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AQUI COMIENSA MEGAPOST 4RDILL4 😃!


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HAY HAY UN PACK AHORA VIENEN LOS DEMAS 😃! 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️

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AQUI OTRO 😃!

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Y OTRO 😃!

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OTRO MAS 😃!

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Y AHORA EN EL SILLO ENTRE 3 😃!

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AHORA EN LA CALLE 😃!

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AHORA RELATOS (3 relatos) 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️ 🙎‍♂️

TÓCAME SARA

Por fin un respiro. Íbamos en nuestro todo terreno, mi marido Manuel, su amigote Pedro y su esposa Carmen, o Mamen, como la solíamos llamar los más allegados. Nosotros habíamos dejado el bar atrás y ellos sus oficinas. Desde que teníamos el bar que apenas habíamos salido en plan escapada y ya hacía bastante tiempo de la última vez. Por supuesto a mi y a Mamen no nos entusiasmaba ir de pesca con los maridos, pero era la excusa perfecta para salir unos días de acampada y hacer algo diferente.

Nuestros maridos se habían aliado para no confesar donde íbamos de pesca y acampada unos días. No sabía donde iríamos y aunque las intenciones eran de ir lejos, me daba igual. Tenía ganas de respirar naturaleza. Era bastante temprano cuando salimos y todo había sido planeado en poco más de un día, así que al rato paramos en una estación de servicio para que los hombres bajaran a por unos repuestos de comida, bebida y utensilios de última hora. Nosotras salimos a estirar las piernas.

- “¿Al final habéis cerrado el bar?” – preguntó Mamen de forma amigable

- “Bueno… ¿recuerdas que te comenté que habíamos encontrado a una chica japonesa que nos ayudaba bastante?…” – empecé mi respuesta que fue cortada

- “Eiiii bombones!!” – gritaron unos chavales que pasaban con su coche por allí cerca, mientras hacían gestos obscenos.

Rápidamente, Mamen que era muy impulsiva les enseñó su tremendo escote y les dio un corte de mangas. Reímos a gusto. El coche de los chavales paró por allí cerca y nos miraban. En ese momento volvían Manuel y Pedro, y los chavales salidos se largaron apresuradamente. Reanudamos el viaje y subimos juntas detrás.

- “¿Qué me dijiste de la chica esta que contratasteis?” – continuó Mamen

- “Nada, que parecía muy de confianza y llegué a ofrecerle que abriera el bar ella misma, aunque fuera unos pocos ratos, pero prefirió no tener esa confianza” – expliqué

- “Ah! Pues mejor, nunca se sabe, confías muy rápido en la gente” – me recriminó

- “Ehhhh!!!” – le grité intentando darle un empujón a su brazo, pero ella se giró y le aplasté uno de sus pechos blanditos.

Por cosas del destino, el reloj se me enganchó en la tela de su escote y mi mano quedó al revés y pegada a uno de sus grandes pechos. Estiré y salió un hilillo – “Mierda, si estiro te deshilacharé todo” - reímos las dos por la situación – “Espera, pon la mano así” – dijo ella y ayudándome, mi mano se deslizó dentro de su escote sobre su teta. Pude sentir el calor de su pecho y el tacto de su pezón a través del fino sujetador. –”¿Que hacéis por ahí atrás? No hagáis nada sexy sin nosotros” – dijo Pedro simpático, mientras yo me sentía entre incomoda y excitada. Era algo extraño, una sensación muy erótica para mi ser. – “Cállate y sigue hablando de pesca” – le soltó Mamen a su marido con aire gracioso y dominante al mismo tiempo.

Mamen había conseguido soltar el hilo - “Ves… ya está” – y mi mano volvió sobre mi pierna, sintiéndose sola y necesitada de calor. Mamen me miró y siguió hablando de algo que no escuché. ¿Pero que me pasa? Soy una mujer casada, madura, tengo 37 años y un marido y soy feliz…. Y ella… ella tiene dos años menos que yo y está casada y… y… y se cuida más que yo y es muy guapa y sus enormes pechos… ¿Pero en que estaba yo pensando?

Se había hecho más de mediodía y aún quedaba un rato de camino. Nos detuvimos en u restaurante de carretera que tenía buena pinta. Nos sentamos a comer algo. Era un lugar bastante correcto y caro para ser de carretera, pero nos vendría bien un poco de lujo antes de cocinar en naturaleza. Y después del postre – “Tengo que ir al baño” – dije – “Espera, te acompaño” - dijo Mamen.

