Volteo a mirarte y veo que estas acostado de boca arriba completamente desnudo, no estas chateando con nadie, solo escuchas nuestra canción favorita, que es esa que solo está en su imaginación. Y me encanta verte asi mmmmm, tu mirada de macho me grita y me calienta a la vez. Siento tu cuerpo muy agitado y caluroso, solo me quedo en silencio observando cada movimiento.
Chúpamelo bien rico mi amor, -me dices mientras me observas con tu verga dura.
Siento una corriente en mi cuerpo, y me encanta producirte esas erecciones, me produce una gran excitación que te pusiste asi por mi culpa. En ese instante solo te veo y me deleito de un gran éxtasis de placer, mi macho está completamente expuesto y dispuesto solo para mí. Con su cuerpo solo respondiendo al morbo, solo de pensar en el momento y lo que si viene.
Acerco mi nariz lentamente hasta tu entre pierna, es una delicia completa el olor a un hombre de verdad. Me dices al oído susurrándome que te la pare con la boca, y en cuestión de segundos ya estabas dentro de mí, llevo tu flácido miembro hasta donde más aguanta mi boca. Lo apretó con mi garganta y mi lengua, te la enredo por todo el tronco y la sujeto muy fuerte.
Solo basta con verte la cara para escucharte esos deliciosos y exquisitos gemidos que produces con tu boca. Me detengo un rato, y con ella adentro froto mi rostro sobre tu pubis.
-Mmmmm mami que rico, déjala adentro lo que más aguantes.
Aguanto y salto muy despacio en tu pecho, sostengo la cabeza de tu verga con mi boca, acaricio un poco el tronco, ya está completamente erecto y ha logrado entrar a lo más profundo de mi garganta. Tú respiración agitada invade las paredes de nuestra recamara, sujetas mi cabeza con fuerza y delicadeza a la vez, como solo tú lo sabes hacer, y eres experto en eso.
Lo bombeas fuerte con mi boca, me sueltas y sigo el ritmo que me acabas de indicar, cuanta excitación te provoca verme gozar con esa verga rica. No aguantas más y derramas la deliciosa miel de tu panal completamente en mi boquita, haciéndome sentir la excitación y más rica de la noche, ahora si estamos listos para ir a la cama.
Chúpamelo bien rico mi amor, -me dices mientras me observas con tu verga dura.
Siento una corriente en mi cuerpo, y me encanta producirte esas erecciones, me produce una gran excitación que te pusiste asi por mi culpa. En ese instante solo te veo y me deleito de un gran éxtasis de placer, mi macho está completamente expuesto y dispuesto solo para mí. Con su cuerpo solo respondiendo al morbo, solo de pensar en el momento y lo que si viene.
Acerco mi nariz lentamente hasta tu entre pierna, es una delicia completa el olor a un hombre de verdad. Me dices al oído susurrándome que te la pare con la boca, y en cuestión de segundos ya estabas dentro de mí, llevo tu flácido miembro hasta donde más aguanta mi boca. Lo apretó con mi garganta y mi lengua, te la enredo por todo el tronco y la sujeto muy fuerte.
Solo basta con verte la cara para escucharte esos deliciosos y exquisitos gemidos que produces con tu boca. Me detengo un rato, y con ella adentro froto mi rostro sobre tu pubis.
-Mmmmm mami que rico, déjala adentro lo que más aguantes.
Aguanto y salto muy despacio en tu pecho, sostengo la cabeza de tu verga con mi boca, acaricio un poco el tronco, ya está completamente erecto y ha logrado entrar a lo más profundo de mi garganta. Tú respiración agitada invade las paredes de nuestra recamara, sujetas mi cabeza con fuerza y delicadeza a la vez, como solo tú lo sabes hacer, y eres experto en eso.
Lo bombeas fuerte con mi boca, me sueltas y sigo el ritmo que me acabas de indicar, cuanta excitación te provoca verme gozar con esa verga rica. No aguantas más y derramas la deliciosa miel de tu panal completamente en mi boquita, haciéndome sentir la excitación y más rica de la noche, ahora si estamos listos para ir a la cama.
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