Al volver del viaje a Brazil, todo ya era diferente entre nosotros, teníamos la confianza que nunca habíamos tenido y guardábamos un secreto que no revelaríamos jamás.
Mi familia se compone aparte del putito hermoso y de mi ex-mujer, de dos hijos más: un varón de 20 y una nena de 24.
Al llegar nos estaban esperando en casa de su madre, así que después de charlar y tomar un café, lo dejé con tristeza y me fui sólo a casa recordando cada detalle de aquella experiencia.
A la mañana siguiente el pendejo me llamó que quería venir a verme después del cole, acepté de mil amores y me puse a preparar una merienda. Al rato llegó con su uniforme, y con cara de putito ilusionado, estaba hermoso.
Le dije que se pegara una ducha mientras yo preparaba el café. Al volver a la cocina lo hizo completamente desnudo y con el pelo mojado, me excitó tanto verlo así que no pude hacer otra cosa que besarlo desesperadamente, babeandole los labios y el mentón, devorándolo con mi lengua jugosa y angurrienta, mientras le acariciaba la cola firme de nena putita que tenía.
Después de un largo rato de babearnos intensamente, nos calmamos un poco y ambos desnudos nos dispusimos a merendar...Claro está, con las pijas como estacas.
Después de comer algo mientras nos mirábamos de cerca, le pregunté si quería fumar, a lo que me respondió casi enojado que no y que nunca lo había hecho.
Como buen hijo de puta que soy, encendí un cigarrillo y lo obligué a que se lo fumara, antes por supuesto le pedí que se sentara encima de mi verga que estaba a esas horas como un sable.
Con las primeras pitadas tocía como un loco, haciendo que su cola se contorsionara y franeleara mi pija, cosa que no hizo más que excitarme al punto de enloquecer.
- Fumá hermoso, hacé lo que te diga tu Papu...- le dije mientras le empezaba a puertear el orto con mi cabeza hinchada y húmeda.
El putito provocaba la tos fumando desesperadamente cabalgando cada vez más fuerte buscando la pija hasta el fondo y gimiendo de placer, era una verdadera putita por detrás.
Logró lo que quería: mis huevos golpeando salvajemente en su cola de nena suave y yo ahorcandolo un poquito, lo suficiente para que su carita se pusiera colorada.... Así le di maza un buen rato pero no quería acabar en ese momento, tenía otro plan mejor.
Agarrandolo de los pelos le ordené que llamara a su madre con el celu, entre gemidos y llantos ahogados aceptó, porque en el fondo era tan perverso como yo...
-Dale llamá a la puta de tu madre mientras te culeo bombom!
Marcó y así sucedió la conversación:
-Hola Ma...
-Hola Gus? Dónde te metiste...?!
(Continuará....) dejen comentarios y si me quieren chupar la pija escriban por privado.
Mi familia se compone aparte del putito hermoso y de mi ex-mujer, de dos hijos más: un varón de 20 y una nena de 24.
Al llegar nos estaban esperando en casa de su madre, así que después de charlar y tomar un café, lo dejé con tristeza y me fui sólo a casa recordando cada detalle de aquella experiencia.
A la mañana siguiente el pendejo me llamó que quería venir a verme después del cole, acepté de mil amores y me puse a preparar una merienda. Al rato llegó con su uniforme, y con cara de putito ilusionado, estaba hermoso.
Le dije que se pegara una ducha mientras yo preparaba el café. Al volver a la cocina lo hizo completamente desnudo y con el pelo mojado, me excitó tanto verlo así que no pude hacer otra cosa que besarlo desesperadamente, babeandole los labios y el mentón, devorándolo con mi lengua jugosa y angurrienta, mientras le acariciaba la cola firme de nena putita que tenía.
Después de un largo rato de babearnos intensamente, nos calmamos un poco y ambos desnudos nos dispusimos a merendar...Claro está, con las pijas como estacas.
Después de comer algo mientras nos mirábamos de cerca, le pregunté si quería fumar, a lo que me respondió casi enojado que no y que nunca lo había hecho.
Como buen hijo de puta que soy, encendí un cigarrillo y lo obligué a que se lo fumara, antes por supuesto le pedí que se sentara encima de mi verga que estaba a esas horas como un sable.
Con las primeras pitadas tocía como un loco, haciendo que su cola se contorsionara y franeleara mi pija, cosa que no hizo más que excitarme al punto de enloquecer.
- Fumá hermoso, hacé lo que te diga tu Papu...- le dije mientras le empezaba a puertear el orto con mi cabeza hinchada y húmeda.
El putito provocaba la tos fumando desesperadamente cabalgando cada vez más fuerte buscando la pija hasta el fondo y gimiendo de placer, era una verdadera putita por detrás.
Logró lo que quería: mis huevos golpeando salvajemente en su cola de nena suave y yo ahorcandolo un poquito, lo suficiente para que su carita se pusiera colorada.... Así le di maza un buen rato pero no quería acabar en ese momento, tenía otro plan mejor.
Agarrandolo de los pelos le ordené que llamara a su madre con el celu, entre gemidos y llantos ahogados aceptó, porque en el fondo era tan perverso como yo...
-Dale llamá a la puta de tu madre mientras te culeo bombom!
Marcó y así sucedió la conversación:
-Hola Ma...
-Hola Gus? Dónde te metiste...?!
(Continuará....) dejen comentarios y si me quieren chupar la pija escriban por privado.
6 comentarios - Creo que mi Hijo es Puto (Episodio 3)