Cuando fui Amante de Silvia y ella se corrió en un anal.

Hola Amig@s de P!, vuelvo después de meses con un relato nuevo de mis anécdotas sucedidas en el corto transcurso de mi vida. Esta la recuerdo con mucho cariño como casi todas porque cada encuentro me enseñaba alguna que otra lección en la vida…

Por el año 2006 me habían dado vacaciones en mi Instituto, y la verdad como no era de salir mucho me quedaba casi todo el día metido en el cuarto de mi pensión. Las paredes de esa pensión eran de esos ladrillos huecos, así que lo que hacía yo lo escuchaban los vecinos y viceversa. Era un fastidio para ellos, pero para mí no lo era en lo absoluto…

Al lado mío vivía una familia, Padre, Madre y dos hijos menores de 3 y 2 años, en esos días de vacaciones solía verlos jugar por la mañana en el pasadizo de la pensión, y mientras yo limpiaba mi cuarto por las mañanas con música a alto volumen. Los veía corretear y siempre su madre persiguiéndolos. La señora se llamaba Silvia y era muy joven, tenía 24 años, el embarazo de su último hijo la había dejado más gruesa y tenía unos pechos descomunales, que no parecían que era de su cuerpo y no se le descolgaban ya que usaba un brasier especial, según me contaría ella después, que mantenía en su sitio a sus pechos…. Bendito Brasier!!!!

Su esposo Rodolfo y ella eran muy amables conmigo, a veces me invitaban a cenar y yo hacía jugar a sus hijos, era una muy buena relación, hasta que al pobre de su marido se le ocurre la desdichada idea de viajar por trabajo. Justo fue en la última cena que tendría con aquella familia, el dejo los cubiertos sobre la mesa y dijo: “me han comisionado para un viaje fuera de la ciudad por unos 3 meses”, Silvia soltó unas lágrimas de pena (o de Cocodrilo), y le dijo que no se va a sentir cómoda sin él viviendo en la pensión, Rodolfo ingenuamente me pidió frente a ella: “Fh3r, cuida de mi esposa y mis hijos cada vez que puedas, no me gustaría molestar tus vacaciones, pero no tenemos familia en esta ciudad”. Ellos venían de la selva de mi país, varias personas de la selva migraban a la costa, y la leyenda que tenemos de sus mujeres es que son las más ardientes del Perú, las llamamos “Charapitas”.

No me quedó otra opción que responder: “Ok Rodolfo, no hay problema, además uds. son como una familia para mí”. Cuando vi el rostro de Silvia ella me puso una mirada traviesa, pícara, muy intimidante como si estuviera planeando algo. Aquella noche luego de retirarme de su cuarto de ellos, me fui al mío y me puse a ver tele hasta la medianoche, puesto que sabía lo que vendría después…. Cada medianoche de los días sábados era una obligación, para Silvia supongo, satisfacer los deseos carnales de su esposo, y esta noche sería más especial supongo, sabiendo que no vería a su esposo después de tres meses. Como de costumbre sonaba la cama, luego el gemido de Rodolfo y luego la sinfonía vocal de Silvia, quien gemía como una actriz porno, lo que me hacía pensar que le pintaba flores a su marido y que no lo disfrutaba ella, sino que lo hacía para que él lo disfrutara.

A la mañana siguiente Rodolfo me toca la puerta para despedirse, y me reitera su pedido pero esta vez con una advertencia: “Te encargo a mi familia por estos meses, yo les pasaré pensión y a ti te mandaré una propina también, pero eso sí, no te vayas a pasar de la raya entendido?” . Esa advertencia me atemorizó un poco, así que solo asentí con la cabeza ya que aún estaba soñoliento.

