Mi pija de gira (serie de relatos gay) - Parte 3

Mi pija de gira (serie de relatos gay) - Parte 3

Parte 3: Quién es el jefe

Parte 2 - Parte 4

Hola, poringayros. Sin darme cuenta, mis primeros relatos fueron sobre relaciones que tuve con compañeros de clase (la última y la primera, respectivamente). Vamos a ascender un poco.

Ya les conté que quise estudiar abogacía, como mi viejo, pero después de un año (un poco antes, en realidad), me fue para el culo y tuve que volver a mi ciudad. Se los recuerdo para los distraídos y los que le gusta el fast forward). A mi viejo no le gustó una mierda que fracasara. Pero para mí no fue un fracaso: no era lo que yo quería.

Mi hermano se cagó de risa. Más adelante voy a detallar un toque mi relación con él.

La cuestión es que me obligó a buscar trabajo. Después de probar suerte en un súper en el que acomodaba los productos en la góndola, y volver a salir mal, mi viejo me encontró un puesto en una fábrica. Pero no soy para los trabajos pesados. Como dije, voy al gym porque quiero verme bien, y hago ese esfuerzo.

Sin embargo, no tenía alternativa. Y algo me motivaba: conocía el rumor de que el jefe de la fábrica se la comía.
Es el hijo del fundador. El viejo tiene 90 años y empezó con nada y ahora están forrados en guita. Éste, el hijo, llevó la fábrica arriba de todo. Está casado y tiene dos hijos, pero el rumor persistía. Dicen que de la muerte y los cuernos no se salva nadie... Yo agregaría las malas lenguas. Y en mi ciudad hay más muertes por veneno inoculado de la propia lengua que por cualquier otra cosa.

La cuestión es que el de RRHH me tenía que hacer una entrevista. Yo me hice el reverendo boludo y fui directamente a la oficina del jefe. Sabía que no me tomaban ni en pedo si no hacía lo que efectivamente hice.

Al llegar a la antesala de la oficina, me atendió su... secretario.
"Listo, este es re puto", pensé. Era la primera vez que veía a un tipo en la Secretaría, sin que se tratara de un club.
El tipo me miró de arriba abajo.
-¿Necesitabas algo? -me preguntó, en un tono muy claro que me respondía, al mismo tiempo: acá no lo vas a encontrar.
-Me dijeron que viniera a ver al señor C....
-¿Ah, sí? ¿Quién te lo dijo? ¿Laura, de Recursos Humanos?
-Me lo dijo la chica de Recursos Humanos, pero no se llama Laura.
No tenía idea de cómo se llamaba, ni siquiera le había visto la cara.
Me miró con atención.
-A ver... -Había caído.
Habló por el intercomunicador y, para mi sorpresa, me hizo pasar.

Al llegar a la amplia oficina, el jefe tardó en darse cuenta de mi presencia. Cuando me vio, apartó unos papeles, frunció el ceño y me dijo:
-Pensé que era mi hijo.
El secretario había dicho que había "un chico", y éste debía haber entendido "los chicos", o algo así, en referencia a sus hijos, claro.
-¿Necesitabas algo?
-En realidad venía por trabajo.
-¿Eh? Para eso tenés que hacer una solicitud y te tienen que llamar de RRHH, yo no atiendo esto, querido.
-Es que sé que no me van a contratar y de verdad lo necesito.
Me miró confundido.
-Disculpame, pero no te entiendo. Pedile a Mario que te acompañe a ver a Paula, ella va a saber orientarte, ¿sí?
Me di vuelta y cerré la oficina con llave.
-¿Qué hacés, nene?
-Averiguo si estoy bien orientado -le dije. Y me metí la llave en los pantalones, procurando que no pasara de largo.
Él no dejaba de fruncir el ceño. Supuse que no quería dar el brazo a torcer ni entregarase fácilmente. De última, no dejaba de ser un riesgo.

Avancé hasta él, hice que me tocara la entrepierna e intenté besarlo. Se negó, forcejeó, pero no dijo nada. Y el que calla, otorga.

Seguí forcejeando para besarlo y cuando lo alcancé, aunque tiene el doble de mi edad y no es mi tipo, lo besé como si fuera la persona que más me gustara en el mundo, chupándole cada recoveco de la boca y tratando de alcanzar su garganta.
Se aflojó enseguida, me apretó la entrepierna y me devolvió el beso apasionadamente.
Empecé a desabrocharle la camisa y descubrí que estaba completamente depilado (me dio un poco de risa, tengo que admitirlo). Después de dejarle los labios colorados, un poquito hinchados y completamente ensalivados, empecé a besarlo en el cuello, tocándole el culo, empujando con los dedos, tras el pantalón, hacia su hoyo. Aguantó todos los gemidos, pero se regodeaba de forma fantástica. Hizo que me calentara, que me gustaran un poco más los maduritos.

