juan jose mi motorista prohibido

Juan José era el motorista de mi anciana tía abuela con quien yo me crie, era un hombre de 30 años muy fuerte y rudo pues su trabajo era también el de vigilar a la señora.
Siempre que yo debía salir a algún lugar de noche, por ejemplo fiestas o a dormir a la casa de algún amigo por efecto de los estudios de la universidad, el tenía que llevarme.
Toda mi familia sabía que yo era de preferencias sexuales diferentes, y en esas preferencias era pasivo, además de mi apariencia que todos entendieron que era algo que nunca cambiaria.
Juan José casi no hablaba con nadie pero cuando me llevaba a algún lugar parecía que la lengua le cobraba vida, cuando lo conocí era medio serio pero al pasar el tiempo comenzamos a hablar eso si solo cuando estábamos solos camino hacia algún lado.
Generalmente cuando había alguna fiesta yo me cambiaba en la casa de mi mejor amigo que también es gay, y ahí nos juntábamos con nuestra mejor amiga, así que los tres salíamos con Juan José hacia nuestros destinos. El siempre debía esperarme el tiempo que fuera y después íbamos a dejar a mis amigos.
Por esta razón Juan me había visto usar todo tipo de prendas femeninas, y maquillado, solo que era tan respetuoso que nunca me decía nada ni le contaba a mi tía.
Un día habría una fiesta de amigos en la casa de un chico y solo fuimos mi mejor amiga y yo, tomamos hasta ponernos súper borrachos, así que al final cuando nos subimos al carro se nos salió lo putas a mi amiga (chica) y a mí.
Esta mi amiga está muy rica, es bonita buenas piernas y cola, tetas grandes pelo largo y yo para quienes gustan los chicos, tengo cola paradita, tetas naturales grandes, y dicen que tengo carita de nena, además de usar mi cabello largo hasta los hombros.
Ya en el carro Karla y yo comenzamos a joder a Juan preguntándole como le gustaban las tetas, a lo que él respondió me gustan grandes como las de ustedes, por el alcohol nos pareció una increíble respuesta así que le dijimos que detuviera el carro en la entrada de la zona donde vive Karla, y cuando se detuvo le dijimos, tu serás el jurado, así que nos descubrimos las tetas, y Juan se quedo idiotizado por el acto, pero emocionado nos toco y nos masajeo las tetas, dando un empate según él pero que le hubiera gustado probarlas, Karla y yo solo nos reímos y lo dejamos probar, aun en medio de mi borrachera sentí muy rico cuando Juan se estaba comiendo mis pezones, Karla también se excito, pero paramos y nos pidió llevarla a su casa.
Camino a mi casa Juan y yo nos quedamos en silencio, pero yo no dejaba de pensar en el rico momento, Juan estaciono el carro en el garaje, y entramos cada quien a su habitación.
Mi abuela por la edad toma un pastilla para dormir todos los fines de semana, y yo sabía que por nada del mundo despertaría sino hasta las 10:00 a.m. del día siguiente, yo subí a mi habitación tome una ducha, y me puse un bra con un short y me maquille suave de nuevo, me puse crema en todo el cuerpo y baje a la habitación de Juan.
Toque a su puerta y abrió, estaba desnudo y al parecer estaba masturbándose pues su polla ya estaba por reventar, nos vimos y le dije ya no estoy tan borracho, y quisiera saber si la forma en que me tomaste de los pechos fue solo por el momento o es que quisieras continuar.
+entra porque no creas que estoy así solo por el momento, me quede con ganas no de tus tetas, sino de cogerte completamente.
Entre en la habitación, y me tomo de la cintura caminando hacia mis pompis, las tomo fuerte y me beso muy rico, fue un beso muy profundo nuestras lenguas se amarraban y sus manos estrujaban mis pompis, yo comencé a besarle su cuerpo y mordí sus tetitas, sus gemidos delataban que sentía un rico placer, y me puse de rodillas para comenzar a comerme aquella polla que ya me esperaba impaciente, su cabeza estaba roja y grande, la trague completa, sus huevos me topaban la barbilla, estaba listo para recibir aquella descarga de leche, yo para eso de los petes soy muy bueno, así que esta vez no fue la excepción, la metía y sacaba en mi boca y chupaba su cabeza, hasta que un sorpresivo baño lleno por completo mi garganta y todo lo que no pude contener baño mi cara y tetas, yo lo recogí todo con mis dedos y lo comí, y pensando en que tendría Juan algún descanso me levante y tomo de los brazos con fuerza y me tiro sobre la cama se acostó sobre mi y comenzó a mamar mis tetas de forma tan desaforada que mis pezones rápido reaccionaron ante aquella maniobra, sentía mi cuerpo totalmente electrizado levanto mis piernas y me puso su polla en la entrada de mi ano , y empujando entro sin dificultad pues yo había lubricado previamente con crema humectante, su embestida la sentí como si me estuviera partiendo las entrañas, y su bombeo constante me taladraba hasta el alma.
Después de un momento me cambio de posición, me puso boca abajo las sabanas sudadas casi las comía, pues Juan abrió mis nalgas y mis piernas se acomodo y no tardo nuevamente en continuar aquella embestida, su polla entraba y salía de culo sin piedad alguna, su lengua me masajeaba los lóbulos de mis oídos, y nuevamente me descargo su leche en mi interior, la metió y saco despacio pero con cierta fuerza, queriendo exprimirse dentro de mí.
Luego nos besamos me tomo las tetas y me las devoro un largo rato entre besos, mordiscos y lamidas, nos quedamos platicando un rato mas hasta que me subí en él y comencé a hacerle un masaje dos que relajante, su polla la sentí de nuevo, y le aplique un posición que a mí me gusta y con la que me gano muchos amigos, su polla estaba ya en dirección al cielo, yo la tome y la introduje en mi, e inicie un baile de cadera, un sube y baja con cierto ritmo, el tomo mis tetas y cerro sus ojos, yo sabía hacia donde lo llevaba, recosté mi cuerpo hacia adelante y poniéndole mis pezones en sus labios y sostenido con mis brazos como si estuviera haciendo pechadas mis caderas estaban haciendo un excelente trabajo pues sus gemidos acompañaban los míos y sus labios comenzaron a saborear solo mis pezones como si se tratara de un ordeño. Mi ritmo de caderas incremento y comenzó un ritmo de apretar su polla con mi ano esto es increíble si se logra hacer, pues su corrida llego con la fuerza casi de la primera, bañando todo mi interior, mis pezones estaban siendo un festín en su boca, pero en la corrida se desvaneció ya sin fuerzas, solo diciendo entre dientes, uuufff que rico, que rico sentí, yo lo bese y bese, hasta que volvió en sí, y me pidió que siempre fuéramos amigos en secreto. Con el tiempo hicimos buenos tríos con Karla.

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