Nada más entrar a los baños ella me dijo – “¿Qué te pasaba antes en el coche?” – aquello me cortó mentalmente – “¿Qué dices? Nada” – fue lo único que acerté a decir y me metí en una de las puertas a mear. Al terminar salí con un – “¿Seguro que nada?” – de Mamen – “Seguro” – dije yo incapaz de afrontar la verdad. Me cogió la mano y la movió acariciando su teta – “¿No fue esto?” – me soltó con su habitual desparpajo. Aparté mi mano rápidamente como si tuviera miedo de que pasara algo. Nos miramos en silencio durante unos segundos las dos y sentí como sus ojos negros azabache me atravesaban.

Decidí salir del baño y al salir salió ella también cogiéndome del brazo y deteniendo nuestras miradas de nuevo – “Para mi es importante saberlo” – dijo sujetándome fuerte – “¿Pero como va a ser importante saber…?” – Huí de mi verdad sin éxito, pero me salvaron – “¿Saber que? Venga chicas que aún nos quedan unas horitas” – dijo mi marido Manuel. Ya habían pagado la cuenta y salimos al coche los cuatro. El siguiente tramo del camino se volvió un poco más silencioso, aunque poco a poco fue mejorando. Nos adentramos por un camino de piedras –”Llegamos tarde pero llegamos” – anunció Pedro.

El paraje era precioso, un bosque bastante cubierto y sombrío, pero muy verde. Un río de agua clara cerca y un lago un poco más lejos con vistas a montañas. Al lago es donde pretendían ir ellos a su pesca. Se veían cabañas a lo lejos en las montañas. Ya empezaba a oscurecer, así que montamos rápidamente tres tiendas de campaña. Una para ellos, otra para nosotros y otra para dejar los trastos de todos. Mamen y yo cocinamos con el hornillo de lo que trajimos, porque aún no teníamos esos superpeces que nos iban a pescar. Nos pasamos la noche riéndonos de ellos de nuevo juntas. Después de cenar nos echamos todos un rato a observar las estrellas y la media luna rojiza antes de dormir. Era una noche fabulosa.

Nos fuimos pronto a dormir por ellos que querían levantarse temprano para ir al lago a despertar a los peces. Aunque me cuesta dormir fuera de casa, esa noche dormía bastante a gusto. Antes de las cinco de la mañana oí a mi marido Manuel que se había levantado. Hablaba con Pedro, se iban realmente temprano y yo que apenas pude abrir los ojos me di media vuelta y a dormir de nuevo.

El sol se empieza a percibir a través de la tienda ¿Será tarde?… Me pesa la cara… ah es la mano de Manuel… ¿Manuel no se había ido?… Entreabro un ojo rápidamente ¿Qué hace Mamen aquí? Parece bastante dormida. Me levanto sigilosa y voy a preparar algo de café para desayunar, aunque son casi las once. Preparo de más por si se despierta ella ¿pero que hacía en mi tienda? Empiezo a tomármelo cuando Mamen asoma la cabeza desde mi tienda.

- “¿Estas son horas de despertar a la gente?” – dice ella con un ojo entrecerrado

- “Son más de las once dormilona” – informo con serenidad mientras ella sale

- “Sara, estoy cacho perra” – dice mientras se mira una teta que casi se le ha salido de la camisa de pijama

- “¿Cómo dices?” – dije malpensando un poco lo que había oído

- “Que no tenía ganas de levantarme” – dice ya de pie, mientras sonríe con pereza

- “Venga, que hay café para ti también” – le acerco un vaso de plástico – “…y por cierto, ¿Cómo es que estabas en mi tienda? No recuerdo haberte oído”

- “Ah, es que no me gusta dormir sola, y menos en un lugar como este, así que cuando Pedro se levantó me trasladé y tú estabas dormida, así que no te dije nada. Espero que no te haya molestado, yo es que me muevo mucho…” – ya no paraba de hablar, así era ella cuando se animaba

Pronto sería la hora de la comida y no sabíamos si ellos se habrían llevado algún bocadillo, así que preparamos unos sándwiches y algo de picar, y fuimos a dar un paseo las dos, a ver si llegábamos al lago para verles pescar y comer todos juntos. Cogimos un atajo diferente al día anterior, por ver más paisaje y lo vimos. Al otro lado del riachuelo había un estanque de agua clara precioso y a Mamen le dieron ganas de nadar.