Esa noche fui a ver cómo estaban Silvia y sus hijos, cuando toque se escuchaba silencio y Silvia me atendió pidiéndome silencio puesto que sus hijos estaban durmiendo y ella…. estaba en baby doll.
- “Ya estás por dormir?” pregunté
- “Si, pero pasa debes tener hambre, has cenado?”, preguntaba preocupada, “No, bueno si pero estoy bien, no te preocupes”, dije, “Te guarde algo, no me desprecies”, insistió. “Ok, como gustes” respondí.
Entonces fue y me sirvió un plato de caldo casi hirviendo, así que sin poner oposición me senté en el comedorcito a cenar, mientras conversábamos de su juventud y lo que hacía en la selva ella movía las piernas inquietamente, como esperando un momento preciso para hacer algo. Hasta que me dijo “voy a traer fotos de cuando estaba más jovencita y vivía en la selva”, “ok me parece una buena idea” dije, para ponerse de pie se apoyó sobre la mesa la inclinó la volvió a soltar y me mojó casi toda la ropa que llevaba puesta, con la sopa caliente por cierto. “Oh que tonta que soy, déjame traerte ropa”, “no, no, está bien me voy a mi cuarto a traerla”, dije. “Como vas a salir así, deja que te preste la ropa de Rodolfo”. “Ok”, dije pero con un tono de sospecha a que todo esto me sonaba preparado.
De pronto salió solo con un polo largo, y un bóxer y me dijo: “Solo ha dejado esto, parece que se ha llevado la mayoría de su ropa”, yo quería insistir con irme a mi cuarto a cambiarme pero decidí seguirle el juego y saber hasta donde quería llegar, me era extraño todo esto, ella nunca mostró algún interés fuera de lo normal por mí. “Bueno me pondré eso si no te molesta”, le mencioné “No para nada” dijo, así que pasé a su cuarto para cambiarme mientras ella esperaba en la sala, cuando volví a la sala ella no estaba, solo estaba su álbum de fotos sobre la mesita. Lo abrí y empecé a ver las fotos y lo hermosa que se veía con el pelo suelto, su juventud y sus paseos por el río nadando en bikinis. “Te gustan mis fotos?”, me pregunto al volver, “si, te ves igual que antes, estas muy hermosa” le dije, se acerco más a mí y me enseñó unas fotos en las que posaba como una modelo, era anfitriona antes de venir a la costa, y luego se cayeron unas fotos sueltas dentro del álbum, ella se sorprendió, yo las recogí y eran fotos actuales de ella pero.. desnuda, ella se sonrojo y me las arranco de mi mano, me dijo disculpa pero estas son privadas, pero ella seguía teniéndolas en la mano a la vista de mi atención, le pregunte. “Te las ha tomado Rodolfo?”, ella dijo “No”, eso me alarmó, “entonces quién?”, “me las hago yo misma, eso me excita”. Eso me voló la cabeza, cuando menos lo pensaba mi pene ya estaba erecto!
Le quité las fotos delicadamente y empecé a verlas, mis ojos lujuriosos la hacían inquietarse y ruborizarse, ya que las fotos que se hacía eran de lo más sucias, metiéndose desodorantes, zanahorias y pepinos en la concha, masturbándose en la ducha, embarrándose leche condensada en sus pechos y eso hizo que me empezara a excitar, hasta que de repente ella no aguanto más y ya me estaba sobando por encima del bóxer, mi pene.
Me miraba como rogándome que le diera la atención que ella necesita, pero yo un joven de 19 años en ese entonces, podía llenar ese vacío tan caliente que tenía ella?.
Dejé las fotos a un lado y la empecé a acariciar, a besar lentamente el cuellito y ella suspiraba entrecortadamente, ya estaba en mil, y sin dudarlo empecé a bajar la tira de su babydoll para besar sus hombros mientras ella me seguía sobando ahí abajo, su impaciencia y sus ganas de chupármela la vencieron y se agachó violentamente, me quitó el bóxer, me miró, sonrió y me lo empezó a mojar de saliva de arriba hacia abajo, mientras me lo chupaba abusivamente, era tan violenta que por momentos me lo mordía, y ese dolorcito era un deleite.

Nunca antes mi pene había estado tan cubierto de saliva como aquel día, luego se para y se pone de espaldas y me pide casi rogándome, “sácame mi calzoncito” se lo sacaba mientras besaba sus nalgas paraditas y duritas que tenía, cuando vi su orto no dude en pasarle la lengua como si fuera un helado y la punta de mi lengua en su coñito le hacía dar pequeños temblores inexplicables para mí. Luego ella retira mi rostro de su culo, extiendo mis piernas preparándome para lo que se viene, y ella se sienta encima mío de espaldas a hacer una danza amazónica sexual con su conchita encima de mi pene, que me hacía delirar, “Ah ah ah” no paraba de jadear, pero jadeaba de manera diferente, muy diferente a las veces que la escuchaba cuando estaba con Rodolfo. Desde mi posición la veía subir y bajar con un arte especial y único de mover ese culito riquísimo luego de forma violenta me jala hacia la mesa para ella ponerse en cuatro y yo pueda metérsela con la furia que ella necesitaba, no dude en meterle mi pene hasta sus entrañas cuando soltó un grito seco seguido de un gemido casi orgásmico. No paraba de metérselo, con fuerza que era eso lo que ella le gustaba, entre jadeo y jadeo me decía: “te necesitaba, necesitaba tu Pene, sígueme dando con fuerza Fh3r”. Eso me ponía loco, le di tan fuerte que rasgué un poco su labio vaginal, ella me decía “me has rasgado, no pares sigue para no sentir el dolor”, y yo obediente le daba más y más hasta que llegó su genial corrida, gimió aferrándose de la mesa y con el rostro pegado a ella. Se volteó a mirarme y besarme, se colgó sobre mí y me pedía “hazme caballito”, lo que decía me causaba curiosidad y excitación porque parecía que no hubiera hecho el amor durante años, seguí dándole con fuerza hasta que se venía una vez más pero al percatarse de mi sobreexcitación y mi cara de delirio sexual, me dijo “córrete conmigo hazlo te lo suplico”, yo no me negué y me forcé a correrme dentro de ella, así parado con ella cabalgándome encima, fue la primera vez que tuve un orgasmo al mismo tiempo que mi amante lo tenía .

