El placer de los prohibido - Relato - Pt 1

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Ojala les guste, besos.

No se cuando la empece a mirar con otros ojos, lo que se es que mis 'habilidades' para percatarme de las indirectas, de los indicios que marcan que una mujer quiere algo conmigo, fueron las que me empujaron a intentar cogerme a mi tía.
Los roces casuales y no tan casuales, las miradas, los abrazos y besos diarios innecesarios que normalmente lo darían dos personas que no se ven hace 10 años me dejaban con la cabeza a full.
Todo empezó cuando, mostrándome fotos en su celular, me apoyaba sus enormes tetas de cuarentona bien conservada en mi espalda. Suficiente para ponerme al palo.
Ese misma noche en mi casa en silencio solo se escuchaba el sonido proveniente que causa la saliva lubricando mi verga, dura como nunca, excitada como nunca, en una paja triunfal que recordare por siempre, culminada en un orgasmo que hizo saltar mi leche a varios centímetros con una potencia sorprendente, pero a pesar de tener mis hormonas al máximo propio de mis diecisiete años y tener un repertorio de las mejores chicas de la escuela con paso por mi cama, mi fantasía no era con ninguna chica de mi edad, era la madre de mi prima y mejor amiga, pero sus intenciones eran alevosas y mis ganas incontrolables.

El día llego, cuando un viernes a la noche fui a visitar a mi prima, llego y me abre la puerta su madre ¡Que perra! Estaba ya vestida para irse a dormir con un camisón que le llegaba un poco antes de las rodillas, y que dejaba ver su corpiño negro, que levantaba esas dos preciosuras formando un escote fantástico. Sus piernas eran maciza, formadas, con mucha carne que me haría acabar con solo tocarlas, unas caderas prominentes que acompañaba una cintura sexy como pocas y... en ese momento, cuando va hacia la cocina, revoleando todo su hermoso culo, veo que no tiene tanga, aunque la visibilidad era reducida, mi imaginación volaba.
"¿Y Agus donde esta?" Le pregunto cuando vuelve con el mate en sus manos, y mientras se sonríe suavemente con una expresión de picarda me dice "No esta"
-Me hubieras avisado jaja -Le digo-
-Hay nene, visitame a mi también, que siempre venís a ver a tu prima. Haceme un poco de compañía, estoy sólita.
-Tranquila tía, vos sabes que yo las vengo a visitar siempre a las dos, no a Agustina únicamente.
Yo pensaba que no podía dejar pasar esta posibilidad, era el momento, lo que tanto espere. Sentía como mi pija se hinchaba en mi pantalón, creciendo como nunca
Y antes de que me conteste algo, la bombilla se cae al piso, ya ahí ocurre todo, un antes y un después
.
Yo no me muevo de mi lugar, quería que la levantara ella, para que haga lo que ella quería hacer, lo que yo quería que haga y lo que definitivamente hizo: Se agacho, mas de lo necesario, poniéndose en cuatro y ahí estaba, ese fantástico panorama que tenia de protagonista a su hermoso culo y una choncha carnosa y depilada a la perfección. Todo esto a centímetros de mi cara, y mientras mi verga parecía que se me explotaba, junto con mi cabeza y mi pecho que latía a una velocidad difícil de describir, levanto mi mano y acaricio toda esa vulva, arrastrando mis dedos, bajando hasta sus nalgas, y vuelvo a a su clítoris introduciendo mis yemas en la entrada de su agujerito, con movimientos circulares. Ella no se movía, estaba en silencio, hasta que introduzco mis dedos hasta el fondo y escucho una exclamación de placer producida por su respiración. Se me estaba dando y mi verga ya lo sabia. Sigo masturbando su hermosa vagina, ella seguía en cuatro, gimiendo suavemente al ritmo de su respiración, al cabo de unos minutos, cuando cada vez la notaba mas mojada, saco mi chota, grande como nunca y se la meto, ella no la esperaba y dio un grito placentero y al ritmo de ¡ah Si, si, ah si, si, sisi, aahh! mientra le daba duro. Y pronuncio sus primeras palabras de todo nuestro maravilloso 'encuentro' "Metemela toda sobrinito".
En eso se da vuelta, yo me desnudo y ella, sentándose en el sofá, solo abre sus piernas, el camisón y su corpiño seguían ahí, yo me acerco y, lentamente, le introduzco la cabeza de mi verga, solo la puntito, y se la saco, y lo vuelvo a meter, y se la saco de nuevo. Hasta que paso de largo y le cumplo sus deseos: Se la meto hasta el fondo.

