La webcam como despegue definitivo de las redes sociales

Debo contar un poco la historia de las redes sociales desde el punto de vista que a mi me toco vivir. Antes de que se desatara la furia de internet y cuando Microsoft andaba por el D.O.S solo había clubes locales con los que se entraba con modem telefónico. Un 2400 de velocidad eran para principios de los noventa un estándar más que veloz, que no es nada comparado a lo que existe ahora. Por ese entonces me asocie a Los Pinos que tenia un sector de chat donde hicimos una primera comunidad del chat y nos reuníamos por Belgrano, en Paloco, un Pizza Banana. El boca a boca de estos sistemas de comunicación se fue agrandando hasta que entrar a Los Pinos se hizo insoportable. Así que uno de los usuarios con un poco de visión e inteligencia formo Canopus y a partir de ahí, todavía bajo D.O.S. nos comunicábamos entre nosotros. Lo interesante de el software que daba Canopus era que podíamos entrar a un programejo llamado Hammer que nos hacia concertarnos con el IRC.
Creo que lo peor y para no hacerlo larga es mentirse a si mismo. Por aquel entonces no había canales en castellano y por supuesto intente mejorar mi ingles escribiendo en un canal norteamericano para gente madura.
Lo interesante es que cuando entablaba una buena conversación con alguna mujer me decían, al preguntarme de donde era y le contestaba de Argentina: “so far†(demasiado lejos). Una user me refirió a una mujer de Iowa que dijo que seria buena interlocutora mía. Digamos que su nombre era Cathy.
Hablamos por meses y en una estada en New York hablamos largamente por teléfono, mientras ella estaba en Aspen, Colorado, disfrutando de sus Winter holidays.
Así seguimos con Cathy una pelirroja bastante madurita pero aun con buenas partes que elogiar, a conversar, foto va, foto viene, y yo estaba feliz creyendo en el amplio mundo de las nuevas comunicaciones. Ella se había casado con una persona del chat, lo cual no me importaba nada, era mi profesora de ingles y amiga.
Un día Cathy se la notaba extraña y luego de insistir, me dice Oscar, háblame sucio, pero en ingles, (talk me dirty). Yo le pedía que me explicara el sentido de esas palabras y como resultado de eso además del enganche, me ligue el primer cibersexo hablado pero en ingles.
Las cosas cambiaron drásticamente ya que el chat del IRC se extendió vía Undernet por toda lengua Castellana, y aparecieron varios canales y muchos que aun persisten con referentes argentinos.
Debo recalcar que para aquel entonces existía el Free Tel que permitía tener conversaciones telefónicas vía Ip como un adelanto de lo que seria después el devenir.
Apareció el ICQ, y luego el MSN. Por lo tanto el chat por el IRC era un lugar de levante y uno se iba al MSN que en poco tiempo si uno disponía de una web cam podía tener una video conferencia.
Gran error el mio de que lo presencial se volvería a favor de las comunicaciones. La pulsión del sexo tiñe lo humano, no como mancha sino como la condición primordial de las personas que habitamos el mundo.
¿Como llegue a esta instancia?, no se, ¿que se buscaba?, no se, pero lo que si se es que los géneros de podían masturbar ante una web cam y decir las cosas mas inverosímiles que pudieran acompañar por la palabra esa excitación.
Confieso que he acabado y vi acabar. Puede que me mintieran, pero que bien mentían.
La webcam y el control+alt+print pantalla nos permitía tomar instantáneas de esos acontecimientos aun sin que la otra persona supiera.
Esta claro que alguna recriminación le costó a Microsoft para que sacara esa posibilidad del MSN, pero no se podía evitar el desarrollo tecnológico, ya que con un software como Camtasia podíamos filmar justo el recuadrito y luego compaginarlo en el movie maker para luego subirlo a alguna pagina porno de la web.
Alguna mujer y algún hombre también ser habrá soprendido viéndose masturbar en video en internet, por suerte YouTube no permitió lo porno, pero no hacia falta, había grandes servidores amantes de guardar videos porno.
Estas capturas caseras, estas sorpresas hoy se ven multiplicadas por la cantidad de medios que disponemos, y la desinhibición que el ámbito de las redes sociales provoca da como para que cualquier hombre o mujer se desinhiba.
El presente sigue la lógica de lo humano, en directo o por webcam, el sexo domina la textura de nuestro pensamiento y piel.

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