Así decía la nota en el refugio del andén. Hora de siesta de sábado, yo me bajé del treny me fui a la tetera, cuando llego, había un grupo de e ciclistas que estabanhaciendo cola para entrar. Disimuladamente me quedé en el refugio del andén delos trenes a La Plata (eso fue hace unos cuantos años, hoy creo que van hastaTemperley), la cosa es que si me iba seiban a dar cuenta de que iba al baño a buscar acción. Me quedé como si esperarael tren y veo en la pared de madera la inscripción hecha con birome: "Pijafina, ideal para principiantes", Jorge 659-XXXX. No le preste atención enun principio, yo era y soy activo, tenía novia a la que inicié en el sexo anal,de chico había cogido a Francisco, cogía regularmente a Antonio, no me quejaba.
Los ciclistas se fueron, me quedé un rato a ver sicaía alguien pero no.
Pasé por lo de Antonio, antes de coger hicimos un 69, yono acabé el sí, sentí como se puso tenso, tire de su prepucio para atrás, lepase la lengua por su cabeza al tiempo que succionaba y entonces acabó, vaciando sus enormes huevos en mi boca. Mientras seguíaescupiendo leche yo le seguí pasando la lengua, y sin dejar caer una gota, se movía espasmódicamente, yo tenía mi boca sellándole la pija. Me esmeraba cuandole hacía una mamada como forma de agradecer que me entregara su culo sincondiciones. Fui al baño a escupir y enjuagarme la boca y cuando volví ala cama me esperaba de rodillas, con la cabeza contra la almohada y abriéndoselos cantos. Un garche salvaje, como siempre, lo agarré de la cintura, me pidió que sela pusiera despacio, cuando la tuvo adentro comenzó a moverse, un mete y sacaintenso que terminó con los dos tirados en la cama y yo saltando sobre ely llenándole el culo de leche. Cuando nos levantamos, le caía por las piernas. Mástranquilo y descargado me fui para mi casa.
La culeada estuvo buena, solo que a mí me volvió apicar la misma curiosidad que con Francisco. Que se siente cuando te estáncogiendo?
Que pasa cuando te meten una verga en el culo y telo llenan de leche?
Yo no quería ni quiero hoy terminar con el culocomo Antonio, como los otros que cogí, pero la curiosidad era grande. Volví apasar por la estación y tomé nota del teléfono de Jorge. A mitad de semanaestaba solo en casa y lo llamé, resultó estar cerca, quedamos en que pasara porel taller al anochecer. Hacía calor, me puse un short blanco, sin nada abajo yuna remera.
Si lo iba a probar tenía que portarme como putitodesde el vamos. Llego a la tornería, estaba todo cerrado, toco timbre y aparecequien iba a ser mi macho y me iba a estrenar, era más bajo que yo, igual de flaco, como de cuarenta y pico de años (yo 24) y estaba con ropa de trabajo. Me hizo ir a esa hora para estar seguro de notener visitas imprevistas. Yo era consciente de que estaba allí en plande ser pasivo y ninguna otra cosa. Me hizo pasar a un salón donde habíauna banco largo y me dijo que me desnudara, en ese momento me asalto la duda de si no había más gente, pero no, estábamos solos.
Me hizo poner en cuatro sobre el banco, me empezó aacariciar las nalgas, y yo saqué la cola para afuera, ofreciéndola. Jorge yaestaba con el slip y me dijo que se lo bajara y le chupara la pija. Eralarga, pero fina, un poco más gruesa que un dedo y con huevos medianos, muylimpio. Me metí la pija en la boca y empecé a succionar, cuando estuvo al palotendría entre quince y veinte centímetros, era más larga que la mía pero mucho másangosta, A todo esto, Jorge ya me había untado el ojete con vaselina y meestaba dedeando, yo tenía la pija como un fierro pero Jorge ni seacercaba a ella. Se puso detrás de mí, apoyó la cabeza y la metió. Al principiosentí como que iba de cuerpo, hasta que me acostumbre al mete y saca, me teniaagarrado de las caderas, se tiraba para atrás hasta casi sacarla y arremetía, eracomo si me hubiese visto coger a otros y quisiera enseñarme lo que sientencuando yo hago lo mismo. La sensación de cagar desapareció y solo sentía el iry venir de esa pija por mis entrañas.