Yo le recordé que me había dejado el bikini en la tienda de campaña, pero ella lo llevaba puesto y se volvió insistente. En poco segundos había caído al suelo su pantalón corto y su camiseta mostrando un bikini amarillo aprisionando sus voluptuosos pechos y su terso trasero. Volví a insistir en que se bañara ella si le apetecía y ella me hizo caso y se metió en el agua. Se dio un par de chapuzones y yo me quedé mirando unas pocas nubes que había en todo el cielo.

De repente me llegaron a los pies sus dos partes de bikini mojadas que ella había lanzado – “¿Ves? Yo tampoco tengo bikini” – sonrió de forma pícara – “Venga, métete que aquí no viene ni Dios que nos vea” – el agua clara dejaba ver sus pechos apenas sumergidos y las ondas enturbiaban su sexo, al que prefería no mirar. Me sentí con una presión interna que no entendía cuando ella se acercó a la orilla de nuevo y me cogió los pies para quitarme las zapatillas.

Al final me convenció para sentarme en la orilla y meter las piernas en el agua y así hacerle compañía. No sé porque me dejé llevar, me sentía incomoda negando mi propia excitación. Se acercó más y sus senos desnudos rozaban mis rodillas al nivel del agua. Me recosté hacia atrás observando el buen día escaso de nubes mientras ella me hablaba de no sé que historia sobre una vecina suya, que apenas escuché. Sus manos se deslizaron suavemente desde mis rodillas hasta mis muslos, llegando al borde del pantalón corto.

Me llené de una sensación relajante y se me erizó la piel cuando sus manos acariciaron mis muslos de forma más interna. Sentí una terrible excitación de nuevo y pánico por lo que podría pasar si me dejaba llevar. Me levanté de repente y seguimos hablando como si nada. Continuamos el camino y encontramos a Manuel y a Pedro charlando de sus cosas mientras seguían con la caña de pescar floja y pocos peces. El resto del día transcurrió animado con una sesión de chistes y juegos de cartas.

Estábamos todos un poco cansados y nos acostamos pronto. La noche era calurosa y no podía conciliar el sueño. De buena mañana Manuel se vistió y salió de la tienda para irse con Pedro como el día anterior y a los pocos minutos se abrió la tienda de nuevo. Entró Mamen – “Estás despierta” – dijo en voz baja. Asentí con mi cabeza recostada sin decir palabra. Se dejó caer a mi lado, muy cerca y nos quedamos mirándonos con una media sonrisa y cara de felicidad. ¿Yo era tan feliz estando a su lado? Aquello me gustaba.

Sin poder evitarlo la miré de los pies a la cabeza y ella hizo lo mismo. Las dos estábamos con camiseta corta y fina de pijama, y en bragas. El color azul pastel le sentaba estupendo. Acarició mi mejilla y cerré los ojos atrapando su mano sobre mi cara. Su mano se poso sobre mi cintura dejando caer poco a poco sus dedos entre mi espalda y mi trasero. Me sentí invadida de un sopor de amor, como hacía mucho que no recibía –”Abrázame” – dije sin pensar. Y ella se acercó más a mí y me abrazó.

Sentí su respiración a escasos milímetros de mi boca. Quería besarla pero en mi interior algo me decía que no debía hacerlo, que sería una confusión. Me abrazó aún más fuerte y nuestros pechos quedaron separándonos y aprisionándonos al mismo tiempo. Mis labios estaban rozando su mejilla. Le di un beso muy suave – “Buenas noches” – fue lo único que me atreví a decir – “Buenas noches Sara” – dijo ella en voz baja respondiendo a mi susurro.

Tuve calor esa noche, pero ninguna de las dos nos despegamos y dormimos abrazadas hasta muy tarde. No habíamos hecho nada demasiado sexual que yo recordara, pero me desperté mojada. El sol ya empezaba a molestar dentro de la tienda y salí a que me diera el aire. Ella seguía dormida, parecía que había dormido más que yo. Llegamos más tarde a la comida en el lago con ellos.

- “¿Que hacían estas preciosas monadas a estas horas para llegar tan tarde a alimentar a unos pobres pescadores?” – dijo Manuel que era muy galán siempre con las mujeres. Creo que por eso me casé con él.

- “Vete tú a saber que clase de cochinadas” – contestó Pedro rápidamente riendo

- “Que sabréis los hombres de nuestras cochinadas” – dije yo muy femenina cogiendo a Mamen de la cintura que estaba sorprendida.

