mi feminizacion IV (relato)

4ta parte de mi relato, muchas emociones y noche fantástica logran sacar la puta que llevo escondida en mí.

Ya casi era de noche, habíamos pasado toda la tarde entrenando. Gabriela había estado corrigiendo cosas en mí.
En la siesta estuvimos acostadas charlando mientras mirábamos porno y comentábamos las escenas, aprovechó para enseñarme a modular mi voz, me pedía que le hablara en un tono más alto y suave mientras. Mientras ella cerraba sus ojos yo tenían que describirle la escena de la película, ambas estábamos muy caliente y de a ratos me olvidaba la consigna y volvía a mi voz habitual. Ella me lo hacía saber de inmediato, y debía volver a concentrarme en  mi voz femenina. Entre los videos ponía algunos de feminización hipnótica, la consigna en estos era repetir las palabras del narrador, sin darme cuenta terminaba diciendo lo puta y sumisa que era, lo mucho que necesitaba una verga o lo mucho que me gustaba, era todo como un juego que disfrutaba bastante.

Me explico cosas de mi postura, como debía mantener el torso recto, apenas inclinado hacia adelante, de esa forma me levantaba la cola dándole más volumen. Debía evitar siempre que mi vestido se levante al sentarme y hacerlo siempre con las piernas cruzadas. Estaba muy cómodo con ella, todo era muy natural. Bromeábamos a cada rato, como si nos conociéramos de hace mucho, estábamos en confianza.
También practicamos la forma de caminar moviendo las caderas, poniendo un pie delante del otro y dando pasos cortos y sincronizados. Ella lo hacía de forma natural y perfecta, cualquier hombre prestaría atención a su culo bamboleándose mientras caminaba. Yo también le prestaba atención pero por distintas razones, quería ser yo quien fuera observada de esa manera.
Al principio practicamos sin zapatos, luego con tacones, intentaba ser lo mas natural posible.

-    Mira la hora, tenemos que prepararnos, vamos a llegar tarde a la fiesta.
Nos bañamos juntas, nos enjabonamos una a otra. Ella saco el dispositivo de castidad para bañarnos y para sorpresa al menos mía, mi verga no se paraba. La mujer más bonita y dulce que había visto hasta ese momento estaba desnuda en la ducha pasándome jabón por todo el cuerpo y mi verga no reaccionaba!!

Tras salir de la ducha ella eligió mi ropa. Un vestido rojo apretado al cuerpo que marcaba mi cintura y suelto abajo que  disimulaba mi pene, medias hasta los muslos, y unos tacones que me entraron a la perfección. Todo esto por supuesto complementado por el aparato de castidad, el cual le costó poner, fue como si fuera más pequeño mi pene quedo un poco más apretado en él. En ese momento me hubiera encantado tener pechos para rellenar el escote de ese hermoso atuendo.

Una vez nos vestimos ella me peinaba mientras hablamos y nos reíamos como locas.

-    Tengo sed Daiana, anda a traerme un vaso de agua
-    Andá vos, que acaso soy tu esclava???
-    Pensé que ese era el trato, sonrió
Mientras salía de la habitación para buscar agua para mi “señora”
-    Gabriela…
-    Que?
-    Ojalá que mientras no esté venga un negro y te viole
-    Jajaja, no esperá, Daiana
-    Que pasa?
-    Si viene el negro que le digo?
-    Que fui al tocador, que me espere y lo enfiestamos entre las 2
-    Jajaja sos muy putita
-    Estoy aprendiendo de la mejor.

Tome 2 copas de la alacena y las llené de vino cuando volví a la habitación ella se dio cuenta

-    Que paso con el agua.
-    Ahh me cruce con una persona en el pasillo, se llamaba “JC” y no sé qué paso pero te juro que era agua
-    Jajaja, sos única.

Entre tragos y más charla termino de maquillarme. Me veía hermosa, el maquillaje y el peinado era más sutil que el que me había hecho diego la noche anterior.

-    Viste soy una genia, nadie podría confundirte con un hombre, estas hecha toda una mujer.

Era verdad, era difícil darse cuenta, me sentía feliz por eso.
Complemento mi atuendo con una cadenita con un corazón pequeño color plata y un anillo con brillos que coloco en mi mano izquierda.

-    Esto significa que estamos casadas?
-    Digamos que algo así jajá


Termino su trabajo poniéndome un perfume bastante fuerte y dulzón. Yo estaba lista, ahora tenía que prepararse ella, que aún estaba envuelta en un tallón.
Se vistió de colegiala, no cabía otra descripción. Una falda a cuadritos que apenas llegaba a cubrir su culo y dejaba ver no solo la parte de debajo de su tanga si no que cuando caminaba daba el espectáculo de ver los pliegues entre sus piernas y ese hermoso y redondo culo. Arriba una camisa blanca arremangada que dejaba libre a la vista su vientre  y el espacio entre sus pechos.
Se puso unos anteojos de marcos anchos. Pensándolo mejor más que una colegiala parecía una prostituta vestida de colegiala, una de esas que encandilan con su belleza y pocos pueden pagar.
 Terminó de maquillarse y se apresuró a llamar un taxi

-    Ya seguro que llegamos tarde.
-    Nos vamos en taxi?
-    Si quiero tomar y no manejo cuando tomo.