Para hacer mejor mi rol pasivo, mi pija que parecíaun fierro se convirtió en un flan. Habrán sido diez minutos hasta que Jorge medice que va a acabar
-Llename la cola de leche, le dije
A los pocos segundos se pegó contra mis nalgas y sequedó quieto, yo sentía los espasmos de esa poronga dentro mío.
Se calmó y la sacó, yo como que salí de un sueño yme encontré en bolas, recién cogido cerrando el agujero del culo y al lado deun tipo con la pija goteando leche. Me vestí, lo saludé palmeándole el hombrole el hombro y me fuí.
A las dos cuadras me di cuenta que por más cerradoque tuviera el culo, la leche igual sale. Llegué a casa con un lamparón en elpantalón, por suerte nadie me vio. Cuando me fui a duchar me toqué y sentí elagujero algo hinchado y goteando, terrible paja me clavé, pero no estaba satisfecho,se supone que debía sentirme mejor.
A los quince días volví a llamarlo, cita parecida ala anterior, shorcito ajustado pero de color celeste más de putito,musculosa y lo de la otra vez, yo desnudo y el semi vestido, pero esta vez ibadecidido a tomar la iniciativa. Me arrodillé, le bajé el slip, le chupé la pijahasta dejarla bien parada, le pasé la lengua desde los huevos hasta la cabeza, ledejé la verga bien ensalivada y, bien de puta me pare junto a una mesa, meagache sobre ella me abrí las nalgas y le dije que me cogiera.
-Te pongo vaselina. Dijo Jorge
-Cogeme así. Le respondí
El mete y saca esta vez fue mas intenso, a medidaque la saliva se secaba yo sentía más el roce de la pija, cuando la sacabasentía el anillo salirse para afuera.
Le dije que se acostara en el banco donde me cogióla primera vez y me senté encima a cabalgarlo, sentía la pija como una criaturaviva dentro de mí. Se ve que el también estaba caliente porque aguantó menosque la otra vez y acabó, se arqueó y me levanto a mi también me mando la lechebien adentro. Para que no pasara lo de la vez anterior, una vez que Jorge mesacó la poronga del culo me puse una toallita que le había sacado a mi hermana,mas de puta imposible. El se había ido a limpiar, cuando volvió me dijo que enun rato venían unos amigos, que había de todo, gente que daba y gente querecibía, me pidió que me quede. Me vestí como un rayo, una cosa era querersaber que se siente cuando te cogen y otra terminar enfiestado. Si bien mehabían desvirgado, no sentí placer, no me vi sintiendo lo mismo que Antonio porejemplo. Yo seguí mi vida normal, al tiempo el taller se mudó y se me pasó esacuriosidad. Con el tiempo se iba a presentar otra oportunidad
Los ciclistas se fueron, me quedé un rato a ver sicaía alguien pero no.
Pasé por lo de Antonio, antes de coger hicimos un 69, yono acabé el sí, sentí como se puso tenso, tire de su prepucio para atrás, lepase la lengua por su cabeza al tiempo que succionaba y entonces acabó, vaciando sus enormes huevos en mi boca. Mientras seguíaescupiendo leche yo le seguí pasando la lengua, y sin dejar caer una gota, se movía espasmódicamente, yo tenía mi boca sellándole la pija. Me esmeraba cuandole hacía una mamada como forma de agradecer que me entregara su culo sincondiciones. Fui al baño a escupir y enjuagarme la boca y cuando volví ala cama me esperaba de rodillas, con la cabeza contra la almohada y abriéndoselos cantos. Un garche salvaje, como siempre, lo agarré de la cintura, me pidió que sela pusiera despacio, cuando la tuvo adentro comenzó a moverse, un mete y sacaintenso que terminó con los dos tirados en la cama y yo saltando sobre ely llenándole el culo de leche. Cuando nos levantamos, le caía por las piernas. Mástranquilo y descargado me fui para mi casa.
La culeada estuvo buena, solo que a mí me volvió apicar la misma curiosidad que con Francisco. Que se siente cuando te estáncogiendo?
Que pasa cuando te meten una verga en el culo y telo llenan de leche?
Yo no quería ni quiero hoy terminar con el culocomo Antonio, como los otros que cogí, pero la curiosidad era grande. Volví apasar por la estación y tomé nota del teléfono de Jorge. A mitad de semanaestaba solo en casa y lo llamé, resultó estar cerca, quedamos en que pasara porel taller al anochecer. Hacía calor, me puse un short blanco, sin nada abajo yuna remera.