- “Uuuuuh… yo pagaría por ver eso” – dijo Pedro, siempre en tono picante

- “Saca la pasta” – respondí, asombrando aún más a Mamen y haciendo que todos riéramos. Inocentes ellos…

-”¿Había hecho esto antes?” – dijo Mamen en voz baja para que no la oyeran

-”¿Esto? ¿El que?” – pregunté intrigada por su tono silencioso

- “Dormir así con otra mujer” – dijo muy despacio

- “¿Y tú?” – pregunté mientras aún negaba con la cabeza

- “Cuando era más joven. Ya te contaré un día con más… tranquilidad” – confesó después de afirmarlo.

Aquel día nos lo pasamos muy bien y la complicidad entre Mamen y yo fue tal, que creo que las dos esperábamos ansiosas la siguiente noche juntas. Al menos yo así lo sentía. Y llegó. Llegó la hora de la madrugada en que los maridos se iban y nos quedábamos solas. Pero esta vez esperé y Mamen no aparecía. Me había sentido por un momento preparada para llegar a más con ella, pero mi mente empezó a dar vueltas al asunto. ¿No le apetecería dormir hoy conmigo?. No venía y me sentía frustrada al tiempo que excitada. Quizá se había dormido esta vez, estaría muy cansada.

Después de unos veinte minutos, decidí asomar mi cabeza por su tienda de campaña –”Estaba esperándote” – dijo para mi sorpresa. Sonreí y me acerqué a gatas para darle un beso de buenas noches antes de acostarme, pero mi beso rozó ¿erróneamente? la comisura de sus labios y ella no desaprovechó el momento. Nuestros labios se abrieron dando paso a nuestras lenguas y fundiéndonos en un beso realmente húmedo. Yo que aún seguía a gatas, sentí sus manos colarse por la anchura de la camiseta para atrapar mis pechos.

Me recosté a su lado sin dejar de besarnos. La abracé por la cintura y me desplacé con mis manos hasta su espalda. Los besos se volvieron fuertes y apasionados. Ya no nos besábamos, nos comíamos. Respiramos y nos miramos a los ojos – “Me gustas. Me gustas mucho. Tócame Sara.” – sonreí excitada – “Es la primera vez que te lo digo fuera de mis sueños” – y atrapé su boca de nuevo. Mis manos se adentraron en su camiseta forzosamente en busca de sus enormes pechos.

Ella se despojó rápidamente de la camiseta y sus grandes aureolas de pezones erectos fueron victimas de mi lengua. Ella agarró mi mano y la llevó entre sus piernas. Sus bragas estaban realmente mojadas. Apretó fuerte sus muslos moviéndose al tiempo que tocaba mi culo. Mi mano aprisionada solo movía un par dedos que introducían la fina tela mojada de sus bragas en su rajita. Se movió más fuerte y suspiraba – “Tócame Sara. Tócame Sara.”. Yo estaba muy caliente.

Liberé mi mano, bajé sus bragas y froté su vulva de terciopelo sin parar. Soltó un gemido ahogado y mi mano se vio empapada. Me lamió la mano, y se dio la vuelta. Su vagina mojada cubría ahora mis labios y se dejaba abrir fácilmente por mi lengua inquieta. Sentí mis bragas deslizarse y aquello me puso a mil. Su lengua recorría mi sexo arriba y abajo mientras sus manos lo abrían. Aquel fruto era suyo, quería entregárselo y se lo di entero. Jugó con mi sexo como quiso, me dejé llevar por la locura que me empujaba desde mi interior. Su lengua, sus dedos, mi humedad, todo se confundía. Y seguí lamiendo entre sus piernas con los ojos cerrados. Mi respiración entrecortada desvelaba que estaba apunto de salir de mi propio cuerpo. Y como un ángel liberado, un torrente de placer invadió mi ser durante unos segundos preciosos en interminables. Nunca olvidaré aquella acampada irrepetible.


¿Amor a primera vista?



Al despertar mire ambos lados de la habitación, al principio no recordaba donde me encontraba, me levante pesadamente, poniendo en pie mi figura desnuda, al mirar sobre mi hombro y ver a aquella dulce mujer de cabellos negros sonreí ligeramente, si que lo recordaba, en silencio y con cuidado de no despertarla, me encamine a la ducha, donde me sumergí en aquel tibio torrente de agua que refresca mis músculos y mis recuerdos.