No habrán pasado 10 minutos que se sintió una bocina afuera. Era nuestro carruaje, el que llevaría a las 2 princesas a la tan ansiada fiesta.
Ella le dio la dirección y el taxista arranco de inmediato, intentaba iniciar una conversación a lo cual Gabriela respondía cortante, mayormente en monosílabos impidiendo que la charla fluyera. Nos observaba por el espejo, a veces hasta perdiendo atención de la carretera.
Yo por mi parte  miraba perdidamente la ciudad, cada auto que pasaba, cada persona, pensaba sí podrían reconocerme. “ahí, en esa casa de rejas negras” escuche la voz de gabi, me hizo volver en si, ella le pago al taxista y bajamos.
Por un momento quise decirle que no estaba segura de esto, pero me había sacado unos pasos de ventaja y solo atine a seguirla. Había música sonando adentro, se escuchaba desde afuera.
Nos atendió una chica. Supuse que debía ser la dueña de la casa.

-    Hola, gabi, que bueno que llegaste, ella debe ser Diana no?, mucho gusto, soy Agustina.


Nos dio un beso en el cachete y un abrazo a cada una y nos invitó a pasar.
Adentro había 4 hombres sentados en una mesa a los cuales saludamos 1 por 1, agustina me dijo sus nombres mientras me presentaba. Bruno, un flaco alto, de pelo corto, vestido de jeans y camisa.
Gustavo, estaba de remera negra apretada lo que marcaba sus bíceps, estaba todo trabajado como de gimnasio, supuse que debía ser seguridad de algún boliche o algo por el estilo.
Ricardo, un gordito con cara de simpático, bastante conversador y Emanuel, primo de Ricardo, un morocho, también bastante marcado físicamente y una sonrisa hermosa.

 Los halagos no tardaron en llegar, si bien me sentía observada por todos ellos, estaba comoda e intentaba disfrutarla al máximo.
Nos sentamos en la mesa, q estaba llena de platos con papas fritas, palitos salados, y las cosas que uno espera tener cuando tiene invitados. Agustina no tardó en ofrecernos caipiriña, de la cual para ser sincero esa noche abuse más de lo normal. Los chicos discutían de un partido de la selección, no le di mucha importancia.

Agus, iba por la 32ava pregunta del interrogatorio al cual me estaba sometiendo y de no ser por la ayuda de Gabriela con algunas respuestas no hubiera podido responder a la cadencia de su curosidad. Bruno parecía tener más interés en mis respuestas, que en la animada charla futbolística que hacían sus compañeros, quienes cada vez levantaban más el tono como queriendo imponer sus razones.


Emanuel agarro sus cigarrillos y percatándose de mi mirada, gentilmente me ofreció uno, el cual no dudé en aceptar. Me lo lleve a la boca y estire mi mano como esperando por el encendedor. El acerco  el encendedor a mi cigarrillo y como todo un caballero hace con una dama lo encendió para mí.


Después de un rato, Gabriela charlaba animosamente con Bruno, los chicos seguían discutiendo entre si y Agustina al notar que yo estaba un poco incomoda me hacia caras desde el otro lado de la mesa. Cruzaba sus ojos, me sacaba la lengua, hizo del ademán de suicidarse llevando 2 dedos al costado de su cabeza mientras miraba a los hombres que llevaban una aburrida pero animosa conversación al fin.


-    Que aburridos que son! Exclamo. Veni Daiana vamos a bailar.


Le di un sorbo con el que termine creo que mi 3er trago de la noche y tomando la mano ofrecida cordialmente por agustina me levante y nos dirigimos al living. En el trayecto ella subio un poco la música y bajó las luces del living, dejando el ambiente un poco más oscuro. Fuimos hasta el centro de la pista de baile improvisada y mientras sonaba un tema de reggaetón ella me tomo de la cintura y comenzó a bailar sensualmente. Intente seguir su ritmo, pero el alcohol y los tacos que aun no dominaba totalmente limitaban mis movimientos.

Sonaba “dura” de daddy yankee, ella había pasado un brazo por encima de mi hombro y  su rodilla por mi entrepierna mientras movía su cintura de forma sensual. Era la primera vez que alguien bailaba así conmigo.  Pude ver que Gustavo se le acercaba por detrás y empezaba a bailar con ella, que había acelerado al ritmo de sus movimientos al percatarse.
Al mismo tiempo sentí como 2 manos envolvían mi cintura, y alguien acompañaba los movimientos apoyándome desde atrás.


