Como una rutera (relato)

La tarde caía y el asado con los chicos en la casa de fin de semana de uno ya se había terminado, así que era hora de volver a casa. En realidad me quedaba a media hora por la ruta y no fui con el auto, ya que pensaba tomar. Y así fue, así que, un poco entonado por el vino salí a la parada del colectivo.
Pasó media hora y me aburrí, pero estaba viendo que del otro lado había un travesti haciendo dedo. Tuve una idea, en vez de tomarme el colectivo, le haría dedo a alguno y la plata del bondi la utilizaba alquilando, por supuesto, un video porno.
Cuarenta minutos, una hora, nada. Hasta que un camión gigante paró 100 metros más allá.
-Adonde vas? preguntó el camionero
-Acá nomás, pasando el segundo puente. 15 km
-Dale, subí. Voy cargado y medio lento

Subí a uno de esos camiones que tienen hasta ducha. Mientras conversamos un poco de esto y aquello, incluso del trava, vi que en una guantera asomaban unas revistas porno de las Private, que me encantan

-Te molesta? - le pregunté, medio sacando la revista
-No, para nada. Las uso cuando no tengo plata para una mina
-Ja, quien no?

Viendo las imágenes me iba calentando más y mas, y no tan disimuladamente me tocaba la pija por arriba del pantalón. En un momento, el tipo me toca la mano

-Tranquilo - me dice - hacé lo que te gusta.

En ese momento el saca de entre medio de su cierre una poronga enorme, que enseguida comienzo a pajear. Estacionó el camión entre unos árboles y pasamos a la parte de atras del camión. Mientras iba pasando, me sacó el pantalón y el boxer de una (se notaba cierta habilidad) y comenzó a lamer suavemente mi cola, me sentía saboreado. Intenté pajearme pero él me dio vuelta y comenzó a chuparme como un loco. Lo alejé y le bajé el pantalón para yo también tragarme esa verga. Nos acomodamos en un 69 que incluyó dedos y mi costumbre de morder finamente el vello púbico.
Acabé primero, en su mano y luego él me bañó de leche en parte de la cara y el cuello. Lógicamente utilizé esa ducha y salí desnudit@ nuevamente a la cama para una segunda sesión, pero esta vez, el me pidió que lo penetrara, cosa que hice con mucho placer. Y al acabar lo hice en su boca. Quiso un beso al que me negué. Igualmente, sin enojarse, nos vestimos y seguimos camino.
Al bajar me tocó la verga una vez más. Llegúe a casa y no hizo falta ningún video porno.

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