Otra vez, el pendejo del laburo y uno más... (Relato)

Otra vez el pendejo de la petrolera en que laburo (Jonathan) quiso que nos encontráramos. Esta vez me mandó un mail que decía "a las 15hs en el estacionamiento" y me pasó la patente de su auto. Yo le respondí OK y a esa hora estuve al lado de su vehículo (un Peugeot 207 blanco con vidrios polarizados...espectacular), que estaba estratégicamente estacionado sobre uno de los rincones menos visibles del garage. El pendejo llegó y me invitó a subir a los asientos traseros. Así como subí me manoteó la bragueta del pantalón y sacó mi verga, que estaba a medio levantar (francamente me había tomado por sorpresa). Se acomodó y empezó a pasarle la lengua sin demora, con el objetivo de que mi pija se endureciera completamente, algo que logró en tiempo récord, para qué negarlo... Yo me recosté sobre el respaldo y tiré mi cabeza para atrás, relajándome para disfrutar la situación. El pendejo arremetió contra mi verga, metiéndosela completamente en la boca una y otra vez, haciéndome sentir en el paraíso. Siguió chupándome la pija unos minutos y yo tomándolo de la nuca para que no se detuviera, hasta que sentimos unos golpecitos en el vidrio del auto. No nos habíamos dado cuenta de que un guardia de seguridad se había acercado al auto. El pendejo se incorporó y yo guardé mi verga automáticamente, antes de bajar el vidrio...

- Qué están haciendo? -preguntó.
- Nada -respondió Jonathan.
- Saben que está prohibido este tipo de cosas, y que los pueden echar de la petrolera si levanto la denuncia, no?
- Ehhh, sí, pero no es para tanto. Por favor, no digas nada -dijo Jonathan.
- Miren, no me queda otra...es mi trabajo.
- Bueno pero...seguramente hay algo que podamos hacer para solucionarlo -dije yo, apuntando a tirarle unos mangos.
- La verdad que no, pero... tampoco me da para denunciarlos. Hagamos una cosa...esta tarde, a las 19hs los espero acá, OK?
- OK -contestamos ambos al mismo tiempo.
- Bueh...ahora váyanse que no quiero quilombo.

Automáticamente nos bajamos del auto y nos fuimos a nuestras respectivas oficinas.

A las 19hs estuvimos ahí. El guardia apareció ya vestido con ropa de calle, y nos dijo que la forma de arreglar era que él quería participar. Subimos todos al auto y Jonathan nos llevó hasta un hotel con cochera súper privada, donde pudimos ingresar los tres (yo escondido en la parte de atrás, claro...). Una vez en la habitación Juan Manuel (así era el nombre del guardia) comenzó a quitarse la remera (era alto y tenía un cuerpo torneado por años de gimnasio) y nos invitó a que le quitáramos el pantalón. Jonathan fue el primero en acercarse y le abrió el jean, en el que ya se notaba una verga dura. Ni bien abrió su boxer, la verga de Juan Manuel saltó como un resorte. Tenía una poronga grande y oscura, que llevó a Jonathan a hacer un gesto de asombro.

- Epa...-dije yo-. ¿Cuánto mide eso?
- 22 cm -dijo Juan Manuel.

Jonathan terminó de quitarle los pantalones y comenzó a chuparle la verga. Yo no tardé mucho en sumarme. Realmente era una verga apetecible, que daban ganas de lamer y meterse completamente en la boca. Mientras Juan Manuel se quedó parado, entre Jonathan y yo le chupamos la verga durante un rato, rozando nuestras lenguas y sintiendo la mano de Juan Manuel que nos tomaba por la nuca. Yo me paré, me quité la ropa y volví a arrodillarme para seguir chupando esa pijota. Jonathan hizo lo mismo, pero se recostó en la cama, y empezó a masturbarse. Juan Manuel dijo que estaba muy caliente y que quería ponerla, así que le liberé la verga y me recosté en la cama, al lado de Jonathan. No tardé mucho en acercar mi boca a la verga del pendejo y empezar a chupársela a él, mientras le acariciaba los huevos.

Juan Manuel se calzó un preservativo y vino hacia donde estaba yo. Me tomó de mis nalgas y las abrió como para jugar con mi culo. Tomó lubricante y me lo puso en el ano, y luego se lubricó la verga. Metió un dedo en mi culo, que luego se transformó en dos dedos que entraban y salían lentamente y que me acariciaban el ano en cada salida.

- Acomodate que te quiero coger -me dijo.

Yo me puse en cuatro patas en el borde de la cama y Jonathan se sentó al lado mío, sobándose la verga. Juan Manuel se arrodilló detrás mío y puso la punta de su verga en mi culo, empujando lentamente hasta que su tremenda pija entró sin piedad en mi orto.

- Ah! -gemí-. No esperaba semejante verga.
- Te va a gustar, vas a ver -respondió Juan Manuel

Realmente sentía que su poronga me estaba rompiendo el culo, pero me relajé y lo dejé hacer lo suyo. Al principio entraba y salía lentamente, pero con el pasar de los minutos empezó a ponerse más intenso: me tomaba con fuerza de las nalgas y las abría para entrar a fondo, haciéndome gemir de manera continua. Mi propio "ah, ah, ah!" me calentaba, haciendo que mi verga se pusiera a full y que mi culo quisiera seguir sintiéndolo entrar y salir. Creo que él también estaba híper caliente porque sus gemidos eran muy fuertes (creo que se podían escuchar desde la habitación contigua). La intensidad se hizo tan grande que Juan Manuel arremetió un vergazo tal contra mi culo, que me hizo irme hacia adelante, y terminar recostado boca abajo, con él cayendo sobre mi espalda, y su verga entrándome hasta los huevos. El pijazo a fondo me hizo ver las estrellas y decirle:

-Ay, la puta que te parió!

