Fantasía de cuernos

El tiene su cara hundida entre las piernas de ella, la penetra con su lengua, sus labios chupan esa conchita toda mojada por la calentura, le acaricia el clítoris, lo muerde suavemente, lo presiona con labios, con su lengua, con sus manos le acaricia todo el cuerpo, la piernas, la panza, los pechos, roza suavemente los pezones bien duros.

Se detiene de a ratos para masturbarla con sus dedos, juega con ellos, la penetra, acaricia su interior.

Mi esposa gime de placer, totalmente relajada, entregada a todo lo que su amante le haga, dispuesta a disfrutar del juego.

El  recorre su cuerpo  dándole pequeños besos, apenas mordisquea los pezones, los roza con su lengua, cambia de un pecho al otro, se besan, vuelve nuevamente a las tetas.

Ella le acaricia la cabeza, siente el miembro erecto sobre su pubis, entre gemidos y besos le pide que por favor la coja...

El juega un rato más, ella no se opone, sabe que lo mejor aún está por llegar, es consiente de lo que ese enorme músculo puede lograr, así que solo disfruta y espera.

De repente él se incorpora, la toma de la cintura y la gira, la pone en cuatro, ella separa sus piernas, apoya su cabeza en la cama, sabe que  el momento tan esperado a llegado, siente como centímetro a centímetro, ese pene duro y grande la va penetrando lentamente, se muerde los labios de placer, gime con cada penetración, poco a poco él va subiendo la velocidad, los cuerpos chocan cada vez más fuerte, lo que antes eran suaves gemidos ahora son gritos de lujuria, pasión, a veces lo saca casi todo, se detiene unos segundos y la penetra lentamente, otras veces la coge rápido y con fuerza, siempre cambiando, eso es lo que a mi mujer le gusta de su amante, mas allá de tenerla más grande y aguantar mucho mas que yo.

Ahora es él quien se acuesta en la cama, cambio de roles, mi esposa es la que ahora recorre su cuerpo con caricias y besos, acaricia el pene rostro, lo masturba con sus manos, lo besa con sus labios, lo recorre con su lengua, baja hasta los testículos, lo recorre una y otra vez, la excita su olor, su tamaño, abre su boca y lo chupa, con delicadeza, acaricia la cabeza con la lengua mientras sus manos acarician a su hombre.

Lo chupa como si fuese el último encuentro, aunque sabe  no es así, se sienta sobre el y lo refriega con su vagina, calienta sentir lo duro que está, se posiciona, y poco a poco se lo introduce, la excita sentir como poco a poca la llena toda, como su conchita se adapta y se come hasta el último milímetro de esa pija dura, una vez que lo tiene todo adentro se mueve lentamente, en pequeños círculos, luego hacia arriba y abajo, en círculos, arriba y abajo, una y otra vez, toma las manos de su cogedor y las lleva a sus tetas mientra lo mira a los ojos y sonríe.

Lo coge despacio, como queriendo extender el momento aún mas allá de lo inevitable, disfruta de cada movimiento, disfruta de sentir como ese pedazo la llena toda, lentamente, hasta que sucede, chorros de semen explotando dentro de ella, no se detiene, no cambia de ritmo, sigue moviéndose lentamente hasta que ella también explota, el orgazmo recorre todo su cuerpo transpirado, tiembla, respira agitada, siente como el semen escapa de su sexo hasta mojar la cama...

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