Dijeron algo por el intercomunicador, pero no escuché bien qué fue.

Quiso seguir transando, pero yo quería acelerar el trámite, así que lo besé en las tetillas, bajé por su panza y le desabroché el cinto rápidamente. bajé sus pantalones y comencé a morderle la cabeza de su poronga parada y bien dura tras unos calzoncillos Calvin Klein que decidí quedarme aunque no fueran mi talle.
Me saqué la camiseta y le bajé los calzoncillos hasta los tobillos. Entonces, me tragué de una esa poronga gordita y con unas venas muy marcadas; estaba un poco inclinada a mi derecha, así que torcía mi cuello para chupársela lo mejor que podía.
Me llenó la boca, rozándome la campanita. Hice un gran esfuerzo por no vomitar. Empecé a sobársela con desesperación, gimiendo un poco. Lo suficiente para que creyera que me moría por chupársela a él y solo a él, pero no tanto como para que me escucharan al otro lado de la puerta.

Justo entonces tocaron, y para que el Junior (como lo apodé después) se diera cuenta perfectamente dónde debía estar, lo hice girar, lo apoyé contra su escritorio y comencé a comerme su culo. Le chupe el orto como un gigoló contratado (que seguro debía conocer varios). Se desesperó y aun así trató de mantener clara la voz al decir:

-Estoy en medio de una entrevista. Que no me molesten. Vengan más tarde.

Encima de viejo puto, mentiroso, jaja. Bueno, ya sé... ¿Y botella? En fin.
Le escupí varias veces el orto (no pude chupárselo tanto como debería para pasarlo de calentura porque usaba un perfume de viejo choto que se le sentía hasta en el orto y era insoportable). Me paré, me bajé el pantalón (no llevaba ropa interior), y justo cuando dijo:
-No, pará...
Lo ensarté y empecé a cogermelo asegurándome de que no se pudiera volver a sentar en un mes. El tipo se puso colorado y las venas de la frente se le marcaron. Cerraba los ojos con fuerza, transpiraba y trataba de no gemir, soltando suspiros o exhalaciones de placer cada tanto.
Yo le daba sin asco ni pausa al mete y saca, abriéndole bien las nalgas y viendo con placer (y algo de risa, no sé por qué) cómo mi verga le entraba derechito por ese ano que debía tener muchas cogidas encima. Me gustaba ver cómo la piel del orto seguía los movimientos de mi verga, para adentro, para afuera, y se iba poniendo colorado, como un termómetro a punto de explotar.

-¿Sabe qué? -le dije, procurando tratarlo de "usted", mientras me lo cogía con toda la confianza del mundo-. De verdad necesito este trabajo. No sé bien de qué... -la verdad, yo también transpiraba y suspiraba... había entrado en calor y me estaba cansando-. No me gustan el trabajo pesado, pero qué sé yo... Sé que me vas a conseguir algo, porque soy buenito, yo. Soy discreto, siempre tengo ganas de cojer, pero me aguanto cuando sé que no se puede... Y no te das una idea de lo que me gustan tu poronga y tu orto... ¿Cumplo con los requisitos?

-¡Sí, mi vida! -No esperaba que me llamara así, pero empecé a cogerlo con más fuerza, en respuesta a su aceptación-. Sí, sí... Dame durito y entrás seguro... Donde quieras... Sí...

Era más puto de lo que pensaba. No entendía cómo había llevado la empresa adelante, si con una cogida le hacían lo que querían. Ni siquiera me había esforzado mucho.

Se la saqué, lo hice girar sobre el escritorio, corrí algunas cosas, tiré otras, y lo acosté. El estaba hecho sopa. Le levanté las piernas y empecé a meterle dos dedos, viendo cómo su esfínter dilataba y se contraía. Empecé a chuparle la zona exterior, superficial, de la próstata, entre los huevos y el ano. Ya no pudo evitar gemir, le estaba provocando un placer incontenible.
Le masajeé la zona que le estaba chupando antes con la mano izquierda, mientras que con la derecha le metía tres dedos, y después de cuatro mete-saca, cuatro.
El putito levantó el pecho y bajó la cabeza, respirando agitado, extasiado.
Al final, probé con cuidado meterle los cinco dedos, y al ver que, con un poco de esfuerzo, entraban, empecé a mamarle la verga circuncidada, jugando con la cabeza y pajeándole la zona más cercana a los huevos. El fisting lo hizo pasar a otro nivel de placer...

-¡Voy a acabar! -exclamó en voz baja, desesperado, frunciendo el ceño y con mordiéndose un poco los labios.

