Mi Tía, mi amigo y yo...

En las vacaciones mi amigo Julio solía visitarme en el campo de mi Tía, éramos adolescentes y desprejuiciados.
Desde la primera vez que fue no quiso faltar nunca más a la cita veraniega.

Lo que más nos gustaba era quedarnos solos a la hora de la siesta y hacer travesuras. Mi Tía solía acostarse desnuda a leer y fumar en su habitación y nosotros la espiábamos por un agujerito que habíamos hecho desde el baño. Generalmente nos desnudábamos y fumábamos mientras veíamos a la puta y su cuerpo moreno y exhuberante.

Era por demás de excitante la situación, mientras uno miraba y relataba lo que veía, el otro lo pajeaba lentamente. Habíamos llegado a la conclusión de que era mucho más satifactoria la situación de sentir la mano de tu amigo en tu verga que hacerlo uno mismo.

Otras veces simplemente, nos sentábamos debajo de un árbol y nos masajeábamos la verga mutuamente, fumando y hablando de mi Tía.

Imaginábamos situaciones mientras nos pajeábamos lentamente, mirando al cielo, soñando con cogernos esa yegua madura que nos volvía loca. Solíamos estar toda la tarde tocándonos y apostando a durar lo más posible, a veces llegábamos a las 2 horas sin acabar. Nos dolían los huevos y las manos se iban empapando de nuestros líquidos hasta que de pronto empezaba a brotar la leche caliente y abundante, jugábamos con el néctar y juntábamos las vergas embadurnadas de semen espeso.

Era rara la situación, pero nos calentaba de una manera increíble. Un día de esos Julio quería imaginar como sería una mamada de verga de mi Tía. Estabámos como siempre, completamente empalmados en el baño, fumando y espiando a la yegua. Le tocaba a Julio contarme lo que veía. De golpe y sin dudarlo me introduje lentamente el trozo de carne hinchado en mi boca húmeda. Julio disimuló como si nada pasara y siguió espiando. Su pija era una roca y yo jamás había hecho algo así, no conocía la experiencia de tener una verga en la boca, me sorprendió su sabor y a la vez me excitó. Chupaba desesperado pero lentamente, eso sí babeando como me suponía lo haría mi Tía, dejando caer saliva sobre su tronco y sintiendo la cabeza gorda en mi garganta, sin hacer ruido. Julio jadeaba y no dejaba de mirar por el agujero las tetas de mi Tía.

La sensación nos volvía locos de placer, mi boca estaba inundada de baba y de un líquido transparente que salía lentamente de la verga de Julio, cada tanto habría la boquita para desgotarla lentamente en la pija hinchada y venosa de mi amigo.

Era hermosa la situación, Julio movía su pelvis cada vez más rápido, bombeando carne en mi mandíbula babeante, yo me desesperaba cada vez más con la sensación de ser una puta, y pensando que eso era lo que sentía mi Tía cada vez que mamaba una verga. Comprendía por qué le gustaba tanto, era adictivo. Mis piernas empezaban a temblar de placer mientras me pajeaba a destajo atragantándome al punto del vómito, la quería toda para mí.

La experiencia de sentir el torrente de leche caliente en mi boca húmeda fue algo indescriptible, sublime. era abundante y espesa y no paraba de salir y salir. Tenía la boca llena de esperma de mi amigo, la saboreé lentamente y me la tragué despacio intentando saborear cada trago y tratando de recordar ese momento.

Al acabar de dejar la pija de mi amigo reluciente, el se puso en cuatro patas y comenzó a mamr mi verga desesperado, con violencia.
Fueron un par de minutos los que aguanté, enseguida derramé en su lengua toda la leche que tenía en mis huevos inflamados.

El no dejaba de mirarme a los ojos mientras con su lengua recorría el tronco cuidando de que no quedara ni una sola gotita.

Ya extenuados, nos fumámos un cigarrillo juntos, mirándonos sin decir ni una palabra...

8 comentarios - Mi Tía, mi amigo y yo...

Fachelo +1
Uhhh...que soberana paja se debe estar haciendo tu tiíta con el relatillo eh?...jeje 🙎‍♂️
pro55 +1
Che terrible... 😃 pasa mail por Mp plis para chatear con tu tía...! 🙎‍♂️
GinaAndrea
Esto es un relato gay !!!
Que relato tan mas HP !!!
crush_
buen texto loco 😉 🙎‍♂️
Maurifr
Excelente, me recalentaste