Creo que mi Hijo es Puto (Episodio 6)

Por la ventana los observaba disimuladamente, sus gestos, sus miradas, sus roces... Era hermoso ver cómo se cortejaban, apenas rozandose por verguenza, con sus dos slips diminutos que cada vez más marcaban la presencia de esos nabos deliciosos y vírgenes...

Mientras fumaba y los miraba noté una terrible erección en mi pija, tanto es así que la punta sobresalió por encima de mi slip con toda su furia, esto prometía, de alguna manera el deseo había aparecido en mí otra vez de una manera descontrolada, y algo tendría que hacer...

Con la merienda preparada y el nabo a punto de explotar me dirijí al patio donde preparé la mesa.

- Bebotes! a comer...!

Salieron de la pile intentando disimular la erección, a lo que les aconsejé que no se preocuparan y que era perfectamnte normal...

-Aparte estos slips...! dije, mientras me los quitaba- Mejor así, más natural no chicos?- riendo se sacaron el micro slip que llevaban y así pudimos sentarnos a la mesa desnuditos y excitados.

-Bueno bebotes! estoy encantado de que pasen una tarde conmigo, va a ser inolvidable...

-Eso espero, Gus me habló mucho de usted- dijo el putito de Marian observando mi boca.

-Si Papu, la verdad que siempre hablo bien de mi Papu...- contestó mi bebote mientras tomaba su licuado. Era hermoso ver los cuerpos desnudos y fibrosos, sin una pizca de grasa propia de esa edad fresca y ávida de experiencias nuevas.

-Bueno, lo primero que quería enseñarles es a ser un buen amante, de esos inolvidables...- dije mientras sonreí pícaramente.

-Me muero de curiosidad!- chilló Marian

-Mi Papu ers muy bueno- confirmó el putito de mi hijo.

-Sí, lo primero que tiene que hacer un buen puto es mascar bien una verga, ahí está la diferencia entre un puto hermoso, y un puto normal.

-No entiendo, no entiendo- dijo Marian con voz de putita caliente...

-A ver Marian, vení..., arrodillate en frente mío y chupame la pija.

Marian se emocionó entero y caminando como una gata lentamente, se inclinó enfrente de mi chota mirando a Gus y se introdujo lentamente la cabeza de mi chota, ensalivándola muy despacio y saboreándola como si fuera una frutilla enorme, con una cara de puta salvaje succionaba mientras gemía simpre sin perder la vista de Gus.

Era un trolo hecho y derecho y ya había chupado muchas pijas, se notaba en como controlaba la lengua que subía y bajaba hasta los huevos, dejando caer un hilo de baba que me volvía loco...

(Continuará)