En ella solo se escuchaban gemidos. Sus ojos estaban clavados en los míos, y mi pene clavado en su concha eran una escena fantástica que jamas me voy a olvidar. Manoseo sus tetas, que todavía no pude ver como Dios las trajo al mundo y ella parece mas excitada que nunca, estirando su espalda con una respiración cada vez mas acelerada, la desnudo. Ahora solo estábamos ella, yo y su corpiño. Yo me detengo, mi pija en el fondo de su vagina, y ella, sin sacar sus ojos de encima a los míos, se saca ese corpiño maldito, y es cuando veo las tetas mas hermosas que vi en mi vida. Eran redondas, estaban en su lugar, uno pezones hermosos y perfectos. Me tire hacia ellos con una desesperación que bien podría ser de alguien que esta perdiendo su virginidad, y aunque no era mi primera vez, sentía que lo era, nunca antes había estado con una mujer de este calibre. Y mientras le paso mi lengua, desde su concha, subiendo por su abdomen, (algo rellenito pero que me encantaba) llego hasta sus gomas. Ella se levanta, yo me asusto, me dijo "Para". Yo me quede congelado.

Me toma mi mano y me lleva a su habitación, sentí como los ángeles del cielo me aplaudían en una caminata triunfal haciéndome saber que ya me gane el cielo.
Me empuja a su cama, me acomodo boca arriba, ella se sube, y gateando con un movimiento sensual llega hasta mi y me hace sexo oral con una perfección que demostraba que no era ninguna improvisada, que había años de practica ahí. Pasaron media hora de una chupada perfecta, con su lengua recorriendo cada centímetro y sus labios acariciando el pene mas afortunado de la ciudad, en medio de una chupada que por momentos era compulsiva, por otros suave y lenta, pero siempre perfecta.
Ella se detiene, se me acerca, y se sienta encima mio, veo como su concha se abre y noto su expresión en su rostro cada vez mas evidente cuanto mas al fondo llega, empieza a cabalgar de una forma que me demuestra que estoy con una experta en sexo. Era perfecta, lo hacia perfecto, sus movimientos, circulares, de arriba a abajo, adelante y atrás, la velocidad que variaba constantemente: Rápido, lento. Y sus gemidos... sus gemidos ¿Como volver a escuchar música después de oír tan maravillosa melodía?

Se vuelve a detener y ahora me toca a mi. Empiezo a cogerla, en la misma posición pero dándole duro. Sus ojitos se van para atrás y sus gemidos se transforman en gritos "¡Si, si, si, siiiii! ¡Que rico, que rico, si, rico. No pares, ni se te ocurra! ¡¡¡SI!!!"
En eso ella acerca su torso al mio, sus tetas cuelgan en mi pecho, me besa con una pasión tremenda, como si yo fuera el amor de su vida, y sigo con lo mio, agarrándola de las caderas, sigo metiéndosela compulsivamente por su conchita, y mientras me seguía besando, sus gemidos no se detenían. Vuelve a irse para atrás, mas atrás que nunca, apoyando sus manos en mis rodillas y noto como sus piernas empiezan a temblar, sus respiración se acelera mas que nunca, su mandíbula tiembla tanto como sus piernas y sus gemidos me demuestran que el orgasmo esta tocando la puerta.
Ella acaba y me empapa. Su felicidad era evidente en su sonrisa y sus ojos eran señal de que tuvo un polvo triunfal, y después de un "Waw" casi susurrado, me dice "Quiero sentir tu leche" Yo ni le pregunte si se estaba cuidando, solo confié en ella y sentía como mi wasca exploto contra las paredes internas de su vagina, y como, calentita, se patinaba por mi chota y se desbordaba hacia afuera. Ella continuo chupándomela y terminamos dormidos juntos: Ella encima mio, con su cabeza apoyada en mi pecho, y sus tetas comprimidas contra mi abdomen, para culminar una noche perfecta de verano.

Aunque era solo el comienzo...

Mis otros relatos:
Impulso
Impulso Pt 2

1 comentario - El placer de los prohibido - Relato - Pt 1

sanchezxxx +1
mero para una corrida de toros....
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