Ahí estaba de nuevo, en la ultima mesa de aquel garito que frecuentaba con mis amigos, solo que al parecer, esa noche no llegarían, miraba una y otra vez el reloj de mi móvil que descansa sobre la mesa, junto con la tarra de cerveza oscura que consumía lentamente, ya que cuando aquella bebida se terminara, también lo haría mi espera, al levantar de nuevo mi cerveza para dar el ultimo trago, no puede evitar clavar la vista en la chica que llega a la barra, sus cabellos negros caen hasta la mitad de su espalda, lacios y suaves, su tez clara se ve suavemente deliciosa embutida en aquella tela negra del vestido que deja libre la piel de la espalda que no se oculta bajo su cabello, las marcadas curvas de aquella mujer me sacaron de la desesperada espera, para meterme ahora en aquel dulce deseo de seducción.

En la mesa que abandonaba solo quedo el vaso vació, mis pasos se dirigieron a la joven, al parecer el pequeño taconeo de mis zapatos le hizo volverse, ya que cuando llegue a la barra junto a ella, me sonrió dulcemente, en aquel momento, en aquella sonrisa, el tiempo pareció detenerse, su rostro era finamente tallado, sus ojos del color de su cabello son de un profundo y dulce aroma a flores, en aquel momento, quede enamorada.

El taconeo me saco de mis pensamientos, no tenia nada que hacer ese día por lo cual decidí ir a un lugar nuevo a probar suerte de conocer a alguien, por lo cual, entrando directamente a la barra de aquel lugar bohemio, no me pude percatar de la mujer que se acercaba a mi hasta que el suave sonido de sus tacones llamo mi atención, al ver llegar a mi lado a aquella dama no puede evitar sonreírle, no puede evitarlo, ya que aquellos cabellos castaños rizados hacían ver mas dulces aquellos suaves y pequeños labios, resaltaban mas aquellos ojos verdes que al parecer me miraban, ella también me sonrió, yo ladee el rostro mirándole, pasando mi mirada por el cuelo descubierto de la mujer para toparme con la chamarra de cuero que lleva, bajo la cual se puede ver una blusa negra , terminando el conjunto con unos jeans azules, mi mirada la cruzo rápida y discretamente para evitar malos entendidos, su voz… su voz y su mirada al decir las primeras palabras me atrapo desde el inicio.

-Hola- fue lo primero que escuche salir de aquellos pequeños labios, mi respuesta tardo más de lo que esperaba, extrañamente me sentía nerviosa, como una adolescente ante su amor de secundaria.

-Hola, soy Cristina…

Cristina, me jure que recordaría aquel nombre por siempre, me jure que nunca olvidaría ese rostro de ojos negros y cabellos del mismo color, le mire el rostro embelesada, tonta y extrañada.

- Daniela, encantada.- Fue la respuesta de mis labios, por un momento mire al hombre que esperaba nuestra orden, por lo cual, mira primero a Cristina, para después contestar la pregunta muda que hacia el hombre.- Una tarra de cerveza oscura por favor.- volví mi vista a mi compañera, haciendo la misma pregunta muda que el camarero tenia gravada en el rostro.

- A mi otra por favor.

Solo falto esa cerveza, esa charla que tuvimos Daniela y yo para que cayera enamorada, es extraño, nunca me había pasado algo así, en cierto momento, después de terminar la cuarta copa, cuando el alcohol ya nos desinhibía, ella se sentó mas cerca de mi y puso su mano en mi rodilla, yo le sonreí, complaciente, el recorrido eléctrico que recorrió mi cuerpo, erizó mi piel, en aquel momento deseaba tomar sus labios entre los míos, y así sucedió, nuestros labios se unieron en aquel dulce y suave contacto que un chico nunca podría imitar, pude sentir como su mano acariciaba mi muslo, mientras mis dedos titubeaban para acariciar su nuca y evitar que se aparte de mi, nuestros labios jugaban, se mordisqueaban, nuestras inocentes caricias poco a poco encendían el deseo que a ambas nos consumía.

En silencio seguí a Daniela a su auto, no sabia a donde íbamos no me importaba mucho, solo sabia que quería estar con ella, a solas, en alguna habitación, el camino fue corto y mis deseos fueron cumplidos, el motel de carretera nos abrió sus puertas, nadie vio nada, solamente entramos en el garaje cubierto de nuestra habitación, cuando vi a Daniela bajar, sonreí al ver que iba a abrir mi puerta, al verla de pie, tendiéndome la mano para salir, no puede evitar dedicarle una dulce sonrisa, tome su mano con delicadeza para salir del vehiculo, ya las dos de pie, frente a frente, nos besamos con una loca pasión, nuestros labios se mordisqueaban, se besaban, la respiración se entrecortaba entre las caricias que nuestras manos daban a nuestros cuerpos, sus manos en mis glúteos, las mías en su espalda y pechos, jugué con sus pezones por encima de la tela, le desee en mis labios y en mis manos.

