Juan y las clases de filosofía ...

Esto que les voy a relatar me lo contó un amigo, es decir que si bien casi en su totalidad hay mucho de realidad, otra parte fue ficcionada por mi para acomodar y hacer llevadero el relato. Espero les guste.


Juan tenía 22 años y cursaba una carrera en la facultad de Humanidades de mi ciudad. Era un pibe fachero, bastante alto, normal de cuerpo y con mucha aceptación entre las mujeres. Según me contó una vez, cuando era adolescente, un tío algo pasado de copas lo obligó a que le practique sexo oral, cosa que accedió no sabe si por curiosidad, morbo de estar con un pariente o calentura propia de la edad ... la cuestión es que luego de ese hecho Juan y su tío se veían cada tanto y repetían el encuentro. Nunca fue más allá de eso: un pete ocasional hasta hacerlo acabar.
El profesor de Filosofía - Luis- le hacía acordar a su tío: un tipo cuarentón, grandote, morocho de ojos azules, ex-jugador de rugby, muy agradable en el trato. Juan fue levantando temperatura a medida que pasaban las clases, siempre buscaba una excusa para charlar luego de clases con el profesor.

Un fin de semana Juan salía de clases bastante tarde y con otro compañero decidieron tomar algo ya que al otro día no tenían curso y cruzaron al bar que estaba frente a la universidad ... cuando entraron vieron allí a Luis, el profe de ellos, sentado en la barra - solo- tomando cerveza. .. lo saludaron y sentándose a su lado comenzaron a charlar hasta entrada la madrugada.
Luis se ofreció a llevarlos a sus domicilios dejando primero al compañero de Juan y cuando se dirigían a su casa se les cruzó un auto chocándolos sin consecuencias para Juan pero la parte más jodida se la llevó el profe ya que el accidente le fracturó el fémur.
Un par de días después y habiendo preguntado la dirección de la casa del profesor, Juan decidió pasar a saludarlo.
Tocó timbre en reiteradas oportunidades pero nadie atendió. se estaba por marchar cuando una vecina le preguntó si venía a verlo al profesor a lo que contestó afirmativamente ... la vecina tocó timbre y pasó, volviendo a los pocos minutos y diciéndole a Juan que pasase que lo atendería en su dormitorio ya que se le dificultaba atenderlo en otro lado debido al yeso que tenía en su pierna. Juan agradeció a la mujer y pasó al dormitorio.
Luis se encontraba acostado  tapado únicamente con una sábana: su torso desnudo, ancho y con mucho vello denotaba su pasado deportista, la pierna enyesada se encontraba libre y otra debajo de la sábana.
Se saludaron y comenzaron a charlar recordando cómo había sido el accidente.
A medida que la charla transcurría, Juan intentaba no mirar hacia el bulto de Luis, pero el recuerdo de los momentos vividos con su tío hacía inútil el disimulo ... Luis se dio cuenta de esto y tal vez queriendo ver hasta dónde era cierta su sospecha, acariciaba cada tanto su entrepierna.
La conversación se fue tornando cada vez mas intima y Luis confesó que estaba en proceso de divorcio de su segunda mujer y que por ese motivo era que vivía solo desde comienzos de año... hablaron de algunas alumnas que "partían la tierra" y tomándose el miembro con su mano Luis dijo: "... tengo que ponerlo en acción al "amigo" porque sino voy a morir tapado en leche ..."  
Rieron los dos y Juan notó que la calentura de Luis era realmente cierta ya que el bulto había tomado dimensiones inocultables.
Se produjo un silencio luego de las carcajadas, un silencio pesado ... Juan tomó la sábana y la retiró a los pies de la cama ... La pija de Luis quería salir de su bóxer así que sin decir palabra lo retiró un poco  debido a que el yeso imposibilitaba bajarlo del todo ... agarró la pija de Luis y comenzó a lamerla, logrando que llegara en segundos al máxima de dureza... y fue ahí que la introdujo en su boca comenzando a subir y bajar lentamente... el recuerdo de su tío se materializó y esta sería su primer verga después de él.
Luis se arqueaba en la cama y acariciando sus cabellos le dijo que si no quería hacerlo no había problema, es más, confesó que era la primera vez que estaba con otro hombre y que éste era un alumno suyo ... 
Juan seguía con la succión intentando llevarla hasta la garganta cuando Luis le dijo que iba a acabar, que no aguantaba más ... Juan dejó sus labios sobre la cabeza y su lengua siguió rozando el frenillo ... una catarata de leche contenida quien sabe por cuanto tiempo inundó su boca ... sorbió sin pausa hasta tragarse todo el semen de su profesor, dejándola allí hasta que perdió su dureza.
Limpió con su lengua hasta el último vestigio pegajoso y subió con cuidado el bóxer de Luis y lo tapó con la sábana.
Luego se levantó y dijo que se iba a su casa. Luis le agradeció la visita y le pidió perdón por no poder acompañarlo hasta la salida.
Cuando Juan iba a cerrar la puerta escuchó que Luis le dijo: " ... otra vez gracias por hacerme sentir bien ... me gustaría - si no te es molestia - que pudieras pasar otro día, no sé, mañana, para que me cuentes como va todo en la universidad ..."
Juan rió y antes de cerrar la puerta dijo: " ... por supuesto, mañana lo voy a poner al tanto de cómo van las clases ..."

Juan fue todos los días durante los tres meses que demoraron en sacarle el yeso al profesor. Al mes siguiente se mudó a la casa de Luis.





 
 

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