Si lo iba a probar tenía que portarme como putitodesde el vamos. Llego a la tornería, estaba todo cerrado, toco timbre y aparecequien iba a ser mi macho y me iba a estrenar, era más bajo que yo, igual de flaco, como de cuarenta y pico de años (yo 24) y estaba con ropa de trabajo. Me hizo ir a esa hora para estar seguro de notener visitas imprevistas. Yo era consciente de que estaba allí en plande ser pasivo y ninguna otra cosa. Me hizo pasar a un salón donde habíauna banco largo y me dijo que me desnudara, en ese momento me asalto la duda de si no había más gente, pero no, estábamos solos.
Me hizo poner en cuatro sobre el banco, me empezó aacariciar las nalgas, y yo saqué la cola para afuera, ofreciéndola. Jorge yaestaba con el slip y me dijo que se lo bajara y le chupara la pija. Eralarga, pero fina, un poco más gruesa que un dedo y con huevos medianos, muylimpio. Me metí la pija en la boca y empecé a succionar, cuando estuvo al palotendría entre quince y veinte centímetros, era más larga que la mía pero mucho másangosta, A todo esto, Jorge ya me había untado el ojete con vaselina y meestaba dedeando, yo tenía la pija como un fierro pero Jorge ni seacercaba a ella. Se puso detrás de mí, apoyó la cabeza y la metió. Al principiosentí como que iba de cuerpo, hasta que me acostumbre al mete y saca, me teniaagarrado de las caderas, se tiraba para atrás hasta casi sacarla y arremetía, eracomo si me hubiese visto coger a otros y quisiera enseñarme lo que sientencuando yo hago lo mismo. La sensación de cagar desapareció y solo sentía el iry venir de esa pija por mis entrañas.
Para hacer mejor mi rol pasivo, mi pija que parecíaun fierro se convirtió en un flan. Habrán sido diez minutos hasta que Jorge medice que va a acabar
-Llename la cola de leche, le dije
A los pocos segundos se pegó contra mis nalgas y sequedó quieto, yo sentía los espasmos de esa poronga dentro mío.
Se calmó y la sacó, yo como que salí de un sueño yme encontré en bolas, recién cogido cerrando el agujero del culo y al lado deun tipo con la pija goteando leche. Me vestí, lo saludé palmeándole el hombrole el hombro y me fuí.
A las dos cuadras me di cuenta que por más cerradoque tuviera el culo, la leche igual sale. Llegué a casa con un lamparón en elpantalón, por suerte nadie me vio. Cuando me fui a duchar me toqué y sentí elagujero algo hinchado y goteando, terrible paja me clavé, pero no estaba satisfecho,se supone que debía sentirme mejor.
A los quince días volví a llamarlo, cita parecida ala anterior, shorcito ajustado pero de color celeste más de putito,musculosa y lo de la otra vez, yo desnudo y el semi vestido, pero esta vez ibadecidido a tomar la iniciativa. Me arrodillé, le bajé el slip, le chupé la pijahasta dejarla bien parada, le pasé la lengua desde los huevos hasta la cabeza, ledejé la verga bien ensalivada y, bien de puta me pare junto a una mesa, meagache sobre ella me abrí las nalgas y le dije que me cogiera.
-Te pongo vaselina. Dijo Jorge
-Cogeme así. Le respondí
El mete y saca esta vez fue mas intenso, a medidaque la saliva se secaba yo sentía más el roce de la pija, cuando la sacabasentía el anillo salirse para afuera.
Le dije que se acostara en el banco donde me cogióla primera vez y me senté encima a cabalgarlo, sentía la pija como una criaturaviva dentro de mí. Se ve que el también estaba caliente porque aguantó menosque la otra vez y acabó, se arqueó y me levanto a mi también me mando la lechebien adentro. Para que no pasara lo de la vez anterior, una vez que Jorge mesacó la poronga del culo me puse una toallita que le había sacado a mi hermana,mas de puta imposible. El se había ido a limpiar, cuando volvió me dijo que enun rato venían unos amigos, que había de todo, gente que daba y gente querecibía, me pidió que me quede. Me vestí como un rayo, una cosa era querersaber que se siente cuando te cogen y otra terminar enfiestado. Si bien mehabían desvirgado, no sentí placer, no me vi sintiendo lo mismo que Antonio porejemplo. Yo seguí mi vida normal, al tiempo el taller se mudó y se me pasó esacuriosidad. Con el tiempo se iba a presentar otra oportunidad
2 comentarios - Pija fina ideal para principiantes (relato)