Tome de la mano a Cristina, aquella diosa de cabellos negros después de aquellos besos y caricias para llevarla a la habitación, donde sin pensarlo, la tumbe en la cama, le mire de pie con cierta lasciva en mi mirar, para después avanzar sobre ella con lentitud, en vez de tomar sus labios como lo había hecho antes, mis labios besaron su cuello, sentía como su piel se erizaba con un pequeño gemido de placer, sus manos acariciaban mi espalda y se apresuraban a deshacerse de mi chaqueta, mis labios seguían jugando con su cuello, besándolo, mordiéndolo, no me importaba dejar marcas en la suave y blanca piel de la mujer, mis manos corrían ligeramente las dos tiras que mantenían el vestido negro en su sitio, para quitarlo de un solo movimiento, al verla tendida, con esos ojos mirándome suplicante, ya semi-desnuda, me arranco una sonrisa suave de los labios, su pecho desnudo dejaba aquellos pequeños pero bien formados pechos con sus pezones rosados a la vista, volviendo a su cuello, sus manos tomaron aquellos pechos, para anticipar a aquella piel para mis labios, estos bajaron con calma, lentamente marque el camino de su cuello a sus pechos con un pequeño camino de saliva, mi lengua daba pequeños círculos antes de dar suaves lametones al pequeño y sonrosado pezón, antes de tomarlo entre mis labios, mordisquearlo con suavidad, succionándolo, una mano mantenía ocupado el seno suave que se mantenía desatendido.

Podía sentir a la chica besar mis pechos, jugar con ellos, una mano furtiva avanzaba por mis glúteos, introduciéndose bajo la falda del vestido con calma, mi piel se erizaba, mi respiración se agita a cada centímetro que recorren las yemas de sus dedos, suspire de placer acompañado por un suave gemido, abrí un poco los ojos cuando sentí sus dedos introducirse en mi apartando la suave tanga a un lado, sus dedos parecían moverse dentro de mi, en un movimiento que a cada segundo me ponía mas cerca de ansiado clímax, cuando la chica encontró mi clítoris…. Por dios, en pocos segundos logro arrancarme un sensacional orgasmo…

Elisa

Estuve estudiando fuera de mi país por un ciclo escolar, debido al trabajo de mi padre, entonces tenia 18.

Para mi el hecho de ir a un lugar nuevo ya era costumbre, era hacer maletas, viajar, y llegar a hacer nuevos amigos “era una rutina”, de la cual solo me quedaba un año ya que pronto acabaría la preparatoria y no tendría que moverme ya que empezaría la universidad en mi país.

La escuela es un edificio de 3 pisos no tiene elevador, solo escaleras las cuales tienen vidrios transparentes que permiten ver quien sube y baja, y solo tiene 2 baños los cuales se ubicaban en el 2 y tercer piso. No es muy grande y conforme el tiempo pasaba me di cuenta que tampoco había muchos alumnos ya que empecé a conocer los grupitos que se formaban a la hora del descanso.

El primer día de escuela fue algo loco ya que me que me metieron a un salón que no me correspondía, estaba algo nerviosa por que no conocía a nadie., pero la mitad del día sobreviví y todos se portaron muy amables., Entonces toco el timbre para dar inicio al descanso y fue ahí donde la vi y quede impresionada… era una chica de 1.60 aprox. Ojos grandes de color miel, rubia, esbelta pero con curvas, no muy pronunciadas pero para mi en ese momento fue y es la mujer mas hermosa que había visto… No le quite la mirada de encima por que por primera vez en mi vida sentí que el tiempo se detuvo, no escuchaba y no veía nada que no fuese ella… hasta que alguien toco mi hombro., era una compañera de clase que me invito a tomar el almuerzo con ella.

