciarle las nalgas y la besaba en el cuello. Ella me acariciaba la verga sobre la ropa y eso me puso muy caliente. Giramos a ver a mi esposa y ella nos sonrió. La llamé hacia nosotros y los tres nos abrazamos y nos movimos al ritmo de la música. Nuestras manos buscaban destinos diferentes. Sentía yo los cuerpos de las dos y besé a mi esposa en los labios, después besé a mi amiga y fui alternando entre una y otra lentamente hasta juntarnos los tres, mientras les acariciaba la cola a ambas. Fui juntándolas poco a poco hasta que ellas estuvieron frente a frente y se fundieron en un beso apasionado. Sus manos empezaron a recorrer con avidez el cuerpo de la otra, con excitación y curiosidad. Era la primera vez de ambas con otra mujer. Me hice para atrás y vi, como mi esposa le abría los pantalones a su nueva amante y le metía los dedos debajo de sus calzones. Mientras ella, sin dejar de gemir, le metió a mi esposa una mano bajo su falda y le acarició el sexo, se veían calientes y jadeantes mientras se masturbaban. Yo me acerqué a las dos y empecé a desvestirlas porque ellas no se separaban de su beso y se seguían manoseando. Al verse desnudas, se abrazaron más juntas y se acariciaron más el cuerpo y los sexos. Yo me desvestí a toda prisa y me acerqué. Ellas giraron y me acariciaron la verga dura y parada. Las llevé lentamente hacia el sofá. Quería que mi esposa probara el sabor del sexo de mi amiga, por lo que le pedí que se la chupara. Mi amiga se acostó y abrió las piernas mientras mi esposa se metió entre ellas y la empezó a mamar. Yo le metí la verga en la boca a Brenda y ella me empezó a tragar y lamer mientras gemía por las lamidas de mi esposa. Después de un rato cambiamos y ahora ella se colocó entre las piernas de mi esposa y la empezó lamer, mientras mi señora me mamaba la pija desde su base hasta los huevos. Les dije que no aguantaba más, estaba a punto de acabar, por lo que se levantaron y se fueron de la mano al cuarto mientras yo apagaba las luces y ponía unas velas para hacer el ambiente más cálido y sensual. Al entrar al cuarto, las encontré abrazadas en un hermoso 69, gimiendo y acariciando cada una las nalgas de la otra. Yo me acerqué y me masturbé mientras las veía. Me subí a la cama y empecé a besarlas a una y a la otra. Les frotaba mi verga en sus rajas mientras seguían besándose. Se separaron y empecé a mamar la concha de mi amiga mientras mi esposa se masturbaba. Hicimos una cadena en la que intercambiamos muchas posiciones. Mi señora tenía las piernas bien abiertas y facilitaba que Brenda le mamara su conchita expuesta, rasurada y mojada. Las dos se separaron y empezaron a mamar mi verga entre ambas. Una el tronco y la cabeza y la otra los huevos. Ya que estaba a punto de acabar, mi esposa le dijo a nuestra amante que se sentara en mi verga para vernos coger. Ella se recostó en la cabecera de nuestra cama y yo la veía masturbarse con fuerza mientras Brenda saltaba y se movía en mi verga cada vez más dura. Yo le acariciaba las nalgas y le besaba los grandes pechos al mismo tiempo que mi verga se perdía en el calor húmedo de su sexo. El estarme cogiendo a esa hermosa mujer frente a mi esposa, fue demasiado y me chorreé dentro de su concha, gritando de placer mientras ella se venía en un delicioso orgasmo. Juntos acabamos. Cuando nos separamos, mi esposa se metió entre sus piernas y lamió mi semen fuera de ella calentándola nuevamente. Tuvo otro orgasmo delicioso mientras la besaba y ella misma se masturbaba. Tomé a mi esposa de los tobillos y la coloqué al filo de la cama en la esquina y la puse boca arriba. Su raja se abrió completa y la empecé a chupar, lamer y masturbar. Mi amiga se me acercó y me ayudó a mamarle el clítoris que cada vez se ponía más duro y colorado. Mientras Brenda la mamaba, me tiraba la verga y esta se empezó a poner nuevamente dura. Mi señora gemía mientras le ensalivamos completamente la concha y el culo y le empecé a meter los dedos. Primero uno, después dos…tres…cuatro…, Nancy aullaba de placer. Eso la puso como loca; para llevarla al límite, nuestra amiga le sobaba las tetas y comenzó a besarla en la boca, y eso fue explosivo. La lengua de mi amiga y mis dedos la llevaron a una serie de orgasmos interminables que hacía que su cuerpo temblara, vibrara, sudara y pidiera más, como nunca antes la había escuchado gritar. Mientras nuestra amiga no dejaba de masturbarme. Le saqué los dedos y la dejamos descansar y tomar aire un momento. Brenda no podía creer lo