Juan Manuel salió de mi culo porque pareció que el preservativo se había roto con el último golpe, así que se lo quitó y se colocó otro, mientras yo seguía recostado boca abajo.

Jonathan, ya visiblemente excitado, aprovechó la situación y, antes de que Juan Manuel volviera a penetrarme le pidió que esperara. Se calzó él mismo un preservativo, lo lubricó y se arrodilló detrás mío. Acomodó su verga y me penetró sin demora. Comparado con la de la de Juan Manuel, su verga era mucho más suave, dada la diferencia de tamaño.

Empezó a bombear con ganas y luego, sin sacar su pija de mi orto, le ofreció su culo a Juan Manuel, que estaba listo para cualquier cosa.

El grandote se acomodó encima de Jonathan y penetró a fondo su culo ya lubricado, provocando que el pendejo diera un gemido de dolor/placer. Con el bombeo de Juan Manuel, Jonathan tomó ritmo para bombear mi culo también, y cada vez que el grandote la metía a fondo, yo podía sentir cómo la verga del pendejo también me penetraba hasta los huevos, haciéndolo gemir como si fuera la última vez (evidentemente el doble placer estaba haciendo su mayor efecto).

No pasó mucho tiempo hasta que el ritmo se hizo más intenso y sentí cómo Juan Manuel iba a fondo en el orto de Jonathan y eso se trasladaba a mí una y otra vez, hasta que el grandote comenzó a gemir más y más fuerte, y acabó con todas las ganas dentro del culo del pendejo, que siguió bombeando un minuto más hasta que hizo lo propio dentro de mi culo.

Los tres nos acomodamos boca arriba en la cama, quedando yo en el medio de ambos, y con la verga a full. Juan Manuel lo notó y dijo:

- Vos sos el único que no acabó.
- Y vos el único que no fue penetrado -dijo Jonathan.

Hubo silencio por unos segundos y Juan Manuel respondió:

- Nunca me animé.
- Si querés esta puede ser tu oportunidad -le dije.

Unos segundos después Juan Manuel dijo:

- OK, pero no se zarpen.

Jonathan le pidió que se quedara boca arriba y que levantara las piernas, mientras tomaba el lubricante y empezaba a jugar con sus dedos en el culo de Juan Manuel, alrededor, adentro y afuera, varias veces. La verga de Juan Manuel volvió a hincharse, poniéndose medio dura. Yo tomé un preservativo y me lo puse, lubricándome también la verga. Le pedí a Juan Manuel que llevara sus rodillas al pecho y apoyé mi verga en su culo. Suavemente comencé a presionar, para entrar de a poco en el culo ya lubricado. No tardé mucho en entrar, lo que fue acompañado por un "Ay!" de parte de Juan Manuel. Me acomodé para bombear lentamente y así comencé una y otra vez a entrar y salir. Los gemidos del grandote no se hicieron esperar, escuchándose un muy masculino "ah, ahhh, ahhh, ahhh" con cada arremetida de mi verga. Él tenía los ojos cerrados con fuerza y su cara estaba tomando un color rojizo, mientras su respiración se agitaba.

Cuando noté que mis fluidos seminales estaban llamando para salir, comencé a bombear con más y más velocidad, metiendo mi verga bien a fondo en su cerrado culo. Su verga ya estaba casi totalmente al palo, así que con una de mis manos empecé a acaricársela, junto con sus huevos, lo cual lo excitó muchísimo y a mí mucho más, haciendo que mi calentura llegara al máximo y que acabara completamente dentro suyo. Estuve dentro de su culo un minuto más, bombeando lentamente, para sacar hasta la última gota de semen. Luego saqué mi pija y me recosté al lado suyo.

Jonathan no se quedó atrás, y tomó la verga de Juan Manuel para masturbarlo hasta que acabara nuevamente.

No faltó mucho tiempo para que el turno terminara, por lo que nos duchamos rápidamente y salimos de allí, otra vez escondido en el asiento trasero del auto...


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17 comentarios - Otra vez, el pendejo del laburo y uno más... (Relato)

mojma +1
gabuchin muy buenos relatos, me gustan mucho, como me gustaria que me dieses fuerte 😉 😃 😃
josegroso +1
buenisimo...muy caliente...
AxelPassaro +2
buenisimoooooooooooo kiero compañeros asiiiiiiiiii
KaluraCD +1

Excelente relato !!! Me dejaste recontracaliente !!!
gracias por compartir, van puntitos y recomendación.

Otra vez, el pendejo del laburo y uno más... (Relato)
gabuchin
Gracias por pasar, los puntos y la recomendación!!
elacerpijon +2
Cheb me recontra calentó tu relato, si es de verdad me encantaría participar!! Nunca estuve en un trío!!
el_eze_gnk +1
Me recalento!! buenisimoo!!
gabuchin
Si te gustó pasate por los otros relatos!
laprima +1
BUEN RELATO !!

MUY HOT

GRACIAS POR COMPARTIR

BESIS LAPRIMA
vestidodemina +1
Hermoso relato!!!
Me dejaste recaliente 🔥
DMBEAR +1
Muy bueno!!!!
RAFAELCONGRESO +1
que buen relato me encanto me podia imaginar en cualquiera de lso lugares y seguro lo habria pasado bien
te quedo el tel de Juan Manuel pasalo? jaja
gracias
besos
rafael
putito_miedoso +1
me encanto tu relato, me re calente, gracias
profezonasur +1
Me gusto lo del asiento trasero, buen lugar. Tambien el tren en el telo.