La tía Gladis.

Esta es una historia real, con datos cambiados, como entenderán, es casi incestuosa y explica el porqué de mi gusto por las veteranas, que cuando teniamos 15 años eran los minones que con 45 o más nos hacían el bocho. Vaya entonces dedicado a ellas: tías, abuelas, madres de amigos y todas aquellas mujeres en las cuales pensabamos en nuestras juveniles pajas. Mi nombre es Raúl y tengo 38 años y esto comenzó hace casi 23. La tía Gladis contaba con 54 años y un cuerpo muy bonito, en el cual resaltaban dos hermosos pechos(108 cm), era reciente viuda de un primo de mi madre y tenía 2 hijos. En esa época yo solo pensaba en esa mujer y todas las noches la homenajeaba con soberanas pajas, ya que por mi edad, miedo o vaya a saber por qué no me animaba a otra cosa. Hace 15 años por cuestiones de trabajo me fuí a vivir a Cordoba y perdí el contacto habitual, pero hace unos meses, también por trabajo volví y me instalé en mi casa paterna. Un jueves al llegar a almorzar mi madre me dijo¿a que no adivinas quén vino de visita?, y ahí vi a la tía Gladis, igual que siempre, alegre y cariñosa, con unos pocos kilos de más, que hacían resaltar aún más esas hermosas tetas. Después de un almuerzo matizado por recuerdos y anécdotas, pasadas las 3 de la tarde Gladis dijo "bueno me voy yendo, porque a tu primo no le gusta que viaje tarde en el tren"(vive con el hijo menor y su famila) , no te preocupes yo te acerco a Constitución le dije. Ya en el auto mientras manejaba la cabeza no paraba de darme ideas, unas más locas que otras,¿por qué locas? me dije, estabamos llegando a la zona de los albergues transitorios y señalando uno a mi izquierda dije¡ que lindo lugar para pasar la tarde! Gladis me miró como para decirme algo, pero yo seguí hablando sin parar, confesandole mis deseos guardados durante tanto tiempo. Ella dijo que eso ya no tenía sentido, que ella ya no calentaba a nadie. Sin dudarlo doble a la esquina y me mandé al estacionamiento del primer telo, bajé del auto, las piernas me temblaban, al abrirle la puerta y ver que Gladis bajaba desapareció el temblor y apareció una erección incontrolable, pedí una habitación especial y al cerrar la puerta le susurré al oido -dejame que te llame tía, y que te desnude prenda por prenda- ella asintió y comencé por bajarle el pantalón, yo ya solo tenía el slip, ella la camisa y la bombacha, esas bombachas de antes que no dejaban ver nada, y al sacarla ví ese culo hermoso, un poco blando por la edad, pero hermoso por el cual pasé mi lengua y besé esas nalgas, hasta que la puse frente a mí y lamí su concha, sorbí sus jugos y juguetee con su clítoris como paso previo al premio mayor. Me incorporé para llegar a su camisa, la tía me agarró la pija y me pajeaba mientras pedia que la cogiera de una vez´, pero antes debía cumplir mi sueño y soltando los botones de la camisa deje a la vista el inmenso corpiño que albergaba mi sueño de pibe, lo desabroche y aparecieron esos dos monstruos que de chico no me dejaban dormir, los acaricié, bese, mordí sus pezones y los chupé, mientras cumplía el pedido de la tía, se la puse de un saque y sentí que esa concha rejuvenecía, fué el polvo más rápido de mi vida , pero el que más disfruté. Después seguimos cogiendo hasta que se acabó el turno, la llevé a la casa y me prometió otro encuentro en el cual , si se anima, probaría darme el culo. Yo por mi parte haré todo lo posible por fotografiarla para que todos puedan ver esas tetas maravillosas que aún hoy son increibles.

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