sexo gay profano

Amigos poringueros antes que nada les agradezco a todos los que leyeron mis relatos! De verdad! Pero hoy tengo ganas de relatar algo diferente, tal vez no sea lo más erótico que hayan leído pero la verdad es que yo me anime a utilizar este espacio para expresarme y desahogarme, ya que no les cuento estas historias a mis amigos porque empiezan a sugestionarme con argumentos moralistas y religiosos; y la verdad no tengo ganas de escucharlos, mis intenciones se posicionan lejos de lastimar y agredir a las personas que forman parte de este espacio social.
Bueno supongo que ya fue suficiente, así que voy a tratar de erotizar este relato y que no sea “sentimentalmente aburrido”.

Sexo gay profano

Bueno esta es una historia, mas bien una experiencia, que expresa el momento mas negro y profano de mi vida…
Todo empezó hace 5 años, a fines de abril del 2007 (a mi me faltaban unos meses para cumplir 18). Yo estaba con mi grupo de amigos, Gonzalo (mi primo), diego y Emiliano (el chico con el que tuve mi primera vez) en la esquina de la casa de Emi tomando una cerveza y fumando un toke de marihuana. Pasaban las horas y la noche maduraba cada vez más, y nosotros estábamos con nuestras mentes flotando en el país de la euforia, hablando y riendo acerca de múltiples estupideces totalmente incongruentes. Se hacia cada vez mas tarde, hasta que mi primo y diego se fueron a sus casas ya que debían levantarse temprano al otro día, y por ende solo quedamos Emiliano y yo.
Rompimos el hielo agresivamente cuando le pregunté si se acordaba de la vez en que lo hicimos en la casa de mi abuela, y el me dijo: siiii, estuvo buenísimo! Me encanto!
La verdad no me acuerdo exactamente de lo que nos decíamos en ese momento ya que estábamos re locos en consecuencia de la marihuana; el punto es que por empezar a recordar juntos lo que habíamos experimentado aquella noche, nos súper calentamos, y queríamos revivir una vez más esa excitante experiencia.
Comenzamos a pensar a donde podíamos ir a garchar, lamentablemente no podíamos ir a ninguna de nuestras casas, así que había que implementar un plan B, luego el dijo: “vamos atrás de la gruta de la virgen”, se trataba de un terreno descampado, cubierto de tinieblas por las noches, donde estaba ubicada una mini casa con la estatua de la virgen María en su interior. Nosotros nos ubicamos apoyándonos sobre el espejo por donde se vislumbraba a la virgen. Iniciamos la ceremonia sexual (para mi el sexo es como un ritual por el hecho que soy un tanto espiritualista) con unos suaves besos en la boca y con unos calidos abrazos que contrarrestaban la frescura de la noche, mis manos se posicionaron en la zona trasera de su estrecha cintura, y las de él por detrás de mi cosquilloso cuello, nuestros besos se enfatizaban cada vez mas, podía sentir sus suspiros en mi oído izquierdo, lo cual me erotizaba profundamente, si bien yo quería que la sesión de lamidas no fuese tan efímera, no pude evitar deslizar mis pervertidas manos de forma descendente sobre su levemente lordrosica cintura hasta llegar a su endurecida y lampiña cola, una cola hermosa, por cierto. Mis dedos escurridizos buscaban calor en esa canaleta así que introduje mis manos por dentro de su pantalón y empecé a frotar agresivamente su culo con forma de manzanita. Mientras nos besábamos con mas intensidad, él me manoseaba el bulto por encima del pantalón, luego me bajo el cierre y me saco la poronga para afuera, eso me puso como loco; comenzó a pajearla suavemente por un ratito hasta que se arrodillo ante mi y se metió mi verga en su boca. Con su mano izquierda se apoyaba sobre la parte derecha de mi cadera y con su mano derecha sostenía el tronco de mi poronga y con su boca me chupaba la cabeza suavemente, luego con su mano derecha se apoyo sobre la parte izquierda de mi cadera y con la boca empezó a mandársela entera, las gargantas profundas que se atrevía a hacer eran soñadas, me lo hacia mejor que cuando tuvimos la primera vez, era como tocar el cielo con las manos, y mas placer sentía cuando posicione mis manos sobre su cabeza haciendo fuerza para que le entrara del todo, aunque a veces se ahogaba, no es que mi pija sea súper grande, sino que su boca era re chiquita. El loco se engolosino con mi pija, luego mientras seguía lamiendo me frotaba los cachetes del culo, tenia las manos algo frías pero igual me gustaba que me acaricie mis cachetes lampiños. Luego se levanto, se bajo los pantalones y apoyo sus manos sobre el espejo de la virgen, escupí mi mano derecha y se la pase por la raya del culo, usando mi saliva como sustancia lubricante, apoye mis manos en su cintura y le mande la chota de una, pego un discreto grito de dolor, así que trate de no ser tan animal, y lo empecé a bombear lentamente, y a medida que se iba dilatando comencé a acelerar el ritmo de penetración, el loco gemía como una puta, quería que se la ponga se la ponga salvajemente, como un toro embravecido que se aparea con su vaca, seguía y seguía bombeando como loco, se elevo mi frecuencia cardiaca y comencé a transpirar, y así continué hasta que el acabo primero , su semen chorreaba el espejo posicionándose sobre las piernas de la virgen, y en eso me dice que por favor no le acabe adentro, así que cuando me vino a mi, quite mi verga de su culo y termine sobre el espejo de la virgen , posicionando los chorros a la altura de su cara, debo admitir que lo hice intencionalmente, supongo que porque estaba excitado y quería sentirme mas sucio de que ya venia, así que nos subimos los pantalones y nos fuimos a casa. Luego esa noche me puse a reflexionar sobre la intención que tuve, mi cabeza carburaba a causa del cago de conciencia que tenia, y para no sentirme mal no me quedo otra opción que reprimir ese sentimiento profano de culpa.

Bueno espero que les haya gustado, si es así comenten y si pueden dejen puntos jeje