Trio en el maxikiosco.

Habia ido al museo a ver una muestra de fotos despues del trabajo. Ya era tarde cuando salia y me disponia a volver a mi casa cuando se me antojo un alfajor. Comprarlo dentro del museo era despilfarrar dinero por lo que opte por buscar algun kiosco.
Encontre uno, lo antendia un muchacho bastante madurito que fumaba en la vereda charlando con otro hombre que peinaba canas y vestia mameluco; supuse que seria el encargado de alguno de los edificios vecinos.
El local era amplio y contaba con un interesante surtido de golosinas.
Tal vez era mi caminar (no soy demasiada afeminada y menos cuando estoy de nene) o mi forma de moverme; pero note que el kiosquero me lanzo una mirada fulminante. Recorrio todo mi cuerpo con la mirada y me siguio hacia el interiro del local. Tambien note que le habia hecho alguna clase de gesto al otro hombre que se retiro y se perdio de mi vista.
Esta extraña situacion no me permitia concentrarme en lo que habia ido a hacer: comprar un puto alfajor.
Hubo unos moviemientos extraños entre el kioskerman y yo, parecian histeriqueos.
-Estaba cerrando.- Me dijo. -Si no te importa voy a ir bajando la perciana, elegi tranquilo lo que quieras.
El hombre bajo la perciana dejandonos encerrados.
Por mi parte ya habia elegido lo que queria. Mientras las pagaba el vendedor entablo una charla rapida preguntandome si venia del museo, de la muestra, si era de la zona, cuanto años tenia... Y asi como si nada me dijo que le gustaba. Agradeci.
-¿Y que opinas?- Pregunto. -¿Que opinas de que me gustes?
Sonrei.
Se acerco con cautela, sonriendo. Me agarro de la cabeza y me arrastro hacia su boca. Su lengua comenzo a trabajar dentro de mi boca y sus manos acariciaban mi cola. Mis manos recorrian su cuerpo.
-Abajo hay un deposito donde podemos estar mas comodos.- Dijo y me llevo ahi.
Estuvimos franeleando un buen rato y me deje desnudar por el. Se sorprendio cuando descubrio que usaba bombacha pero confeso que lo calentaba mucho. No dejaba de alagar mi cuerpo, me parecio un poco exajerado, besaba mis pezones, me masturbaba y acariciaba mis gluteos.
-¿Te la queres comer?- Me pregunto, pero no me dejo contestar. Con sus manos sobre mis hombros hizo que me arrodille en el suelo y en esa posicion me quede, acariciando sus piernas, mientras el metia sus manos dentro del pantalon para sacarlas con su pija de hombre maduro. Era una pija linda, no era grande, pero era muy linda pija.
-¿Te gusta la pija?- Dijo estirandola.
Era hermosa.
La preparo y mientras que con una de sus manos la sostenia apuntadome a la boca, con la otra me tomaba de la nuca y me traia hacia su verga.
Solto un suave gemido cuando mi lengua hizo contacto con su glande. Comence a mojarla bien con mi saliva mientras entraba y salia de mi boca. Cuando estuvo a punto caramelo deje que entre toda, hasta la garganta, y sacando la lengua comence a lamer sus bolas.
Eso debe haberlo enloquecido, era la primera vez que me salia hacerlo (lo habia visto en una pelicula porno), y poco pudo hacer para contener un ronquido de placer.
-Aahhh! ¡Que putita que sos! Como te gusta la verga. Va a ser mejor que pares un minuto, me vas a hacer acabar y todavia no quiero.
Me ayudo a levantarme y volvimos a los besos. Me estampo contra unas cajas de Don Satur y me dio vuelta.
-Abri las gambas.- Me ordeno, y le hice caso.
Senti su verga dura empujando en mi ano. Poco a poco me la fue metiendo. No paso mucho tiempo hasta que comenzo a bombearme contra las caja de bizcochitos apiladas. Luego me corrio de ese lugar y me puso contra una mesa para seguir bombeandome. Cada tanto me cambiaba de lugar para coger, contra los cajones de cerveza, contra unos estantes o contra la pared.
-¿Te gusta le verga?- Me dijo con su voz ronca al oido mientras me cogia contra la escalera por la que habiamos bajado.
-Me encanta.
-¿Queres otra en la boca?
-¿Queres que te la chupe?
-No, te pregunte si queres otra pija. Mientras te cojo.
Recorde al hombre del mameluco.
-¿Te gusto mi amigo?- Me pregunto entre jadeos. -El que estaba charlando conmigo cuando llegaste. ¿Queres que te lo traiga?
Le dije que si con la cabeza. Salio de mi. Guardo su verga y acomodo su pantalon. Me dijo que espere ahi y subio. Aproveche y me puse otra vez la bombacha. Escuche la puerta metalica de la perciana y luego su voz lejana, parecia estar hablando por celular. Poco despues volvio junto al hombre del mameluco.
-Mira que hijo de puta que sos.- Le dijo el recien llegado al kiosquero. -Lo trajiste al sotano. ¿Hiciste que se ponga una bombacha?
-No, ya la tenia puesta; y no sabes como le gusta la verga.- Le contesto y acto seguido la saco de su pantalon para meterla en mi boca.
El de mameluco era el encargado del edificio de al lado y al parecer tambien le gustaba cogerse pendejitas cross. Se masturbo un buen rato sin acercarse demasiado mirando como se la chupaba al amigo. Finalmente se sumo, sin mucho preambulo, me tomo de la cabeza mientras me estaba comiendo la pija y con mucha destreza se acomodo para que me entren las dos. Esta segunda pija era un poco mas gruesa y deforme, pero tambien era una linda pija.
-Vos metesela bien en la boca asi no grita.- Dijo el kioskerman. -Que yo me lo voy a coger como Dios manda.
Me acomodaron contra una mesa y, mientras recibia verga por la boca, me llenaron de verga el culo. Con bombeos tranquilos en un principio y mas fuertes y violentos despues.
El culo comenzo a arderme de tanta friccion, queria gritar y pedirle que paren un poco pero no me dejaban. Me sostenian de modo tal que era imposible sacarme la pija de la boca.
Por fin el kiosquero comenzo a gemir como un leon en celo, un verdadero animal, sufriendo espasmos involuntarios. Gritando algunas guarangadas que estuvieron excitantes.
-No lo puedo creer.- Dijo entre jadeos. -Cogetelo, no sabes que culo rico que tiene.
Y eso hizo el encargado. Ahora podia gritar. El kiosquero miraba el espectaculo confesando que lo que veia lo calentaba y mucho. Sostenia mi cabeza y me miraba a los ojos preguntandome si me gustaba la verga de su amigo y si me gustaba como me cogia.
El orgasmo del encargado fue mas silencioso pero no por eso menos sensual.
Cuando todo paso me preguntaron cuando volveria al museo, asi con esa excusa podria pasar a saludarlos.
-Puedo venir cuando me inviten; ademas, si les gusta la idea, puedo vestirme de nena, con bomabcha, corpiño...
Cuando les confese que me gusta ser cross se pusieron como locos, querian verme ya vestida de nena y se calentaron tanto que comenzamos todo otra vez.

5 comentarios - Trio en el maxikiosco.

EDUARDOBONO
muy buen relato,se ve que la regosaste
angelbigay
yo lo hice en costanera con un taxista. me deliro sentiorme tan trola
KaluraCD
Trio en el maxikiosco.
Excelente !!
Gracias por compartir 👍
GIEGUI
Donde esta ese kiosco