-    Que linda que sos, me encantaría hacerte toda mía, susurraron en mi oído.


Esas palabras me estremecieron, mire para el lado de la cocina y en la mesa solo estaba Ricardo, terminando un cigarrillo, Gaby y Bruno habían desaparecido.
Me incomodó la situación y tras unos segundos, sacándome las manos que me habían tomado fuertemente de la cintura  dije que iba al baño. Me costó un poco desengancharme de ese puzzle humano en el que había terminado.
Entre al baño y vi que la  luz estaba prendida, me había olvidado de golpear. Pude ver como Bruno, con sus pantalones ya en las rodillas recibía una frenética mamada por parte de Gabriela. Ambos gemían suavemente.

Parecía no importarles la situación, sabían que estaba ahí, pero ninguno dijo nada. Cerré la puerta detrás de mí  y disfrutaba el espectáculo, ella con una mano en el muslo de bruno y la otra en la pija,  mientras se movía suavemente hacia atrás adelante sin parar. Yo mordí mis labios y él ni lento ni perezoso   me acerco a su boca y me clavo un beso. Me tenía abrazada de la cintura, mientras nos besábamos yo acariciaba su pecho y de fondo los ruidos de la mamada que Gabriela le estaba propinando.
Un empujón hacia abajo en mi hombro, al cual no puse resistencia me hizo arrodillarme junto a ella, que sacaba la pija de su boca y tras escupirla suavemente me ofrecía compartirla generosamente, poniéndola en frente de mi rostro. No me iba a negar a tal ofrecimiento, la lleve a mi boca, y abriéndola lo más grande que pude intente hacerla lo mas profundo que pudiese sin que me produjera una arcada.
Gaby acompañaba con su mano los movimientos de mi cabeza mientras me decía


-    Asi putita, disfrútala, cómetela toda, saboréala


Me volvia loca, las palabras de ella, los sabores de el, estaba en el cielo con 2 ángeles asegurándose que mi estadía fuera grata.

-    Míralo a los ojos mientras se la chupas, que sepa que estas agradecida y gozando lo que estás haciendo.



Así lo hice, su cara de placer mientras se lo chupaba me encantaba, le pasaba la lengua por todos lados, me la volvía a meter en la boca, lo miraba, le sonreía, estaba fuera de mí, poseída.
Si previo aviso acabó en mi boca, Gabriela no permitió  que  pudiera sacármela de la boca. Su pija se inflaba y se movía cada bombazo de leche que iba llenando mi boca hasta romper el sello y escapar por las comisuras de mis labios. Como buena puta y la calentura que tenía trague todo lo que pude, era espesa, agridulce, estaba empezando a tomarle el gusto. Gabriela terminó de limpiar esa verga con la boca, sin dejar una gota de leche en la misma. También me paso la lengua por el mentón, levantando lo que a mí se me había escapado. Éramos 2 putas compartiendo la leche.
Todo se tranquilizó, bruno ya había puesto sus pantalones en su lugar y guardado lo que con tanto placer habíamos satisfecho, nosotras nos examinamos buscando que no haya manchas en nuestra ropa mientras sonreíamos estúpidamente como complices.
Salimos del baño y para nuesta sorpresa, solo quedaba la música sonando, no había indicios de agustina o los chicos. En el fondo todos intuíamos que estaban en la habitación y sin decir palabra alguna con algo de morbo en nuestras caras nos encaminamos hacia allí.

Bruno abrió la puerta suavemente y se adentró en la habitación. Lo seguimos sin titubear.
Solo había un velador encendido, la luz suficiente para mostrar el espectáculo digno de una peli porno. Agustina estaba siendo penetrada brutalmente en todos sus hoyos, mi mente estaba a mil. Estuvimos mirando unos segundos, iba a ser difícil borrar esa imagen de mi mente, a ser sincera sentí un poco de celos.
 mi feminizacion IV (relato)

-    Agus, ya nos vamos, dijo Gabriela


Agustina saco levemente, la verga de su boca para decir solo un “ok” y continuar perdida en su extasis.
 Cuando nos retirábamos bruno se ofreció a llevarnos, Gabriela me dijo

-    Tengo una sorpresa para vos en casa.


Continuará

4 comentarios - mi feminizacion IV (relato)

rams12 +1
Muy exitante el relato!! 😍 ansioso por la próxima parte linda noche! 😍
SissySanLuis
muchas gracias!
Richomelo
Me gusta mucho tus relatos, me calientan demasiado, sobre todo que tenemos los mismos gustos jajaja... lo que me pasa es que tardo en leerlos ya que "explotó" enseguida.. ejem ya me entiendes Xd
ffll22
tremendo relato como me calento
pulgarcitopito
ufffffffffffsssssss lastima que recion los encontre estoy volando mientras los leo son genialesssss estos relatos.