A todos nos pasa en el gym

Mi adorada miss de Aeróbicos, esuna mujer de 40 años, madre de una hija veinteañera. Cuando ejercitamos, elsudor baña su pecho blanco y de sus tetitas aplastadas por su top, sobresalensus pezones atrevidos. A veces la miro con descaro, ella lo disfruta; se subela licra mientras agita las nalgas, juguetona; se agacha y la concha sobresale;las gotas de sudor discurren por sus caderas, llegan hasta su ano marroncito,lo rodean y se encharcan en su conchita; mientras, las carnes de sus labios sefrotan entre sí por el ejercicio y por la licra apretada, el sudor se mesclacon su jugos vaginales, su tanga y su licra se mojan y se le pegan revelando suconcha deportiva. La follaría como a una perra, sudada, en medio de la clase,lamería su concha mojada, su vagina materna, sus tetas flacas de grandespezones que amamantaron una hija. Me mira, sonríe, y pienso “quiero lamerte laconcha como los perros”.

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