Luego bajo de encima mío y se agachó a chuparme el pene con todo y semen, lo lamia, me lo secaba con su lengua y tenía una mano sobre su conchita esperando que cayera el residuo de semen de su concha, cuando lo tenía en la mano pensé que lo iba a tomar, pero no.

Se dirigió hacia el sofá y se puso en cuatro otra vez, tomo su mano llena de la mezcla de mi leche y sus líquidos. Y empezó a untárselos en el ano, me quedé estupefacto al ver esa escena, se excitaba ella misma y me decía “ven, ven que esperas”, yo me acerqué a ella y me decía “méteme los dedos, házmelo por el culo, lléname de tu semen”, yo no podía creer lo que ella, la madre de familia abnegada que conocía, me pedía. Empecé a hacerle la colita metiéndole un dedito, ella se sobaba el clítoris, luego le movía circularmente el coñito con mi dedo dentro para que se vaya dilatando de a pocos, ese coñito estaba más embarrado de leche que ensalada de fruta. Cuando logré meter mis tres dedos en su coño ella se sentía lista para que yo me sirva su apetitoso coñito, me dijo “Méteme tu cabecita despacio el resto me lo metes con fuerza, quiero sentir que me hagas doler por placer”, yo obedecí cada palabra y ella gritaba a secas para no despertar a sus hijos, mientras le penetraba todo el ano, ella se dejaba llevar mientras yo me agarraba de sus dos pechos tan bien formados y cuidados por ella, cuando nos acomodamos bien empezó la cabalgata, iba y venía como un tren descarrilado para hacerle sentir todo lo que ella quería sentir, Silvia no dejaba escapar ni un solo grito, ya estaba en el tope de sus ganas “me estoy corriendo con esto”, decía. Acaso es posible tal cosa?, me preguntaba a mi mismo, pero no dejaba de complacerla con mi penetración, “Fh3r córrete aquí por favor”, usualmente eso no podría pasar tan rápido en mi segundo polvo, pero ella me apretaba tanto con su ano que mi pene no podía frenar más toda la leche que tenía guardado, sin saberlo, para ella. No pude contenerlo y solté un grito desesperado y solté toda la leche que quedaba para ella, literalmente le llene el coño de leche, ella no dejaba de gemir y sonreír como si hubiera sido el mejor polvo de su vida, yo no me la creía. “Fh3r, si no tuviera esos dos hijos preciosos, ahora estaría arrepentida de no haberte conocido antes de casarme con Rodolfo”, fue lo último que entre sonrisas de placer alcanzó a decirme. Cuando sali dentro de ella pensé que se derramaría toda la leche en el sofá, pero ella lo seguía conteniendo, “no quiero soltar tu lechita calentita dentro de mí, me decía”, hasta que no pudo más y lo soltó, todo mi semen se derramaba por sus piernas y ella seguía en cuatro, mostrándome el resultado de mi hazaña.

En la ducha me mostró como le había hecho un ligero rasgado en su vagina, que le dolía pero que valía la pena según me explicó: “Esta será tu marca en mi, Fh3r, creo que serán los mejores tres meses de mi vida”. Y si que lo fueron, aunque solo fueron 1 mes y medio que duró mis Vacaciones, llenos de sexo y amor con Silvia en cantidades descomunales y que también duró el viaje de Rodolfo, que vino antes de tiempo a aguarnos la fiesta. Rodolfo se iba a quedar en la ciudad donde lo habían mandado ya para trabajar permanentemente así que tuvieron que mudarse hacia allá, la despedida fue muy dura. Todos con lágrimas en los ojos, ellos fueron como mi familia realmente, pero para Silvia fui más… fui su amante.

Gracias por su amable atención a mis Relatos o vivencias como gusten llamarles. Les dejo el link de mis post anteriores:
http://www.poringa.net/posts/relatos/1645472/Ella-sabia-que-nos-veian-y-eso-le-calentaba.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/1639920/Es-pecado-coger-a-la-novia-de-tu-mejor-amigo_-_First-Time_.html

Disfrutenlos!
FH3R

5 comentarios - Cuando fui Amante de Silvia y ella se corrió en un anal.

KaluraCD
dicen que es mejor pegar el relato acá, lo leemos y si amerita vamos al post y festejamos como es debido 🙂
ladykary
KaluraCD dijo:dicen que es mejor pegar el relato acá, lo leemos y si amerita vamos al post y festejamos como es debido :)


gracias Kalu por la ayuda anduve complicada!!! jejeje!!!

rock_sex_indie.... seas muy bienvenido!!!
en cuanto tenga un tiempito te leo con atención!!!
beshitosss!!!
Alexander_King
Aqui un gran relato erotico, no duden en pasar amantes del incesto.

http://www.poringa.net/posts/relatos/1944598/El-Culo-De-Mi-Madre-_Tienes-que-leerlo_.html
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