Flavia, diosa trans brasileña [relato]

Después de mi primera vez con Dalia, sentí que había descubierto un mundo nuevo. Incierto, con sorpresas y placeres. Hacer el amor con una transexual es un viaje de ida, créanlo.

Pocos meses luego de aquella primera experiencia, conocí a Flavia, una trans brasileña de 31 años. La vi sentada sola en el bar del aeropuerto Guarulhos de Sao Paulo y me acerqué a ella con la excusa de no encontrar mesa libre por ningún sitio. Así que le pedí compartir mesa y muy amablemente me dijo que sí. Rápidamente le saqué conversación porque quedé encantado con su belleza y no quería desaprovechar la oportunidad. Aunque estuviese sentada, era muy fácil darse cuenta que Flavia era alta. Se la veía grandota, con boca ancha y pómulos prominentes, con unas tetas que rozarían los 100cm y que se dejaban ver sin mucho esfuerzo porque traía una musculosa bien suelta, además de un jean apretado y unas sandalias "animal print". Era realmente hermosa y sobre todo muy simpática. Tenía una sonrisa grande y le gustaba mucho conversar. Yo intentaba hablarle de cualquier cosa a pesar de mi portugués absolutamente precario. Pero nos lograbamos entender y así estuvimos cerca de una hora, yo tomando cervezas en lata y ella un trago dulce el cual pidió que le sirvieran varias veces. Se hizo la hora en que salía su vuelo así que nos despedidos e intercambiamos facebooks. En ese momento pense en una sola cosa...cómo lograr terminar juntos en una cama.

Unas semanas despues nos pusimos en contacto nuevamente y, poco a poco, la relación se fue poniendo más caliente. Hablábamos mucho de sexo, de experiencias y de fantasías, hasta que por fin llegamos al acuerdo de vernos otra vez pero con la condición de que esta vez terminásemos cogiendo. Así fue. En su próximo viaje a Buenos Aires, nos encontramos una noche en la habitación del hotel donde estaba parando. Cómo habíamos acordado, compramos varias bebidas diferentes y algo de maría para fumar. La pasamos muy bien, nos reimos muchísimo hasta que llegó el momento que tanto había anhelado. Yo estaba tan volado que me hallaba supersensitivo, disfrutaba mucho de besarnos con lengua, de acariciarnos los cuerpos, de ponernos cada segundo más ardientes. En breve quedé completamente desnudo y ella casi, solo quedaba en pie su corpiño que sostenía unas tetas preciosas. se arrodillo frente a mí y empezó a comerse mi chota con devoción. Lo hacía más que bien. Me acariciaba los huevos mientras, me tocaba un poco las nalgas, me miraba a la cara. Era una reina.

Después de un rato de chupar mi pija, se paró y fue hasta un espejo que estaba sobre una pared, uno de esos grandes en que uno se ve casi por completo. Apoyó sus manos ahí, quebró la espalda y abrió un poco las piernas. Mirandome, me dijo: "venha aquí, amor". Me pegué a su cuerpo, apreté fuerte mi verga en su culo, puse una de mis manos sobre sus tetas y la besé fuerte en su cuello. Frenéticamente. Ella gemía como una diosa del sexo. Era hermosa, gigante, caliente...perfecta.

Le sobé el culo un ratito y después empecé a penetrarla. Flavia gemía, pedía "mais", gozaba y gritaba sin parar. Yo la agarraba de la cintura y movía mi pelvis con intensidad, metía toda mi verga en su culo. Agarre su pija que aun estaba media floja y la empecé a masturbar, se endureció en mi mano, se sentía caliente. De pronto soltó un grito agudo, en ese mismo momento baño de leche mi mano. Yo seguía metiendo compulsivamente mi verga en su hoyito, Flavia había acabado muy pronto pero segui moviendo su culo como si quisiera más. No me detuve: con mi mano toda enlechada la volví a agarrar de la cintura y continué cogiéndola. Esparcí luego un poco de la leche por su espalda, pasé mi lengua y la probé un poquito. Me gustó, estaba caliente y muy volado, todo me gustaba esa noche.

Saqué mi verga de su culo cuando estaba a punto de explotar. Flavia entendió de inmediato, se dio la vuelta y se arrodilló, preparada para el baño de semen inminente. Me masturbé unos segundos y comencé a acabar sobre sus tetas (siempre con el corpiño puesto porque decía que le calentaba más así), después sobre su cara y las últimas gotas las tiré sobre su verga que de a poco empezaba a endurecerse nuevamente. Ella pasó el dedo por su cuerpo juntando semen y lo metió en su boca: "rico,papi", dijo mientras me miraba con un gesto pícaro y sonrió.
Nos quedamos un rato largo tirados en la cama, conversando. Esa noche lo hicimos dos veces más, desde ahí todavía no le he vuelto a ver aunque el contacto es permanente.

4 comentarios - Flavia, diosa trans brasileña [relato]

gaturro009 +1
..mmmmm,...me dejaste caliente y envidiososo con tu relato!!!,..van puntos
FantasiaRealidad
Muchas gracias! Me alegro haberte calentado... 😉
profezonasur +1
Bien, me gustó, siga escribiendo y dejando que las palabras entren en las cabezas dejando volar la imaginación. Un abrazo.
tenshi_5 +1
Que ricura, por favor.
Las brasileras son las nº1 en categoría transexual y vos te cogiste a una de ellas. Felicitaciones capo👏👏👏