Relato: Me garché a mi amigo, siendo hetero

Siempre fui heterosexual. Nunca pensé que en algún momento iba a cogerme a un pibe, pero ese día llegó.


Era una tarde del año 2011 en febrero. No recuerdo la fecha, pero si, que mi amigo Alexis me llamó a mi casa para invitarme a dormir a la suya, una especie de pijama party. Yo acepté su invitación. Me cambié y fui rápidamente a su hogar.



Al llegar salimos un rato a la calle a jugar futbol, hacía mucho calor y nos sentíamos agotados, así que entramos. Luego cenamos, vimos la TV, y cuando ya no aguantábamos más el sueño subimos a la habitación. Allí él sacó un colchón lo tiró al suelo, se acostó sobre él, yo e su cama que me prestó. Luego cerró los ojos y parecía dormido. Yo no podía dormir, una especie de ganas de verle su verga me invadió la mente. Sigilosamente vertí mis dedos en sus pantalones, levanté y se la vi, yo me excité mucho más. Luego solté y me hice el distraído, volví a mi lugar, y me dormí.

Al amanecer eran como las 5 AM de Argentina, abro los ojos y veo que el se estaba estirando en su colchón. De repente siento que empieza a pasarme la mano por mi pene por encima del pantalón, instantáneamente entendí que quería algo sexual. La cosa es que él me había sentido cuando yo levanté sus pantalones, mientras e hacía el dormido intentaba conciliar el sueño.

Luego agarré su mano y la introduje por dentro de mi ropa interior, tomó mi poronga y empezó a masturbarme. Así estuvimos como 10 minutos. Luego bajé, me coloqué detrás de él, bajé sus boxer, descubrí su cola, y comencé a frotar mi pene en sus nalgas. Mientras lo acariciaba y besaba su nuca y cuello. Cada vez más dura se me ponía. Sentía que mi respiración y palpitaciones aumentaban y estaba como extasiado. Mientras lo frotaba, con mis manos lo masturbaba.



Lo más lindo era tomarlo de la cintura y levantársela para que queden sus nalgas bien paraditas y sexys. Mientras chupaba su culito, sentía el gusto riquísimo que poseía, y como ambos transpirábamos. A la vez le daba nalgadas fuertes para que sintiese mi fuerza. Por mi mente solo pasaba apropiarme de su cuerpito para satisfacerme.





El calor, nos potenciaba, el olor a sexo que había en su cuarto, con la luz de la luna entrando por la ventana, yo sentía que era un afortunado de vivir ese momento. Sentía ganas de eyacular sobre su cuerpo, per aguanté lo más posible, hasta que no pude más y mi pija expulsó todo el semen en la raya de su culo.

Al terminar quedé liquidado, no tenía fuerzas, y sentía mareos con dificultad para respirar, junto con una sensación rara que viajaba por mi ser.



Luego de ese suceso, hasta el día de hoy seguimos siendo amigos, pero cuando estamos excitados, siempre nos pinta una linda garchada anal.