Sonó el timbre nuevamente anunciando el termino del descanso y cada quien se dirigía, a clases de ingles, por lo cual debíamos cambiar de salón, como no sabía a donde ir, me quede en el salón con algunos compañeros, después empezaron a llegar mas chicos de otros grupos y para mi sorpresa la hermosa rubia llego con un hermosa

La maestra le dijo:

un poco mas Elisa y ya no entras a mi clase-

Elisa así se llama – sentí mariposas en mi estomago cuando ella se sentó junto a mi, y no paraba de repetirme Elisa, Elisa, Elisa…

He de aclarar que yo no tengo tendencias lesbicas, pero como me dijo un amigo (gay) siempre hay alguien de tu mismo sexo que te hará ver estrellas… Por supuesto nunca le creí hasta ese día.

Una hora fue lo que tardo la clase y ella salio a su salón, el resto del día no pude organizar mis ideas ya que no me podía creer que estuviera pensando en ella., Pero sin embargo termine aceptándolo y buscar la manera de acercarme.

Al otro día me cambiaron de salón con gente más agradable, empecé a hacer amigos. Con el pasar del tiempo conocí una amiga que para mi fortuna estaba locamente enamorada del mejor amiga de Elisa…, he aquí donde se preguntaran y eso q?.. Pues que mi amiga empezó a escribirle cartas a este chico y se la llevaban otras chicas de nuestro grupo de amigas.

Parecíamos pequeñas ya que subíamos las escaleras como escondiéndonos para que no nos vieran, pero como los vidrios eran transparentes fue imposible el camuflaje. Yo no seguí a mis amigas del todo ya que me quede contemplando a Elisa en uno de estos vidrios que se encuentran en las escaleras y observe cuando el chico recibió la carta, empezaron a ver a todos lados y fue ahí cuando Elisa me vio por primera vez ya que le sonreí., supongo que lo que le paso por la mente fue que yo era la que expresaba por medio de la carta mis sentimientos hacia su amigo.

Sin echarles tanto rollo, pasaron varios meses para que ella se diera cuenta que a mi no me gustaba su amigo, sino ella por que siempre mi mirada fue penetrante

Y nunca creí que fuera cierto lo que algunos magos hacían en la tele…

-Mírame…

-mírame…

Acto seguido, la persona volteaba como por arte de magia…

Y eso me pasaba con mi Elisa., y entonces yo empecé a notar su mirada obviamente dirigida a mí, empezamos a tener pequeños encuentros en las escaleras en los cuales nos rozábamos, en los baños, risitas por aquí miradas por allá.

Ya no aguantaba mas esta situación (”pero como por arte de magia a un no lo se”)

Era un jueves “jamás en mi vida lo olvidare” Salí tarde por que me quede platicando con una profesora, justo cuando bajaba las escaleras la encontré, esperaba a que su mama llegara para irse… nos quedamos mirando hasta que decidí acercarme y hablarle:

Pasaron los segundos, minutos, horas no se perdí la noción del tiempo., las piernas me temblaban y mis manos sudaban. Sin embargo el deseo que tenía acumulado desde hace tiempo me ayudo a acercarme

-Hola., le dije en voz baja

-Hola., me contesto

Realmente fue todo lo que dijimos, no había necesidad de más palabras ya que nuestras miradas, decían todo.

Me levante y le extendí la mano, la cual tomo y nos dirigimos al baño…

Ella entro primero y yo después así que cerré la puerta y la sujete del brazo la atraje hacia mi y la bese. Fue un pequeño pico, pero a mi se me hizo eterno, sentía que mi corazón en cualquier momento se me saldría así que tome su mano para hacérselo saber.

Me sorprendí cuando note su lengua en mi boca… empezamos a besarnos despacio, jugábamos con nuestras lenguas, reconocíamos cada rincón de nuestras bocas yo tenia mis manos en su cintura, y fui ascendiendo hasta tocar sus pechos, después me dirigí a sus caderas recorrí todo su cuerpo por encima de la ropa.

Paramos un momento para dirigirnos a un servicio cerramos la puerta y nos empezamos a besar esta vez mas efusivamente, me quedaba sin aliento sus besos, eran largos, profundos, húmedos., fue una sensación tan serena, tan llena de placer.