que veía y le dije que metiera un dedo en la concha de mi esposa, lo metió hasta el fondo y yo le metí el índice en el culo, y froté el dedo de mi amiga a través de los tejidos sexuales de mi esposa. Esto la excitó mucho y mi esposa tuvo otro orgasmo delicioso. Ya mi verga estaba parada nuevamente, me levanté y se la metí completa adentro con sus piernas en mis hombros. Le dije a mi amiga que se sentara en la cara de mi esposa para que sintiera la textura de su lengua pasando por su culo mientras yo le hacía el amor. Mi señora estiraba su lengua con delicia mientras mi verga entraba y salía fuertemente de su entrepierna, mojada, caliente y muy dilatada. Tuvo otro orgasmo y me estrujó la verga en el interior de su vagina, exprimiendo hasta la última gota de mi semen. Me hice a un lado mientras ellas continuaron en un 69, lento pero continuo, debido al cansancio. Sus gemidos fueron en aumento hasta que explotaron en un orgasmo y en un solo grito animal. Luego nos acostamos rendidos pero seguimos tocándonos hasta dormirnos.
La mañana del domingo nos sorprendió enredados entre las sábanas. Empezamos a charlar un rato y poco a poco nos fuimos excitando nuevamente. Nuestra amiga estaba en el medio y comenzó juguetear con mi pija entre sus dedos, lo que me produjo una erección inmediata e intensa. Mi esposa también se empezó a masturbar así que los tres estábamos ahí, calientes nuevamente. Saqué del cajón un consolador que le alcancé a mi esposa. Ella se metió entre las piernas de mi amiga y la besó hasta lograr introducir el dildo. Después que la excitó, se separó y se colocó con las piernas abiertas empalmada con el sexo de mi amiga. Como cuando se colocan dos tijeras abiertas unidas en los vértices. Sus conchas se frotaban y se excitaban, con un chasquido húmedo. Las separé un poco y metí el consolador entre sus rajas y veía como entraba al mismo tiempo en ambas. Yo mientras les mamaba y acariciaba sus pechos. Luego de un rato, Brenda me rogó que la coja, la puse al borde de la cama en cuatro patas y le metí mi verga en su concha mojada y caliente. Mi esposa se metió debajo de ella, en 69, y empezó a mamarnos a los dos. Pocas sensaciones son tan placenteras como sentir la lengua de tu esposa mamando tus huevos y el clítoris de una chica mientras le metes el pene hasta adentro. Sentir la textura húmeda y rasposa excitando mis testículos mientras nuestra amante me estrujaba la verga, todo rodeado de sus gemidos, sudor y el olor a sexo y a semen, fue demasiado por lo que acabé dentro de mi amiga. Ella, al sentir mi leche, se vino también en fuertes gritos a los que se unió mi esposa. Me salí de su sexo para que mi semen chorreara sobre la cara de mi mujer, ella obediente succionó hasta la última gota de la entrepierna de nuestra amiga. Nos acostamos y nos quedamos entre dormidos. Al poco rato mi esposa todavía caliente e insatisfecha, me despertó con una mamada deliciosa y mi verga se puso dura nuevamente. Mi amiga estaba cansada por lo que le hice el amor a mi esposa, colocado sobre ella, los dos en cuatro patas, besé, lamí e introduje mis dedos en su culo hasta que logré dilatarlo para introducir mi verga. Ya un poco cansado de tanto trajín, tardé bastante en acabar, por lo que Nancy disfrutó mucho éste mete-saca y tanto disfrutó que logro acabar con la ayuda de mis dedos en su concha, bajo la atenta mirada de nuestra amiga Brenda, que nos alentaba recostada a nuestro lado. Esto fue muy excitante y me pude venir por última vez ése día. Brenda se metió a bañar y la siguió mi esposa. Quedé en la cama tendido sólo. Y es lo último que recuerdo, porque luego quedé dormido…

8 comentarios - Mi señora, nuestra amiga y yo

juanybarro
que locoooooooooooooooooooo todo !!!!!!!!!!!!!!!!!! que suerten tienen ,muy buen relato
Mi señora, nuestra amiga y yo
nopipeque
Ja excelente!!
Yo me moriria de la pena si fuera Brenda! pero genial!
buen relato!!
muy hot!


relatotrios
maibarra
Decir excelente es poco.. realmente mil puntos el relato.. me puso la pija a mil..!! seguí así.. creando historias como estas.. Exitos..!!
stefaniia86
Muy buen relato que hizo que me calentara y encima estoy solita espero que mi pareja venga pronto!!!! Ami tambien me gustaria hacer un trio
germazing
Hay stefania,que lindo invitarte a hacerlo con mi novia. Mi sueño es que me la chupen entre dos y hacerles TODO. Nunca pude hacerlo todavia...
WiNGuZ
vamos planeando algo similar...... tiene que resultar..... me encanto el relato.... van puntos...!!!