Consejos de una sissy cross: sexo oral (Parte I)

Hacer sexo oral a un hombre, no es, como muy a menudo se piensa, simplemente una cuestión de abrir la boca y dejar que un miembro la penetre. Por el contrario el felatio es el desarrollo de una compleja técnica que involucra el desarrollo de movimientos corporales coordinados, que denotan una expresión corporal, que tiene como fin crear una serie de sensaciones excitantes, tanto en el hombre que recibe nuestras caricias, como en nosotras que las aplicamos. En pocas palabras, el sexo oral es el desarrollo de nuestra expresividad y nuestra sensibilidad ante nuestros propios deseos, así como los del hombre al que queremos satisfacer.

Lo que quiero hacer en este post es destacar algunos elementos esenciales y básicos a tener en cuenta, para poder desarrollar nuestra percepción, acción y coordinación al momento de ejercer la satisfacción oral a un hombre. Posteriormente, en otros post, hablaré de algunos ejercicios específicos que pueden ayudarles a desarrollar aspectos particulares en sus técnicas de "cocksuckers" (mamador@ de verga)



1. La actitud esencial de una buena cocksucker: pasión por la verga y sus fluidos.
Ante la pregunta más básica pero esencial respecto al sexo oral:

¿Qué necesito para darle un buen sexo oral a un hombre?

Mi respuesta sería, esto que tienes aquí te tiene que encantar:



Tienes que tener un verdadero gusto y pasión por sentir un miembro masculino.



¿Sientes esa pasión?

Cuando tomas un pene con tus manos ¿cuánto te excitas al sentirlo?


Piensa en la experiencia que implica el hecho de encontrarte en algunas ocaciones con un miembro flácido, que podrás sentir como crece y se excita, volviendose cada vez más rígido, en la medida que lo acaricias y los masturbas.


Otras veces, puede ocurrir que a penas acercas tu mano a la entrepierna de tu hombre, te encuentras con que él ya tiene el pito bien tieso y palpitante, listo para que lo goces. A mí, en lo personal, ambas situaciones me encantan, una verga bien excitada o una que yo pongo a tope con mis caricias, me fascinan.


Y cuando vas a hacer el felatio ¿te pones nerviosa, te emocionas, te sientes excitada?




¿Qué tal ese breve momento en el que te pones de rodillas, te inclinas o te deslizas por la cama para poder poner tu cara a la altura del falo de tu pareja?




Es cierto que la higiene es importante, pues creo que casi a nadie nos gusta encontrarnos con un pene muy sucio. Sin embargo, difícilmente encontraremos un miembro que esté absolutamente limpio, y en ocasiones, al menos para mi, un ligero olor a orina al acercarme a los genitales de mi amante me excita aún más. Ese olor y ese sabor a verga, es algo que es muy importante en nuestra experiencia y que sepamos disfrutarlo, que lo gocemos de la misma manera que gozamos con el olor de un delicioso manjar que estamos a punto de comernos.


¿Y que sientes cuando llevas a tu boca el miembro excitado de tu hombre?


Piensa en la sensación del glande tocándote los labios, y como al abrirlos lentamente, su cabeza empieza a deslizarse dentro de tu boca, recorriendo tu lengua, hasta que puedes sentir una buena parte del tronco o incluso todo entero dentro de tus fauces.


No te gusta acariciarlo con la punta de tu lengua y saborear en el orificio en la punta del glande, el liquido transparente que empieza a gotear cuando tu hombre está bien excitado.


Que tal succionar cada una de sus bolas mientras lo masturbas.


A mi en lo personal, todos esos momentos me vuelven loca, y muy en especial, aunque sé que a muchas chicas, en especial las biológicas no les gusta, me encanta la latente posibilidad de que, de un momento al otro, cuando logro llevar a mi amante al máximo grado de placer, me inunde la boca con su leche tibia o me salpique toda la cara como la explosiva culminación de su placer.



Para mi su semen brotando a chorros, no es sino la muestra de que hemos sabido llevar a nuestro hombre al éxtasis, a través del dominio de nuestras habilidades para darle un sexo oral que jamás olvidará.