Mis manos empezaron de nuevo, le quite su blusa y le baje su falda., Empecé a besar su cuello, le quite el sostén y me maraville con sus pechos- no eran grandes eran mas bien medianos como los de las modelos, estaban muy lindos y sus pezoncitos ya estaban paraditos no aguante mas y primero los bese, empecé a succionarlos despacio no sabia como hacerlo y no quería lastimarla., Pero sin embargo eso nunca paso sino todo lo contrario su respiración se volvió agitada.

deje sus pechos para besar su vientre plano mientras acariciaba sus hermosas nalgas, di un paso mas y empecé a tocar su vulva que se encontraba húmeda., ella emitió un leve quejido –ahhhhhh- el cual me excito de sobremanera así que le baje su tanga rosa quería probar y darle el mayor placer posible a mi princesa así que me dirigí a su vulva… tenia los pelitos rubios y olía a rosas mezclados con su olor a sexo, Tenia un botoncito de color rosado que me pareció tan hermoso que me quede contemplándolo hasta que ella me susurro:

-hazlo mi amor, lo he estado deseando desde que te conocí

-no he podido dejar de pensar en ti

-te amo

Esas palabras despertaron en mi tanto amor hacia ella, quería abrazarla, besarla y decirle que yo también la amaba y estaba loca por ella. Pero no fue necesario decirlo mi corazón me dijo- ya lo sabe, hazla feliz-.

Empecé a lamer su sexo de arriba hacia abajo como si la masturbara, y atrape su clítoris con mis labios, creo que eso le encanto por que me pidió que no me detuviera., y metía mi lengua empezando a tomar un ritmo al compás de sus caderas. Su vagina empezó a contraerse lo sentía en mi lengua y sentía sus flujos en mi garganta., escuchaba sus gemidos y palabras de amor incompletas que repetía incoherentemente hasta que subí de nuevo besando su vientre, sus senos, y terminar con un largo beso. El beso que sello nuestro amor.,

En la actualidad Elisa y yo, ya no andamos lo nuestro duro poco tiempo ya que me entere que tenia novio y eso me lastimo mucho, ella corto con el y me pidió perdón me dijo que no había nada entre ellos pero no pude perdonarla, a mi no me molesto el hecho de que tuviera novio., si no que andaba con el y conmigo al mismo tiempo.

Elisa si lees esto quiero que sepas que fuiste y serás siempre mi primer amor, nunca te olvidare, ya que ocupas un espacio en mi corazón. Me lastimaste mucho, pero ahora que lo pienso creo que fue lo mejor ya que aprendí mucho de nuestra relación.

BUENO ACA TERMINA 😃! BYE

34 comentarios - [megapost] Lesbianas

pichirala
Excelentes lesbianas y excelentes relatos gracias!!
lesbianas
Leohan
Con lo que me gustan las tortas fritas! jejeje 🤤 🤤 🤤
estean25
pero la puta madre como me tiraria un clabado
relatos
Codillo
EXCELENTE!!!!! MUY BUENAS FOTOS Y MEJORES RELATOS....MUY BIEN ESCRITOS!!!! 🤤 🤤 🤤
Moscatello
:buenpost::buenpost::buenpost:
thebeastheik
🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤
erasethegrey93
las que estan en la calle m mato la cara de la señora....
altas minasss!!
joaco7409
4rDiLl4 dijo:
Codillo dijo:EXCELENTE!!!!! MUY BUENAS FOTOS Y MEJORES RELATOS....MUY BIEN ESCRITOS!!!! 🤤 🤤 :F


Moscatello dijo::buenpost::buenpost::buenpost:


river_plate_lean dijo:geniooooooooooooooo :F


thebeastheik dijo::F 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 :F


silvi_juguetona dijo:grandeeee si pudiera dejaria puntos :oops:


gracias a todos por sus comentarios 😃!

muy buen post t juro q me pongo d pie y t aplaudohttp://i.t.net.ar/images/smiles/alabama.gif si sos un k\'po
pipolatino
espectacular
😳 🤤 😳 🤤 🤤 🤤
patas_75
hermano!!!! WAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU no hay maspalabras, los relatos dos dos pero las imagenes wauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu 🙂 😉 🙄 😛 😃 🤤 🤤 🤤 😀 😳 🆒 🙎‍♂️ 🙎‍♂️
uv313
[megapost] Lesbianasimagenes[/align]]

te dejo +5
mauriciotoo
Barbarooooooo, q buen post, no cambies sigue con este tipo de posts
ooooh
Cojonudo, donde puedo encontar los videos de estas fotos?
ataulfog
Muy Bueno!!! me gusto mucho! saludos
Jareck1
Muy bueno amigo muy bueno creo que ya lo e visitado un par de veses
Felices Pajas
🙎‍♂️ 😀 🤤
FREEMAN_14895
🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 🤤 MUY LINDA LA PAJA QUE ME CLAVE , AH Y LAS FOTOS TMB 😀 😀 MUY BUEN POST 😉
bbkids
me encantan las tortis!!
petun
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sr_ogro
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