Dejé de tocarlo. Agarré dos fibrones que había ahí y se los metí en el orto. Me escupí la mano izquierda, me ensalivé el ojete, me acomodé rápido sobre el escritorio y empecé a hacer que me cogiera, mientras me sacudía la goma lo más rápido que podía. Usé un poco la imaginación para estimularme, me imaginé cogido por cualquiera de los obreros que había visto antes de entrar, y me corrí encima del pecho de Junior. Él había acabado antes que yo, pero no me había dado cuenta.
Cuando percibí la humedad de mi orto, le levanté, me arrastré para adelanté y le apoyé mi ojete en su boca. Se resistió un poco, pero al final empezó a chupar mi orto lleno de su guasca. Cuando agarró total confianza, poniéndome una mano en el muslo derecho y la otra en la pija, me moví. Salí de encima del escritorio, despacito. Tomé su Calvin Klein, me vestí, le chupé un poquito más la verga y me fui a la puerta.

-No, pará, ¿qué hacés, pibe?
Puse la llave en la puerta.
-¿Tengo el trabajo?
-Sí, sí, pero vení un cachito que...
-¿Me dice la verdad? ¿Cuándo empiezo?
-Mañana, hermoso. Preguntale a Mauro, mi secretario, que le dejo todo dicho a él.
-Buenísimo. Gracias, y espero que cojamos de nuevo... Chau.

Salí de la oficina y dejé la puerta abierta, con el viejo en bolas sobre su escritorio, lleno de leche y con dos fibrones en el culo. El secretario se levantó, espió para adentro, dio un lindo respingo, cerró enseguida y me miró con desprecio.

-No sos el primero que lo hace, que te conste -me dijo.
Por dentro me cagaba de risa. Ese día estaba más hijo de puta de la que soy regularmente.
Comprobé que no hubiera nadie cerca y le di un beso en la boca al secretario.
-No te pongas celosito...

Ahí nomás me fui. Después me fui con mi amigarchi para sacarme el olor del viejo de encima.

Me dio el trabajo de sub-secretario. Inventó el puesto y prácticamente no hago nada. Tengo tareas específicas, en un escritorio al lado del secretario. Pero es más lo que me cojo al viejo que lo que laburo. Hasta ahora escribí estos relatos o parte de ellos en horario de trabajo, independientemente de cuándo los subo.

Después de una semana de laburo, le pedí a Junior que no usara más ese perfume y me hizo caso. Que quede claro que si le digo viejo es porque me dobla en edad, no porque esté avejentado. En realidad, a su edad tiene un excelente estado y apariencia, pero digamos que es old-fashioned.

Al secretario también me lo cogí y ahora me llevó de 10 con él, sólo que le gusta coger en el telo, sin excepciones. Junior me ha hecho practicarle una tirada de goma de media hora mientras charlaba con un cliente. Hasta se cambió el escritorio para que quepa de su lado y no se vea absolutamente nada del otro. Sólo tengo que evitar hacer ruido.

Por lo menos gano un sueldo, y dejo contento a Junior y a mi viejo, que ya no se queja de que no trabajo, sino que está orgulloso porque, según le dije, la entrevista fue tan positiva que me dieron un puesto administrativo directamente.
Pero la verdad es que lo único que me llevo puesto es a Junior con la garcha... Y le encanta, aunque a mí no tanto.

Qué se le va a hacer... Gajes del oficio.

15 comentarios - Mi pija de gira (serie de relatos gay) - Parte 3

treefingers
muy bueno! segui asi
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Comentar, Agradecer asi esta comunidad es la mejor de todas!
anallesbianalatina
interracialInterracial Virgins 5 (DVD) (por escenas)tetasanallesbianalatinainterracial
juanniv
que bueeen relato!
buenisimo! seguí asi
ups979
EXCELENTE!!! 😀 😀 😀
TONGA_X8X
jajajaj q h de p jajajaj
juferamcito
aunque quise parar no pude dejar de leer, me lo imaginé todo y estoy a mil, salgo ahora mismo a buscar laburo!
Ferroyyo
Bien ahi!!!!!! Dale con mas relatos que estamos todos esperando....
Gabito91
Que suerte! Si hay una vacante en esa empresa avisame jaja
Yango_
ahahahaha insisto, muy buenos tus relatos
Teseo79
el relato es bueno... pero tiene algo exagerado que le quita verosimilitud!!!
Zyroh
JAJAJA Q HDP!!! YO ESTOY SIN TRABAJO. VOY A SEGUIR TU EJEMPLO JAJAJA
peterotool
parece de pelicula jaj si tuviera puntos te daba. no solo puntos de daria 😛
davidelgrande33
Fantástico me encanto . No soy gay pero me encanto y me calentó mucho tú relato gracias por compartir .